Cumpleaños.

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//VIERON EL NUEVO TRAILER?! SE VE HERMOSO NUESTRO ESPOSO!!//

Pasó un mes,por lo cual ya era el ocho de febrero (el cumpleaños de Giyuu). Él te había dicho la fecha.

Te despertaste y lo fuiste a buscar, no estaba. Se había ido a su misión en la noche, tampoco te había avisado de que se iba a ir y cuando volvería, cosa que él no hacía. Era la primera vez que no te había avisado y te sentiste rara. Tal vez Giyuu quería pasar su cumpleaños sin compañía pero sin duda te dejaría sola, tampoco le preocupaba mucho si estabas sola por mucho tiempo.

Supongo que se fue... -dijiste bastante desanimada.- Creo que quiere pasar su cumpleaños solo... Entiendo...

Fuiste a ver la luna y pensaste en él, era de madrugada, estabas sola sin arma o protección alguna.

Estabas muy tranquila hasta que un demonio te rasguñó bastante mal, hiciste un quejido de dolor e intentaste escapar de el. Te acorraló en una esquina de tu habitación y te hirió más, empezaste a sangrar y con lágrimas en los ojos te preguntabas cuando llegaría Giyuu...

"Qué niña tan débil." -dijo el demonio.-

Tenías miedo de morir ¿Y ahora? ¿Vas a morir sin ver a Giyuu?

Unas tres horas después, el demonio se había ido, satisfecho por hacerte daño. Estabas herida y tú vista estaba muy mal para curarte por tu cuenta en esos momentos.

Narra Giyuu:
Me fui a mí misión y terminé con el demonio, quería pasarla solo en mí cumpleaños. Después de unas horas recordé que no había protección en la finca, ni había glicinas, y yo siempre regresaba temprano si es que algún demonio se acercaba y yo por lo menos estaba ahí para matarlo. Me preocupé un poco pero no quise regresar todavía, no hasta la mañana... Llegó el amanecer y fui a la finca.

Ya llegué... -dije en un tono más bajo.-

Me acostumbré a que Ai me dijera 'bienvenido' pero ahora no lo hizo, me fui a fijar a su habitación y vi una escena bastante fuerte....

Algo aterrado entre  y ví como Ai tenía rasguños muy profundos en su cara, clavícula y abdomen... Que regalo de cumpleaños...

«¡¿POR QUÉ NO VINE ANTES DE ÉSTO?!» -pensé mientras me fijaba el pulso de Ai, el cuál estaba muy, muy débil.-

De verdad... Soy un idiota... -dije en voz baja mientras me arrepentía de no haber llegado antes por un capricho mío.-

La llevé a mí habitación y la vendé. Despertó en la tarde y solo me felicitó por mí cumpleaños de forma algo triste.

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