8 - A Chupar Smoke

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La noche previa a su cita, Alejandra se encontraba sumida en un mar de expectación y nerviosismo. Ansiosa por escapar del ambiente familiar y de la monotonía de la hacienda, deseando un cambio en su rutina. La idea de estar a solas con Rafael en la ciudad, lejos del escrutinio y la presión familiar, la llenaba de una mezcla de emoción y ansiedad. Se debatía internamente con preguntas que revoloteaban en su mente: "¿Nos besaremos? ¿Pasaran más cosas entre nosotros?". Estas interrogantes marcaban el comienzo de una aventura incierta y emocionante.

Sin embargo, Alejandra tenía una preocupación adicional. Esa mañana, había visto a Rafael buscando algo en el cajón de documentos importantes. No le había dado mucha importancia hasta que lo escuchó hablar con su tía Clemencia después de salir de la habitación. Oculta detrás de la puerta, Alejandra captó fragmentos de la conversación.

"Rafael, ¿crees que Alejandra esté dispuesta?" preguntó Clemencia con cierta inquietud.

"No lo sé, realmente no lo sé. Pero debemos intentarlo," respondió Rafael

"¿Y piensas que es el momento adecuado?" insistió Clemencia.

"Sí, sí lo creo. Conozco bien a Alejandra; es ahora o nunca," afirmó Rafael con una convicción que dejó a Alejandra pensativa. ¿A qué se referían con esas palabras? ¿Qué estarían tramando?

A pesar de lo que había escuchado, Alejandra optó por confiar en Rafael. Sentía una conexión con él que le inspiraba confianza y, hasta ese momento, no había razón para dudar de sus intenciones. Además, su confianza en su tía Clemencia era total. Esta confianza la llevó a pensar que, a pesar de los misteriosos comentarios, probablemente no había nada de qué preocuparse y que cualquier plan que Rafael y su tía estuvieran tramando seguramente sería en su mejor interés.

Con la llegada de la tarde, Alejandra se preparó con esmero para su cita con Rafael. Quería verse deslumbrante, algo que no era difícil para ella, dada su natural belleza. Aunque la cita era informal, eligió un atuendo que sabía que llamaría la atención. Optó por botas de cuero de color negro, altas con tacones, unos jeans azul marino ajustados de la marca 'Guess', y una blusa corta que revelaba sutilmente su sensual abdomen, complementada con una chaqueta de burbujas negra con destellos brillantes. Para acentuar su look, eligió un lápiz labial de tono oscuro que resaltaba sus labios y delineó sus ojos con precisión. Rafael siempre la había visto en atuendos de trabajo, ropa cómoda o elegante, pero nunca con un estilo matador, tan audaz y atractivo.

Cuando Rafael regresó a la casa en la hora acordada, quedó absolutamente impresionado al ver a Alejandra. Tan impactado estaba que sintió temblar sus piernas mientras exclamaba, "¡Ay, Virgen Santísima, sumercé se ve... preciosa... espectacular!"

Después de darse una ducha rápida, se vistió con la ropa que Alejandra había escogido para él, prendas compradas antes del accidente que le había hecho perder la memoria. Rafael lucía elegante con zapatos de vestir y pantalones grises estilo "slim fit", acompañados de una camisa azul claro de mangas largas y una chaqueta ligera. Alejandra, al ver el resultado, quedó gratamente sorprendida. Gracias a su estatura y figura, Rafael, cómodamente podría haber sido el modelo de la ropa que llevaba, un cambio notable de su habitual ropa de trabajo en la hacienda.

Ya en camino hacia la ciudad, Alejandra, impulsada por la curiosidad, intentó descubrir el destino de su cita, pero Rafael, con una sonrisa juguetona, se mantuvo en secreto. "¿Hacia dónde vamos?", preguntó Alejandra. "Ah, tu tu tu tu tu tu, Vamos al regaño.", contestó Rafael

"¿¡Al REGAÑO?!" - respondió Alejandra

"JA...Mentiras. . .Vamos a la ciudad, a chupar smoke" - respondió Rafael

"Ahí si!. Que falta me hace ese smoke. ¡Mas! los restaurantes, los teatros . . ." - respondió Alejandra - "¿Dígame?" - añadió

"JA. . .tenga paciencia, bájele a la intensidad" - dijo entre risas, manteniendo el misterio y añadiendo un toque de emoción y expectativa al viaje.

Finalmente, llegaron a un bar restaurante con una decoración moderna, pero sin excesos. Alejandra se sintió a gusto con el lugar, aunque miró a su alrededor esperando no encontrar a conocidos, prefiriendo evitar explicaciones innecesarias. Aquel lugar le encantaba a Alejandra antes de haber perdido la memoria, y lo frecuentaban cuando ambos querían una velada intima fuera del entorno de la hacienda.

Rafael había reservado una mesa para cuatro, lo que intrigó a Alejandra. "¿Para cuatro?", preguntó. "Solo espere, las sorpresas apenas comienzan", respondió Rafael con una sonrisa.

Cuando llegó el mesero, les pregunto,

"¿Están esperando a otras personas?"

"Si. Pero queremos pedir algo para comenzar."

"Doctora ¿Que se quiere tomar?"

"Un cocktail, ummm. Si un cocktail, un Manhattan" - contesto Alejandra

"Un Manhattan" - menciono el mesero mientras anotaba

"A mi me trae una copa de aguardiente doble" - pidió Rafael

"¿aguardiente?" - cuestiono Alejandra

"Si sumercé supiera, lo que le gusta el aguardientico"

"¿A mi? nunca" - afirmo Alejandra

El mesero observaba la escena con una mezcla de curiosidad y confusión.

Pocos minutos después de haberse acomodado, la puerta del bar se abrió para revelar la llegada de Isabela, elegantemente vestida. Aunque Alejandra había anticipado una velada a solas con Rafael, la aparición de su prima despertó en ella una mezcla de sorpresa y alegría. Se levantó de su silla y, con un brillo de emoción en los ojos, abrazó a Isabela efusivamente exclamando, "¡ISA!"

Las dos primas se sumergieron en una animada conversación, intercambiando noticias y risas, llenando el aire con la calidez de su cercanía y camaradería. Rafael observaba la escena con una sonrisa, contento de ver a su Alejandra tan feliz y relajada. Después de un rato, se excusó para hacer una llamada desde su móvil, dejando a las primas en su mundo de charlas y recuerdos compartidos.

Mientras Rafael se alejaba para atender su llamada, Alejandra y Isabela aprovecharon la privacidad para sumergirse en una conversación más personal.

"Prima, cuenta, cuenta, cuenta. . . . Que paso con los sueños esos sexuales que te tenían tan acalorada. ¿Ya concretaron?", preguntó Isabela con una mezcla de curiosidad y picardía.

Alejandra, con un toque de timidez y risa nerviosa, respondió: "¡ISA!... Tengo una vergüenza. Luego que terminamos el chat, me quede pensando en lo que me dijiste. Y en tu consejos, ¡ES TU CULPA!"

Isabela, con una sonrisa y expectación, instó a Alejandra a continuar.

"En medio del sueño termine haciéndole cositas a Rafael, y el casi encima de mi."

"¿Qué? ¿Y qué cositas le hiciste?", insistió Isabela, ansiosa por los detalles.

"Solo diré... cositas", replicó Alejandra entre risas. "Te dejo eso a tu imaginación. ¡Pero en medio del toque toque, Rafael se medio despertó! Y el pobre termino confundido, pensando que el había iniciado la vaina."

"¡NO!" exclamó Isabela con los ojos abiertos de sorpresa.

"Y a mi me dio con hacerme la loca. Hacerme la dormida, dandole la espalda. Y el pobre termino echándose el muerto."

"¿Osea, que tu, de eso, de lo que sabemos, nada de nada?" - pregunto Isabela

"Nada, cero, en blanco."

Mientras seguían sumidas en su conversación, Alejandra e Isabela notaron que Rafael se dirigía hacia la entrada del restaurante. Al parecer, estaba esperando a alguien más, la pieza faltante de su plan para esa noche.

Con una mezcla de curiosidad y sorpresa, las primas interrumpieron su charla y dirigieron su atención hacia la puerta. Ambas se preguntaban quién sería el invitado misterioso que Rafael había incluido en sus planes, añadiendo otro elemento de intriga a la ya emocionante velada.

Final del capitulo . . .

HQLPNS - Cuando Regreses a MíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora