5 - ¡Madrecita Mia!

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En medio del caos emocional, Isabela, entró rápidamente en la habitación para consolar a su prima. La presencia de Isabela fue un bálsamo en medio de la tormenta que estaba desatándose en la vida de Alejandra. Con gestos tiernos y palabras suaves, Isabela se convirtió en el refugio donde Alejandra podía dejar fluir su dolor y confusión.

Luego de varios días, la salud de Alejandra mejoró lo suficiente como para ser dada de alta. Con cierta aprensión, ella y Rafael volvieron a la hacienda, para tratar de reconstruir sus vidas. Aquel lugar que una vez estuvo lleno de amor y alegría pero que ahora parecía haber perdido su brillo.

Aunque no fue tarea fácil, Intentaron convivir. Rafael padecía cada mirada vacía, y comenzó a pensar que si su doctora no recobraba la memoria pronto, esa maravillosa historia de amor habría llegado a su fin.

El ambiente en la hacienda era tan sombrío como su relación. El ganado continuaba enfermo, y a pesar de todos los esfuerzos, las cosas no mostraban signos de mejora. Aun así, Rafael continuaba trabajando juntos a los empleados de la hacienda, día y noche. Un hecho, el cual le ganó cierta confianza y admiración de parte de Alejandra.

Alejandra se mantenía la mayor parte del día en su habitación, deprimida, añorando la vida que tenía antes, la vida que ella recordaba. Que aunque no era perfecta, y tenia sus problemas y dificultades . . . ella la amaba, aquella vida en la capital, su puesto en Ramenautos, sus ventas institucionales, sus clientes, y su equipo vendedores. Su recuperación no había sido nada fácil, y luego de unos meses, ya estaba cansada del descanso, de leer libros, de escuchar musica , de ver series y películas en Netflix. Y lo peor, de tener que aguantarse a su tía atormentándola, tratando de empujarle a Rafael a todas horas. Esto gracias a que Clemencia estaba muy preocupada por la salud de Alejandra, y se fue a vivir con ellos a la hacienda por una temporada.

- "Ese probé muchacho no se hace mas que trabajar, y romperse el lomo por todos nosotros . . ." - "Ya es tiempo que lo dejes dormir en tu cuarto, que el pobre no descansa. Yo lo siento por las noches, en vela, sentado o durmiendo en el sofa frente a la chimenea . . ."  

- "Es tu marido, es tu deber . . ."

Rafael, al llegar a la casa principal después de un largo día de trabajo, regresaba agotado, molido. Por las noches le daba espacio a su doctora, pero trataba de acercarse a ella de alguna manera. Le tuvo toda la paciencia del mundo. Hasta que una noche, Rafael encontró a Alejandra esperándolo fuera de la casa para pedirle algo (mas por fastidio, y por quitarse la cantaleta de su tia de encima)

- "Rafael, espere. . ."

- "Dígame, doctora."

- "La verdad que no me acostumbro a que usted me llame doctora. Dígame mejor Alejandra. - Y tratando de tener una conversación informal con Rafael y para romper el hielo, le comienza a preguntar por la situación de la hacienda. - "¿Como le fue hoy en el trabajo? ¿Hay alguna mejoría?"

- "No le voy a mentir, aunque estamos mas estables y hay mejoría, las cuentas siguen llegando, y las deudas subiendo. Y lo mas grave, no hemos podido cumplir con el contrato que firmamos, antes de que sumercé tuviera el accidente. Pero tengamos fe, saldremos adelante." - Alejandra mira a Rafael con cierta admiración, pena y poco de culpa.

- "Por mi culpa, aunque usted se quiera echar la responsabilidad por el contrato, Milena me contó que fui yo la que mas insistió en firmar ese bendito negocio, que nos tiene con la soga al cuello. "

- "NO NO no, los tres estuvimos de acuerdo. No se sienta culpable. He pensado que debo de ir a hablar con ellos, ante que hagan efectiva la cláusula de incumplimiento. "

- "Eso déjemelo a mi. Ya es tiempo de que yo sea productiva en algo, y trate de arreglar en parte lo que hice."

- "No se preocupe, descanse y siga con su recuperación"

HQLPNS - Cuando Regreses a MíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora