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William y yo nos pusimos lo mismo, al menos de ropa. Ambos nos pusimos una camisa blanca de mangas largas, unos pantalones un poco holgados negro y unos zapatos negros. No se podía ir con mucha cosa al baile de Santa Juliet, mejor dicho, con ropa informal. Yo se puse unos anillos de plata y un anillo negro un poco más grueso que los demás, también unos guantes de red negros y cortos. Todo esto lo saque de una caja del ático, al parecer el pelinegro de las fotos tenía un estilo especial, me gusta. 

– Tom, vamos. Llegamos tarde y Johanna se va a enojar. – Ah, pero como se preocupa ahora por Johanna que anda de esos humores, él es así cuando quiere.

– Ya voy, ya voy. – Le di unos pequeños toques al maquillaje y salí del baño. William me miro solo dos segundos y ya desvió la mirada, ¿acaso no le gusta? Porque no me puse tanto maquillaje, no entiendo –. ¿Qué? ¿Qué tiene? –

– Nada, solo... Es raro verte con maquillaje. – ¿Eh? ¿Disculpa? Mejor no prestarle caso.

Ambos fuimos a la sala y esperamos a que sea la hora. Empecé a ver la pared llena de fotos de mí y William, con Johanna, con Adam, con Nick y Jackson, incluso con Poscky, la perrita de Nick y Jackson, pero William y yo nunca nos separábamos, siempre juntos en las fotos. Una foto era de cuando estábamos en un campo lleno de azucenas, William y yo estábamos corriendo por el campo con Poscky persiguiéndonos, También había otra en la que estábamos en casa de Nick, bañando a Poscky. Había muchas más fotos, pero no me puse a ver a fondo todas las fotos. No duramos ni 15 minutos que ya estábamos caminando para la plaza, en donde se haría el baile.

Durante el camino, había perros que saltaban y corrían por la calle, al igual que niños, algunos siendo perseguidos por sus padres o algún familiar. La gente iba formal a la plaza, talvez era para presumir sus prendas de ropa caras, no sé. La gente charlaba mientras caminaba, algunos por teléfono y otros a la cara. La noche se acercaba y eso significaba que el baile se acercaba, aunque William y yo nunca bailábamos, lo disfrutábamos a nuestra manera. No quería que Aarón estuviera allí, sabía bien que podría estar allí solo para presumir su nueva y carísima ropa, no tenía a nadie para ir al baile. Cuando llegamos, esquivamos la pista de baile y nos fuimos al área de bebidas, agarrados de la mano o sino nos perdíamos por toda la gente que había. Había Coca-Cola, Pepsi, agua, cerveza, ron, champán, whisky, había mucha variedad, pero nosotros elegimos Coca-Cola, y nos fuimos a unas gradas, en las cuales había una vista de todo. Mientras llegaba la gente y empezaba a llenarse la plaza, nos pusimos a opinar sobre la ropa de los demás, también ver a gente borracha bailar, adolescentes hablando, no había mucha variedad. Me percate de que lo único que iluminaba el cielo eran las estrellas, mientras que la luna estaba oculta entre las nubes, las cuales ocultaban muy bien la luna, como si la luna tuviera que ser protegida en estos momentos.

– Tom, cuando empiece el vals tendremos que bajar. – Habló William con una sonrisa burlona. Bueno, al menos tengo a alguien decente para bailar el vals, creo.

– Ya sé, no me lo recuerdes... – William se empezó a reír y paso su brazo por mi hombro.

– No soy tan malo en el vals, solo necesito practicar. – Ah, claro. Yo que nunca eh practicado el vals y se bailar bien, me ve con cara.

– No nos pondremos a practicar ahora, será como salga. – Se quedó callado y se siguió riendo. Suspire y seguimos hablando y opinando.

Pudimos ver como algunos traían joyas caras, de oro o plata, extravagantes, a lo único que venían era a presumir, lo sabía gracias a Aarón. También las mujeres traían vestidos no muy tapados, pero no le prestamos importancia y seguimos con lo nuestro. Ignorábamos la música, las charlas de los demás, el sonido de las copas, el motor de los autos, solo para hablar entre nosotros. Aveces me acomodaba los guantes o la camisa, al igual que el cinturón, tuve que haberme probado todo antes de ponérmelo, pero no me arrepentía.

Después de un largo rato, empezó a sonar la melodía del vals. Ya sabía lo que venía. William me agarro la mano y ambos bajamos por las gradas, quedando en la pista de baile. William me ofreció la mano con una especie de reverencia, me reí y correspondí a su mano. Pasamos nuestras manos, juntas, en el aire sobre los hombros, mientras su otra mano quedaba en mi cintura y mi otra mano en su hombro. Nos movíamos al compás de la melodía, al igual que la gente de nuestro alrededor. Ambos nos reíamos y bailábamos, olvidando nuestro alrededor. La luz de las estrellas iluminaba la pista, haciendo el trabajo de la luna, y causando que mis anillos de plata y el anillo negro brillen levemente, algunas veces son acercábamos y otras nos alejábamos, era como un juego. Me sentía como una joven bailando con su amado secreto, en los tiempos antiguos, aveces creo que las películas me afectan un poco, o los libros, pero sentir es sentir, talvez tan solo estoy imaginando cosas.   

People Don't KnowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora