¿Había creado una franja entre ellas que no iba a ser capaz de reparar?

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Aquí tenéis la actualización. Espero que os guste. Espero vuestros comentarios que siempre me animan a seguir con esta historia. Muchos besos y no sufráis mucho con el capítulo de hoy.

Maya aparta su mirada de Carina. No por elección propia sino porque Jenifer no para de llamar su atención moviendo su hombro.

–¿Mejor nos vamos de aquí? –le pregunta Michelle.

Maya percibe la mirada de Carina. Siempre la ha sentido. Sin embargo, esta vez no piensa devolvérsela. En cambio, hace un gesto al barman para que le entregue otra ronda de chupitos.

–No tengo ningún problema. Si ella se siente incómoda que se vaya –suelta con ira la bombera.

Michelle simplemente afirma con su rostro. Es incapaz de llevarle la contraria cuando está metida en ese rencor con el que ya la he visto en alguna ocasión. Al contrario de Maya, Michelle se gira con el mayor tacto para ojear donde está Carina. Su cara se palidece al verla caminando firmemente hasta donde están.

–Carina viene hacia aquí –murmura.

Maya ni se inmuta al escuchar la información. Parece que no le importa. Pero la realidad es que si le afectaba. Aunque no en la forma que ella pensaba que se sentiría al volver a verla. Ahora le inunda una rabia abismal al verla. Como si todo el amor que habían sentido durante años se hubiera esfumado tan de repente que casi dudaba que de verdad hubiera sido real su relación. Y cuando afronta ese sentimiento de ira es cuando le duele. No sabe si por ellas o por su hijo. En ese entonces le golpea el planteamiento de lo que le tocaría vivir a su hijo con sus madres separadas. Está tan metida en su reciente miedo que no cae en que llega hasta su lado hasta que habla.

–No pensé que fueras tan rápida –dice Carina mirando entre ellas.

La rubia la mira a los ojos. Nota en las facciones de Carina la falsa despreocupación que mantiene. La conoce demasiado y sabe que está celosa por verla junto a Michelle. ¿No es esto lo que había aceptado tras salir por esa puerta? Maya ni se preocupa en contestarle, le da la espalda mirando a su acompañante que parece un animalito asustado bajo la mirada matadora de Carina. Maya escucha las maldiciones que echa su mujer tras ella. Aún así, no se inmuta. Carina la agarra del brazo para que la mire.

–¿Así piensas solucionarlo? ¿Simplemente vas a seguir adelante?

Maya la mira incrédula. Le diría tantas cosas, pero trata de relajarse recordando todos esos maravillosos momentos que vivieron juntas. Se refugia en ello para no perder la calma.

–Tomaste tu decisión –comenta con la poca paciencia que le queda.

–¿De verdad vas a ser tan orgullosa? –pregunta Carina cabreada.

–¿Orgullosa? ¿Por qué mejor no me dejas sola? Ya que a eso si estás acostumbrada –dice Maya girándose otra vez.

–Sabes, vine aquí porque tu prima me dijo que estarías. Quería aprovechar y hablar. Poder llegar a un entendimiento, pero ya veo que no eres capaz de ver más allá de tu orgullo.

–No tengo nada de qué hablar contigo si no es de mi hijo. Ya no existe un nosotras –le explica Maya levantándose de su butaca –. Te lo advertí. Te dije que era el fin si salías por esa puerta. No se trata de orgullo. Estoy hablando de confianza. Esa confianza que tenía en ti cuando nos casamos y prometimos estar juntas contra las adversidades. –La voz de Maya se entrecorta–. Ya no vamos a llegar a un entendimiento en lo que se trata de nuestra relación. Así lo decidiste.

Carina le escucha, cada palabra. Le duele la manera en que Maya la mira y le habla. ¿Se había equivocado? ¿Había creado una franja entre ellas que no iba a ser capaz de reparar? Eso no era lo que esperaba. Carina siempre ha actuado antes de pensar las cosas. Siempre ha sido su peor defecto. ¿Su impulsividad había acabado con su familia? Maya se levantó al ver que Carina no decía nada más. La morena al ver que la rubia se iba a ir agarro su mano, le suplicó con la mirada cuando su aún mujer la miró.

–No estoy actuando bajo el orgullo sino bajo la decepción. Deberías pasar página porque yo directamente rompí esa página. Espero poder llevar una relación cordial por nuestro hijo, pero no vamos a ir más allá. Buenas noches –se despide Maya saliendo del bar junto a Michelle.

Su encanto tan sencillo. Segunda parte. (Fanfic Marina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora