2 Aretes de mujeres fuertes

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Nací y conocí a mi madre. Y no dudé ni un segundo en la fortaleza de las

mujeres. En la escuela, conocí muchas niñas. Y eran líderes, y eran activas, y eran

inteligentes, y eran graciosas. Y no dudé ni un segundo en la fortaleza de las mujeres.

Después empecé a conocerme a mí misma. Y aunque por muchos momentos tuve

miedos e inseguridades, siempre sabía que dentro de mí había fuerza, y que no debía

olvidarlo.

Fui a la preparatoria, y conocí más mujeres. Chicas que soñaban alto y

superaban las pruebas que les ponía la vida. Y no dudé ni un segundo en la fortaleza de

las mujeres. Y veía esas mujeres en la música, en el arte, en el cine, en las letras, en las

ciencias. Y conocí muchas profesoras. Y con sus experiencias y palabras me inspiraron

a seguir aprendiendo y aspirar alto. Y nunca dudé de la fortaleza de las mujeres.

Y fui a la universidad. Y conocí todo tipo de mujeres. Y en todas vi ese grano de

fortaleza, desarrollado en mayor o menor medida, pero siempre presente. Y su fuerza

me siguió inspirando, me hizo avanzar, me hizo creer en mí y conocerme mejor. Y sentí

el fuego de mi fortaleza encendido dentro de mí. Y nunca, nunca dudé en la fortaleza

de las mujeres.

Y empecé mi vida laboral. Y otra vez, hubo de todo. Y vi el profesionalismo, y las

metas, y las trayectorias, y las habilidades…. y vi en todas partes la fortaleza de las

mujeres.

Y entonces dejé mi ciudad, y mi país… dejé el continente. Y los nuevos lugares

que habité estaban llenos, también, de increíbles mujeres fuertes.

Y su fortaleza tan solo animaba la mía. Tan solo hacía que la mía creciera. Yo

veía en ellas lo que sabía que también había en mí.

No dudé ni un segundo en la fortaleza de las mujeres. Lo veía por todos lados,

aunque muchas de ellas aún no lo veían en ellas.

Y un día decidí escribir este libro. Por que no quería que pasara un día más en

que hubieran mujeres en el mundo que no supieran lo grandes que son. Y si algo podía

hacer por ello, lo haría. Si podía convencer a una sola, lo haría.

¿Cómo recordar la fortaleza que nos anima por dentro? ¿Cómo hacerle para

reencontrarnos con ella? ¿Qué cosas tenemos que reaprender?

Las mujeres llevamos dentro el fuego de la naturaleza, preservamos ese instinto

silvestre, y a veces creo que somos una especie en peligro de extinción.

Hemos olvidado nuestra esencia. Hemos olvidado la importancia de conocernos

cada vez más profundamente. Hemos olvidado la fuerza que nos sustenta. Hemos

olvidado el por qué estamos aquí.

Es tiempo de recordar de qué estamos hechas.

De reencontrarnos con nuestra sabiduría, con nuestro fuego y creatividad, con

nuestro ardiente deseo de salir adelante, con nuestra belleza sublime.

Es tiempo de cuidar nuestras relaciones, de cuidar del mundo, cuidar de un

jardín, de dedicarle tiempo a lo que realmente nos apasiona. Es tiempo de recordar que

somos inspiradoras, intuitivas, creadoras, naturales, perceptivas, dadoras de vida,

ingeniosas, leales. Somos dueñas de una poderosa fuerza.

Ya basta de promover y heredar todo lo que se ha dicho acerca de las

debilidades de la mujer. De ahora en adelante, vamos a recordar el fuego que llevamos

dentro y que nos convierte en mujeres inteligentes y talentosas.

No volveremos a permitir sentirnos feas, frágiles, deprimidas, asustadas, sin

inspiración, avergonzadas, inseguras, envidiosas, temerosas, solitarias, vengativas, sin

energía, angustiadas o llenas de ansiedad.

Vamos a probar cosas nuevas, a enfrentarnos a retos, a hablar claro, a sentirnos

mujeres completas. Vamos a reencontrarnos con nuestra naturaleza femenina,

poderosa, sabia y creadora.

Yo lo veo en las mujeres que me rodean. La fuerza. El fuego. Tu también lo has

visto. Tu también eres ese fuego. Tu también eres esa fuerza. Todas hemos oído tantas

historias de mujeres comunes y corrientes que han hecho cosas grandiosas, por ellas

mismas, por su familia, por los demás…. No volveremos a dudar, nunca, nunca más, en

la fortaleza de las mujeres.

Pero no lo debemos olvidar. Hace falta empezar por no dudar de una misma.

Mujeres De Aretes Largos (by Elena Sofía Zambrano)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora