11 Aretes para soñar

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Un día me di cuenta de que, aunque la gente nos dice que debemos tener miedo

a la oscuridad, siempre es de noche, a oscuras, que la gente abre más su corazón. Es el

momento de confidencias, de recuerdos, de compartir sueños y memorias. Es en la

oscuridad que a veces nos sentimos más vivos, más cercanos a los otros, más honestos

y dueños de una fortaleza que nos brota de lugares que a veces olvidamos que hay en

nosotros.

La noche es el momento de reflexión, de introspección, de voltear hacia adentro

y encontrarse.

Si la noche nos regala todo eso, ¿por qué enfocarnos en lo negativo y optar por

el miedo? Y peor aún, ¿por qué llevar ese miedo a nuestros momentos diurnos?

¿Por que habituarnos al miedo como si fuera algo normal, en vez de darnos

cuenta de lo dañino que llega a ser para nosotros? ¿La manera en que nos consume, y

hasta toma las riendas de nuestra vida?

Es de noche que se lleva a cabo la más noble de las batallas: los minutos en el

reloj se lo pelean los sueños y los miedos. Ambos ocurren de noche. Ambos quieren

que la noche sea de ellos. Y la noche es lo que tú quieres que sea.

Es verdad que la noche es oscura como lo desconocido. Como los años que se

desplegarán frente a nosotros. Pero en ese espacio que ahora no se alcanza a ver es que

se están conjugando los polvos mágicos que construyen nuestros sueños. Lo

desconocido no es terreno para el miedo, sino para sembrar todos los sueños que

somos capaces de imaginar.

Es de noche que la gente abre más su corazón, lee con mayor claridad sus

propios sueños. Pero es de noche que también aparece con mayor claridad su mayor

enemigo, el miedo.

Pero la noche, y la vida, es lo que tú quieres que sea. Opta por soñar, pero no

sueñes con miedo. Sueña como si supieras que tus sueños se cumplirán. Y ya verás.

Nací en Monterrey, Nuevo León. La ciudad de las montañas. No nací en un país

fácil. No nací en una familia rica, no nací en una familia "conectada". Tampoco nací

siendo un genio, no empecé a leer a los tres meses, ni compuse sinfonías a los ocho

años (ni ahora). No nací siendo Miss Universo, ni tampoco con el carisma que mueve

pueblos enteros a la revolución.

Comencé a trabajar a los 16 años como interprete inglés-español. Y desde

entonces, parece que la vida me fue preparando lentamente, pero a pasos seguros, para

nunca más volver a tener miedo.

Me tocó de todo: aprender a pasar entrevistas de trabajo de todo tipo, aprender

a renunciar, aprender a improvisar una traducción simultánea cuando me dijeron que

era una traducción consecutiva, aprender a trabajar en el extranjero a los 18 años,

aprender a pasar entrevistas en otro idioma, aprender a pasar exámenes que

Mujeres De Aretes Largos (by Elena Sofía Zambrano)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora