tropecé con una serie de fotografías cuyo sujeto eran
chicas adolescentes y sus cuartos alrededor del mundo. Así, uno descubría un poco lo
diferentes que son las culturas y los estilos de vida entre una esquina y otra del planeta.
Recuerdo que quedé impactada con la foto del cuarto de una chica cuyas paredes
estaban tapizadas con recortes de revistas. Cada recorte mostraba la imagen de una
mujer hermosa y escultural de acuerdo a los parámetros de las revistas de moda y de
los medios de comunicación. Cada centímetro de la pared estaba cubierto por una
imagen de ese tipo, era agobiante. Y en el centro de la foto, la chica estaba sentada en
su cama, pero no encontré el brillo de sus ojos.
Existe por ahí el prejuicio de que muchas mujeres somos superficiales y estamos
demasiado enganchadas con el tema de la belleza. Preocupándonos por cuestiones tan
pequeñas como las uñas o el brillo del cabello o el grosor de los poros en la nariz. Yo
siento que si las mujeres nos sentimos atraídas por el tema de la belleza es porque
desde dentro de nosotros percibimos que nosotras somos belleza.
El problema radica cuando se le enseña a la mujer, y al humano en general, que
existe un único ideal de belleza, lo que nos lleva a sentirnos aprisionadas, a sentir que
perdemos la conexión con nuestro cuerpo. Es increíble, pero nadie nos enseña a
sentirnos orgullosas de nuestro propio cuerpo. Nadie nos enseña que somos belleza, y
que la importancia está en cuidar nuestro cuerpo, en conectarnos con él, a entender la
belleza como algo amplio, a no olvidar lo magnifico que es el cuerpo humano. Nadie
nos enseña cuánto nos hiere el juzgar nuestra belleza de una manera tan limitada y la
manera en que ser considerado feas o alejadas de la imagen actual de belleza nos hiere
y crea trabas para que vivamos una vida feliz.
Es difícil competir con los medios masivos cuando se trata de intentar entender
todas las variedades de belleza. Hace falta sentir el jubilo de estar vivas, de
observarnos y admirarnos de la grandeza del cuerpo y de su diseño. Así poco a poco
uno empieza a encontrar belleza en todo y en todos, y descubre cuánto tiempo estuvo
viviendo con una ceguera provocada por la misma sociedad.
En mi experiencia, entre más belleza uno encuentra en los demás, más belleza
uno empieza a encontrar en uno mismo. El ser humano resulta hermoso y misterioso y
nos parece increíble que los demás estén tan ciegos a esto.
En algún momento de mi vida, no sin pasar por dolores, descubrí que entre más
pasaba tiempo con la naturaleza, la cuidaba y admiraba y respetaba, más encontraba
un placer en descubrir un mundo lleno de bellezas diferentes. Así descubrí que todas
las mujeres tenemos derecho a la belleza, por el hecho de ser mujeres. Y sentí que
había estado ciega toda mi vida.
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Mujeres De Aretes Largos (by Elena Sofía Zambrano)
Literatura FemininaNo soy muy buena haciendo sinopsis pero lo voy a intentar. Primero que todo este libro no es mio, es de Elena Sofía Zambrano. este libro habla de las mujeres de lo difícil pero lindo que es ser mujer y nos lo cuenta a través de divertidas anécdotas...