𝓡𝓮𝓪𝓵𝓲𝓭𝓪𝓭

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No, ya no sentía nada, podia ponerse de pie, y seguir, seguir.

No, no era cierto, pero eso el no lo sabia, no sabia que una parte de el habia muerto, ese brillo en sus ojos y ese cálido corazón dorado  entras la oscuridad lo rodeaba. Ahora solo el repetía eso en voz baja mientras gélidas lagrimas bajaban por su almohada. 

Sus ojos muertos miraban al techo, su piel mas pálida y delgada de lo normal, con una cicatriz que partía su rostro, una venda que cubría su pecho desnudo, sin la fuerza para cargar ese peso.

Su madre, ella, estaba muy preocupada, solo, llegaba después de altas horas con heridas y moretes que ni siquiera se molestaba en ocultar, no descansaba y ya iba a la escuela sin dirigirle la palabra. Izuku era tan buen niño pero, le dolía, mucho ver a su niño deprimido. No habia salido de su cuarto en días ni comido nada en todo ese tiempo. Y le lastimaba a tal grado de que el te entre sus manos salpicara sus lagrimas, sin que ella tuviera el valor de enfrentar a su propio hijo y darle su apoyo, incluso cuando mas lo necesitaba.

Incluso ellos lo sabían, después de que Izuku no contestara sus mensajes y fuera a la base como todos los días, incluso el habia ido directamente a su escuela para confrontarlo pero, no habia nada de el.

Las cosas no eran iguales sin el, era como, un pequeño brillo que los unían, ahora, no habían tenido el valor ninguno de los dos para volver a salir. Como ese día, ambos habían llegado temprano para encontrar el silencio y la oscuridad, solo para despedirse y volver a intentarlo mañana.

Pero no era tonto, detrás de la falsa mirada de Touya, intentando verse alegre, podia ver que no estaba bien tampoco, sabia que miles de cosas pasaban por su cabeza, al igual que la suya, y sabia, que un herido no podia curar a otro, no ellos. Pero algo sabia, algo le habia ocurrido a Izuku, el no era de las personas que te abandonan, nunca soltaría algo como si nada ocurriese y simplemente se irían, no, ese no es el Izuku que conocía. Y aun así no podia encontrarlo para darle apoyo.  

Al llegar a su casa, era lo mismo, solo dejaba tirada su bicicleta de lado para subir el árbol y entrar a su habitación, dejaba su mochila de lado y pasaba por los libros que antes Izuku le habia dado, solo para caer derrotado en su casa.

Desde que Izuku se habia ido...Todo era mas cansado.

Y mas doloroso, y sofocante. Mientras se abrazaba así mismo sobre su cama conteniendo a como podia gruesas lagrimas. Izuku...Los habia abandonado ¿Por que? ¿Se dio cuenta que ellos eran unos marginados a los que nadie quería? ¿Que el era un monstruo que lo terminaría lastimando? ¿Por que?

—I-Izuku— Gimió, le dolía, le mataba creer que su primer amigo, la primera persona que realmente lo ayudo y salvo se fuera, como hacían todos con el.

Ojala hubiera muerto en ese incendio. Para no sentir esto, algo que quemaba aun mas que su fuego, algo que no podia ver y apretaba con fuerza sobre su pecho para poder apagarlo, por primera vez, no quería seguir sintiendo ese dolor. En su corazón. Mientras todo se iba incendiando.

La verdad es que no se sentía bien, nadie lo hacia, y escuchar su celular vibrar la mayoría del tiempo lo afirmaba, los mensajes de ambos pidiendo su regreso se lo gritaban.

Era un egoísta.

Podia, tenia, que levantarse. Aunque al abrir sus ojos viera sus ojos marron y su ensangrentada sonrisa, cuando veía con pena el dije oro en sus manos, mientras la boca de pistola amenazaba su sien. No podia morir, aun. aun habían muchas personas a las que proteger, pero no se sentía digno de volver a abrir los ojos.

Sus compañeros tenian razón, su madre tenia razón...Ellos tenian razón ¡Todo el mundo tenia razón!

No podia ser un héroe.

[Los Héroes No Existen] Deku VigilanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora