Jaula dorada

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Los lujos nunca la llenaron completamente, las fiestas y eventos de alta clase le eran monótonos, y las personas con las que convivía no le parecían más que maniquíes con rostros falsos

Winnie no podía decir que odiaba su vida, pero si que era de lo más insípido que había

Todo le parecía tan soso y descolorido que la sofocaba. Como si estuviera en una habitación diminuta, sin puertas ni ventanas, completamente en penumbra y sin ver ni sentir algo más que no fuera él frío e hipócrita trato con el que todos se dirigían a ella

Era su prisión de riquezas, que no la dejaba sacar a la luz a la niña risueña y disparatada que añoraba ver la luz

Ver la luz, jugar y reír sin restricciones, sentir algo de calidez...

Algo similar a lo que sintió al ver al chico de ojos olivo

Ese chico era especial, todos ellos lo eran, ese circo era extraordinario

Lleno de colores, luces y un brillo tan singular e intenso que te obligaba a mantener la mirada fija en el show. Y por lo que le contó Henry el día de la fiesta, ellos eran más que un espectáculo, eran compañeros que gozaban de interpretar y llevar a otros ese arte

Y la pelirroja solo podía agradecerle por todo lo que le contaba

Eso era lo que deseaba, un lugar donde no tuviera que vivir con una soga en el cuello, donde pudiera expresar toda rareza e invento que pasaba por su cabeza, bailar al ritmo que marcaba su loca imaginación, y donde sus sueños y risas no se vieran pisoteados por gente hueca que se creía grande

Pero, tal vez sólo era eso, un deseo, el sueño de una niña encerrada, que jamás iba a ver algo más que el dorado enfermizo y sofocante que la rodeaba

○○○

Exactamente tres días después de la gala, se encaminó a donde tenía entendido se hospedaban los actores de circo

Henry no le había dado muchos detalles del lugar cuando hablaron, dado que el muchacho no conocía la ciudad y sus sectores, pero la pelirroja tomó la poca información que le dio y consiguió deducir donde era

Al pasar por el vestíbulo y preguntar en la recepción, subió las escaleras al segundo piso. Caminó por los pasillos pulcros y bien decorados por algunos minutos, cuando el sonido de unas voces y risas llamaron su atención

Se aproximo a las puertas dobles entreabiertas, que era el origen del sonido, y se asomo muy levemente para ver el interior

Al parecer su búsqueda había sido fructífera. Dentro de esa pequeña sala, se encontraban los individuos que había visto en el escenario, distribuidos por los sofás y el suelo, comiendo distintos dulces de una gran mesa central, mientras charlaban y reían amenamente

Era como ver a una gran familia

Sus ojos captaron como una niña castaña se levantaba y acercaba a la puerta, se movió rápido de donde estaba y se alejó varios pasos, para que pareciera que iba llegando

Las puertas se abrieron y la pequeña salió al pasillo, y casi inmediatamente sus ojos se clavaron en la muchacha, desbordando sorpresa

––¿Puedo...ayudarla?––decir que estaba confundida era decir poco

Emma la recordaba, era Winnifred, la chica a la que le regalaron el show por su cumpleaños, la misma que había bailado con Huevo, pero en su cabeza no encontraba una razón coherente de que la joven se encontrara en ese lugar

The circusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora