Capítulo 5

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Kristal Evans

04 de enero.

Veo como entran los muebles que pedí para la habitación que usaré en el apartamento, sonrío feliz al ver la cabecera gris con toques celestes a los lados, podrá parecer para una niña, pero mientras yo esté feliz y me guste me la quedo.

Cuando los trabajadores que traían los muebles al fin se fueron y quedé sola en la sala, los nervios me atacaron.

Estoy en Milán, estoy aquí otra vez y trabajaré cerca del chef que a sido mi ídolo desde hace algunos meses.

Y estoy cerca de él, si es que aún sigue aquí.

Tengo nervios, me estoy muriendo de nervios, sé que soy buena en mi trabajo, pero siempre va a ver alguien que no le va gustar lo que haces y temo que mis nuevos jefes o compañeros hagan o digan algo que me desanime por completo.

Aún estaré unos meses aprueba y quieren que me dedique más en el área de postre, el cual no tengo problema porque es lo que mejor se hacer.

Escucho mi celular sonar, lo busco para ver quién me escribió.

"¿Ya terminaste de arreglar las cosas en tu nuevo hogar?"

Wyatt Smith, mi ex novio.

"Si, ya está todo listo"

"¿Estás preparada para conocer a tu ídolo de la cocina?."

"Estoy nerviosa, espero agradarle"

"Tú le agradas a todo mundo, imposible que no le agrades"

"Gracias por el apoyo, a pesar de todo"

Tarda un poco en responder, sé que debe costarle decidir qué palabras decime ahora.

"A pesar de todo fuimos amigos antes que novios, no funcionamos como pareja, pero si lo hacemos como amigos, cuídate bonita y espero verte pronto"

Cuando decidimos dejar todo, aceptar que estábamos forzando las cosas por tratar de salvar la relación, nos distanciamos por semanas, hasta que un día logramos hablar como amigos, lo que primero fuimos y en lo que mejor funcionamos ambos, me deseo suerte en Italia y yo le deseé suerte en su nuevo trabajo, si así funcionamos mejor.

............

Muerdo mis uñas mientras miro el edificio enfrente mía, en 10 minutos tengo que reunirme con el secretario del dueño del restaurante, cuando supe eso me desanimé, pensé que al menos hoy sabría quién es el hombre al que tanto idolatro.

Paso mi mano por mi pecho buscando el dije de mi collar que va debajo de mi camisa, lo sostengo por un rato para tratar de sentir apoyo.

Cuando al fin agarro el valor de entrar y pedir indicaciones a qué nivel debo ir, me encuentro en el elevador dando respiraciones profundas, cuando al fin llego al piso que me indicaron las puertas se abren, trato de caminar a paso seguro.

Con que no se me doble el tobillo porque no sé qué tienen mis tobillos, pero siempre de la nada se me dobla alguno.

Al fondo del pasillo veo a un grupo de hombres hablando y riendo, uno me da completamente la espalda, un rubio que tiene un plato de palomitas me ve y sonríe grandemente.

 Cuidando De Ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora