Jaque...

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    Aemond tomó de mi muñeca y ambos caminamos por Pozo Dragó, sus pasillos oscuros iluminados por el fuego de las antorchas. Un grupo de maestres pasó por nuestro lado y se quedaron mirándonos de una forma muy extraña antes de saludarnos. Formé un leve puchero siguiendo los con la mirada, pero la voz de Aemond llamó mi atención.

— Ignoralos— asenti y continue caminando mientras que intentaba seguirle el paso a Aemond.

   Llegamos enfrente de unas enormes rejas y dentro de las rejas todo estaba oscuro. Alce una ceja y observe a Aemond abriendo una puerta de entre las rejas, para luego tomar una antorcha.

— Vas a entrar o no?— mire a Aemond entrar y desaparecer en la oscuridad. Frunci mi ceño y pude escuchar mucho bullicio. Entre por aquella puerta y me adentre a la oscuridad, el lugar estaba algo húmedo y sin importar cuanto buscará no podía encontrar a Aemond. Mi paso fue detenido por chocar con una pared fría, frunci mi ceño y puse mis manos en la pared, la cual era una bastante escamosa.

Pude escuchar un fuerte sonido de unas cadenas y poco a poco enfrente mio unas enormes puertas se abrieron dejando entrar la  luz a el oscuro lugar. Poco a poco observe la piel escamosa y verdosa de un enorme dragón. Los ojos sin vida de Vhagar chocaron con los míos y pude apreciar como mis manos estaban a nada de chocar con sus colmillos.

  Retrocedí temeroso, mi rostro comenzó a palidecer, mientras que mi cuerpo temblaba. Sentí como mus ojos estaban a nada de salirse de su lugar, mi mandíbula temblaba descobtroladamente en el torpe intento de hablar y pedir ayuda.  Continue retrocediendo hasta que choque nuevamente con algo, subi mi mirada y observe el parche de cuero de Aemond.

El mayor me tomo de ambas brazos haciendo que el temblor de mi cuerpo se controlará por unos instantes.

— Que bueno que ya entraste, ayúdame a sacar a Vhagar de su jaula— el mayor observo el de hebras rizada temblando como si estuviera Invernalia.

— Porque tiemblas, acaso tienes miedo?— pude observar como la comisura de sus labios se alzo un poco. Aprete mi mandíbula ante aquel nuevo intento de hacerme burla. Empuje al mayor sin dejar de mirar a la gran bestia.

   La bestia se levantó de su eterno descanso y comenzó a dar leves pasos, que se escucharon como relámpagos impactando en el suelo. Aprete mis labios intentando oprimir cualquier grito de terror que pudiera salir de entre mis labios.

— Oh por favor Lucerys, como puedes tenerle miedo si tu también tienes uno—  Aemond se acerco a su dragón y acaricio una parte de su enorme hocico escamoso. Observe con calma aquella escena, mi asesino y el arma que utilizo para acabar con mi vida. Trague fuerte e intente suprimir aquellos recuerdos erróneos que me hacían pensar mal del Aemond que tenía de frente.

— No me siento muy bien, creo que me voy a ir — me di media vuelta con intención d ehuir de aquella jaula, pero el agarre de Aemond me lo impidió. La mirada del mayor choco con la mia y como el golpe de un rayo me quede anonadado mientras observaba su semblante.

— Lucerys de verdad le tienes miedo a Vhagar?— questiono el de hebras platinadas mientras me jalaba hacia el. Esta vez baje mi mirada ante la desvergonzada y penosa respuesta que estaba apunto de dar y asenti.

   El cuarto hijo del rey Viserys bajo su mirada y comprendió en un solo dia que aunque Lucerys pareciera ser alguien maduro para su edad aún seguía siendo un niño, uno inocente y que puede ser temeroso.

— Vhagar no te hará nada, lo sabes perfectamente — el susurro de mi qȳbor me hizo elevar mi mirada hasta unirla con la de él. Desde cuando su rostro estaba tan cerca?

—yo..yo...Nada que ver Aemond, solo no me siento bien, eso es todo, ahora sueltame— ante mi vaga forma de excusarme Aemond volteo sus ojos irritado, bufe ante su accion y me safe de su agarre. No era por ser orgulloso, solo no quería darle una razón más para poder burlarse de mi. Di media vuelta nuevamente, pero esta vez Aemond rodeo mi cintura, en reacción intente huir de su agarre pero el me tomó de la muñeca. Cuando mi espalda choco con su pecho pude sentir su aliento por detrás de mi oreja.

𝓑𝓵𝓪𝓬𝓴 𝓢𝔀𝓪𝓷  || 𝕷𝖚𝖈𝖊𝖒𝖔𝖓𝖉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora