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Ay la madre que nos pario... Ya me imagino la cara de Johanna al vernos como esos chicos de la foto. Pero... Johanna había llegado con alguien. ¿Nick? No, ¿James? Tampoco, ¿Alguien compañero de trabajo? No, ella trabaja sola... Oh mierda, por favor que no sea Aarón, por favor que no sea Aarón...

– Claro Adam, él estará encantado de verlo. – ¿Quien? Ni idea, pero yo no espere ni un segundo a tirarme en los brazos de Johanna. –. ¡Thomas! ¿Como...? – Johanna no termino la pregunta con solo verme el pelo.

– Hola, ¿Para algo? – Para que preguntar si sé que no me dirá nada. Johanna negó con la cabeza.

– Solo me recordaste a unos amigos. – ¿Como? Justo William también abrazo a Johanna. Primero que aparece con Adam y luego que anda admitiendo las cosas, no me fio nada.

Solo respondí un "Ah" y la ayudamos con las compras mientras hablábamos con ella y Adam. Johanna y Adam lograron poder trabajar juntos, en una tienda de instrumentos musicales, o al menos eso me hicieron entender al principio, luego dijeron que Adam trabajaría en una pastelería y Johanna en una tienda de ropa, al final escuche mal, creo. Guardamos todas las compras en los cajones de las encimeras, en la nevera, y esas cosas. Yo me fui al ático a guardar las fotos y el maquillaje, aunque te tendría que comprar un reproductor de DVD y un reproductor de casets, al parecer andaríamos con William de compras este fin de semana, además de tener que comprar ropa, accesorios. Si, somos consentidos.

Luego de guardar todo el maquillaje y las fotos, vi que una foto se había caído y empecé a ver la foto. Había un chico de unos 19 o 20 años, rastas negras con mechas blancas en las puntas, ropa ajustada, cadenas, maquillaje como sombra de ojos, y había otro chico de los mismos años, 19 o 20, trenzas africanas de color negro, piercing en el labio, ropa holgada, pero que par que había en la foto. Guarde la foto en su caja y la cerré, pero eso no significaba que no volvería por esa caja en unos días, si nadie me estropeaba las cosas. Luego bajé y vi que Johanna, Adam y William estaban viendo unas cartas, ¿Para quién eran? Me acerqué y vi que Johanna me alcanzo las cinco cartas. ¡Cinco cartas que parecían tener como 50.000 euros, estaban muy llenas!

– Todas son para ti, al parecer necesitaras mucho tiempo para leerlas. – Ja, que graciosa Johanna. Andaré como en los viejos tiempos, una joven adolescente leyendo las cartas de su amado prohibido por la noche para que nadie se entere.

Agarré las cartas y vi una letra reconocible sobre los sobres. Esa cursiva, esas perfectas curvas, el tamaño de las letras... No me quería dar una idea de quien había enviado las cartas, ya que me parecía más lindo que me las de la misma persona. – Gracias. – Me fui a mi cuarto y cerré la puerta. Busque en toda la habitación algún lugar para esconderlas. El escritorio no, tampoco debajo de la cama, ni en el armario... ¿Tan difícil es? Literalmente me siento como una adolescente en los viejos tiempos... Se me ocurrió un lugar que solo yo sabía, en mi piano eléctrico. Pose cinta en el lomo de las cartas y las pegue abajo del piano, talvez parezca tonto, los demás no se darían cuenta. Recién son las 7 de la mañana y ya ando con líos, ¿cómo será esta semana? Para resumir, hice toda la rutina, solo faltaba ponerse el uniforme y esperar 30 minutos. Una camisa blanca de mangas largas, pantalones formales negros y los zapatos negros, también me puse unos anillos de plata como accesorio. Agarré la mochila y bajé.

– Thomas, ¿Ya estas listo? – Pregunto Johanna dándose vuelta mientras limpiaba los platos. Asentí con la cabeza – Bien, porque Adam los llevara al colegio. – Suspiré y fui a afuera de casa. Pude ver la Toyota Land Cruiser color negro de Ada, me subí y me encontré con William y Adam charlando.

Adam apretó el acelerador levemente y movió una palanca, para luego empezar su camino a la escuela. Ellos charlaban mientras que yo corregía las faltas de ortografía de la tarea de Historia, soy perfeccionista, además, me molesta que rallen las hojas para mostrarte los errores, con tan solo decirlo bastaba. Durante el camino vi solo 2 faltas de ortografía en mi tarea, bueno, es mejor que 14 faltas de ortografía. Guarde la hoja en la carpeta y guarde la carpeta en la mochila, ya estábamos a punto de llegar. Cuando nos bajamos y nos despedimos de Adam, nos dirigimos a la entrada, pero... De repente sentí una voz muy reconocible...

– ¡Thomas! – Suspiré y me di vuelta. Pude ver su cabellera rubia acercarse, sus ojos azules acercarse y brillar, el mismo uniforme que usaba. Esto es una pesadilla. Me abrazo, pero William lo empujo.

– ¡Eh, pijo! – ¿William hablando español de España? El día está más raro... Aarón miro a William molesto e intento apartarlo – Pijo, ¿qué te dije la última vez que nos vimos? Que no volverías a tocar a mi hermano. –

– Ya no me importan tus palabras, córrete – William siguió impidiendo que Aarón se acerque, haciendo que Aarón se enfade más. – ¡Hey! ¡Vamos! Déjame al menos abrazarlo unos segundos, lo extrañe y lo extraño mucho. –

– ¿Extrañarlo? No me hagas reír. ¿Y sabes algo? – Aarón miro confundido a William. William apretó el puño y se lo enseño a Aarón –. Este puño abrazara tu nariz. – Y William se abalanzo sobre Aarón.

Alguien me llevo para atrás para que no me interpusiera. Y en un minuto, Aarón tenía toda la nariz llena de sangre mientras William se calmaba. William le susurró algo a Aarón, pero solo pude escuchar "mío...", ¿mío?


People Don't KnowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora