Capítulo 10

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Tristan Hale.

Juego con mis dedos el pequeño dije de sol que cuelga en mi cuello, tratando de borrar a cierta mujer de mi cabeza, siento que todo va tan rapido para mi.

No puede gustarme tan rápido otra vez ¿verdad?

Si puedo, más cuando ella sigue siendo la misma chica de la que una vez me enamoré, nada ha cambiado en su forma de ser, tampoco ha cambiado la manera en que me hace sentir especial, a pesar de que ella aún no sabe quién soy, sigue tratándome de una manera que hace que el corazón se me llene de tanta calidez.

Soy patético, a su primera muestra de cariño y ya me tiene a sus pies otra vez.

Aparta no puedo asegurar que tendremos un futuro juntos, no cuando ella dejo claro que quiere sacar de su vida a su antiguo amor, ósea yo.

Salgo de mis pensamientos cuando escucho un carraspeo.

Todos nos quedamos viendo como César come tranquilamente y ve una película, mientras Francesco y Caleb lo miran como el mayor traidor de la historia.

-¿Y ustedes que hacen un viernes en casa todavía?

Caleb señala a César como si fuera el culpable de sus desgracias.

-El señorito anda en plan enamorado y ahora ya no quiere salir con nosotros.

Andrés se sienta a la par de César y lo ve esperando que le cuente todo.

-No diré nada.

-No seas así, somos tus compás, tus amigos del alma.

Adriana solo se ríe divertida al escuchar nuestra plática, Alessandro sigue trenzándole el pelo. Pego un brinco cuando escucho como tiran la puerta, un rubio de casi dos metros entra molesto a la sala y ve mal a César.

-¿Por qué hoy todos me andan viendo mal?

-Cesar ¿Qué mierda le pasa a tu prima? A Dulce.

-¿De qué hablas?

-Tuve que ir al hospital para averiguar sobre algún buen cardiólogo, entonces la vi a lo lejos hablando con un doctor, cuando vi que se quedó un rato sola la fui a saludar con un abrazo y me golpeó, solo me vio por un momento y luego se fue porque la estaban llamando.

César se ríe fuertemente, entendiendo algo que nosotros ni Eros comprende.

-¿Le viste el color de ojos?

-Eran de color whisky ¿sería color ámbar? Yo no sé cómo llamar a cierto color de ojos que tienen algunas personas, son raros, pero puedo describirlos como ojos dorados, no se, no me preguntes estas cosas.

Cesar solo arquea una ceja, como esperando que él se de cuenta de algo.

-¿Qué?

-A ustedes a veces se les olvida que mis primas también tienen sus copias.

Eros abre mucho sus ojos.

-¿No era Dulce?

-No, era Aurora, vino unos días junto a un grupo de su universidad que les pidió viajar para ver un caso médico.

 Cuidando De Ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora