Secretos

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- Buenos días abuelo- salude al abuelo luego de sentarme, me desperté más tarde de lo usual hoy, el abuelo ya había terminado de desayunar pero decidió esperarme, el me saludo y siguió hablando con Otto. Por lo que me han dicho los maestros sus heridas han disminuido y eso es por que le pedí que evitará a toda costa que se sentará en el trono de hierro, el cual era el culpable principal de sus heridas.

Mientras desayunaba pude escuchar si conversación, aparentemente han estado apareciendo más gente con títulos, lo había escuchado antes, el tío Daemon lo había mencionado, los llamaban los nuevos ricos, personas que obtienen sus ingresos en mercados y compran títulos, no son personas de sangre noble ni nada por el estilo, solo son personas con los ingresos de un noble.

Subí mi mirada hacia Otto quien mencionó que el abuelo tenía que ir a la sala del Trono de Hierro para recibir a un grupo de esos nuevos ricos, quienes querían hablar sobre vender sus productos en la capital.

La serpiente al sentir mi mirada alzo una ceja y sonrio, relajando su expresión.

- Hay algún problema mi principe?, acaso la comida esta fría?- relaje un poco mi semblante e intente sonreír, pero se me giro imposible quedarme callado.

- Perdón por entrometer me en su conversación mi rey, pero sabe que el sentarse en el trono no ayudará en su estado de salud- Otto bufo ante mi comentario, voltee a mirarlo sin ocultar mi desagrado.

- El Rey tiene que estar presente esto podría ser un buen ingreso para el reino, después de todo ellos pagarían impuestos por los mercados que abrirán y-

- Esta diciendo que el reino está tan mal que necesita los ingresos de mercados para sostenerse, Señor Hightower?- golpee el tenedor contra la mesa interrumpiendo al mayor, estaba exaltando me más de lo normal y eso se hizo notar cuando vi la expresión del rey. Me miraba con un leve ceño fruncido y luego miró a Otto, a este le dio una mirada más pasiva, como si le pidiera ser comprensivo conmigo.

- Lucerys, debo cumplir mi trabajo como rey, aunque este afecte mi salud, quieras o no, no puedes impedir que yo cumpla con mi deber- al culminar el rey se puso de pie y se marchó con Sir Otto.

Me quede en silencio mientras observaba la silla vacía del abuelo, sabía que tenía razón, pero me es difícil aceptar que se hará daño en el proceso.

- Mi principe, el maestre lo esta esperando para iniciar con su clase- la voz de Sir Erryk me saco de mis pensamientos, asenti y me baje del asiento, ya no tenía apetito.

Al llegar a la sala de estudio, observe a Helaena trenzarse el cabello y a Aegon dormir en el sofá. Salude a la chica de hebras blancas y me senté a su lado.

- Luke, tus rizos son muy hermosos- mencionó tímida mientras observaba mi cabello, sonrei ante el halago y le agradecí. De los tres hijos de Alicent, Helaena es la mejor, tierna, comprensiva, inteligente y dulce, aun no comprendo como es que Aegon y Aemond salieron tan mal.

Uno es un tuerto gruñón, que te hiere de una forma pasiva agresiva.
Y el otro es un borrachon que tenia hijos sueltos por todo la Calle de Seda.

   El maestre regresó con unos libros, pero continuo quejando se de no poder encontrar unos libros en la biblioteca. Al despertar Aegon se sentó a mi lado, parecía tener resaca y se quejaba de un fuerte dolor de espalda, tan joven y con los dolores de un viejo, no iba a durar mucho a este paso.

   Al terminar la clase el maestre se fue, era la hora de almuerzo, pero nisiquiera eso pude planear, el abuelo de seguro estaba en la sala del trono. Un fuerte jalón de orejas me sacó de mis pensamientos y observe aún Aegon con el ceño fruncido, estaba molesto por que lo ignore, aunque nisiquiera lo había escuchado hablar.

𝓑𝓵𝓪𝓬𝓴 𝓢𝔀𝓪𝓷  || 𝕷𝖚𝖈𝖊𝖒𝖔𝖓𝖉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora