El frió era intenso, la oscuridad perforaba cualquier rastro de luz e inocencia. Todo era tan perturbador, silencioso, era imposible respirar con normalidad entre aquellas paredes en donde se perdía. Odiaba la oscuridad, la odiaba, la odiaba muchísimo, sin sus llamas, indefenso, sin poder hablarles.
Algo calaba en su cabeza, esto, no estaba bien, un temblor en su mano que recorría su pecho que pasaba a sus piernas y consumía todo.
Mierda, mierda, mierda, mierda. Sostuvo sus puños con fuerza y las sostuvo en su pecho, pronto dejo de respirar bien, un aire cliente en cambio marcaba la oscuridad, y pronto, un brillo azul recorrió sus ojos y alumbro esa oscuridad. ¿Estaba....? ¿Llorando?
El fuego que brotaba de sus ojos levemente cayo al suelo y se extinguió. Aquello fue el borde que el no pudo soportar.
Le dio vuelta a los héroes y corrió hacia donde sus amigos. El fuego azul de sus ojos alumbraba su camino, héroe por héroe iba pasando en la oscuridad hasta ver a sus amigos alumbrados por su fuego.
Ni siquiera tomo en cuenta, todo. Extendió sus brazos y los tomo del cuello de sus trajes para arrastrarlos en contra de su voluntad.
Cerro sus ojos con fuerza para que la luz se extinguiera, pasar desapercibido en la oscuridad para esconderlos a los tres, cruzando basureros, huir siempre era mejor según el, siempre fue la mejor opción, la única escapatoria y la victoria, con una diferencia, pues no quería irse de allí solo, no quería dejarlo a ellos pero tampoco quería quedarse.
Todo esto era un error.
Empujo ambos cuerpos una vez estuvieron lejos de allí, la luna los alumbraba por fin, ambos chicos recargados en la pared de ladrillo de algún basurero, y el ocultando su camino hacia una mala decisión.
Unos segundos en los que no dijo nada fue suficiente para que ellos, ver sus ojos dolidos, en silencio gritando, con su fuego que siempre era mas fuerte que el. Con la misma expresión que Izuku vio hace tantos años, la misma, la primera, y de pronto los tres se convirtieron en unos niños tratando de disfrazarse de adultos.
—Esto esta mal— Fue lo único que dijo pero nunca aparto su mirada.
—Touchan, yo...
—¡No!, Izuku escúchame— Le interrumpió —Mira, muchas veces nos hemos arrepentido de hacer lo que hacemos, todos los días siempre que vemos todas las heridas que tenemos al final y nos preguntamos ¿Por que seguimos haciendo esta mierda?, esto es lo único que nos lastima, que te lastima a ti, ¿Por que no pudimos ser unos malditos niños normales? ¡Si, yo pienso eso ¿Y que?! ¡¿Por que no podemos largarnos ahora?! ¡No nos necesitan y lo sabes, va caer el Símbolo del mal lo único por lo que seguimos haciendo esto, ya nada nos va a anclar a ellos!... Podemos irnos ahora, no quiero que nos lastimemos por nada, no otra vez— Se detuvo y cerro sus ojos con dolor, su corazón se aceleraba demasiado rápido, no le dejaba respirar. El miedo consumía a un niño.
Hitchan estaba de acuerdo aun si no tuviera el valor de gritarlo, Izuku siempre se convertía en el adulto entre ellos dos, aquel que nunca tiraría la toalla y se daría por vencido, el suicida que por su sueño lo tiraría todo, incluso si se trataba de sus amigos. Y cuando levanto la mirada ambos pudieron verlo.
—¿Por que me haces sentir mal, Izuku?— Pregunto dolido frente a unos apáticos ojos mirándolo, incluso si el era mas alto, le hacia sentir mas pequeño, ojos azules que competían con un verde brillante, semejantes a los ojos que alguna vez admiro.
Le tomo fuertemente de los hombros —¡Esto no debería ser así, entiende!
Que graciosa era la vida ¿No?, su padre, la persona a la que admiro y que alguna vez le vio con un brillante brillo le miro con decepción, y ahora se repetía la historia, una brillante luz que se convirtió en su destrucción.
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[Los Héroes No Existen] Deku Vigilante
FanficIzuku Midoriya, Hiroshi Shinso y Touya Todoroki no eran personas que compartieran algo en general, pero el dolor, la impotencia y la agonía eran algo que los tres sabían de memoria. Era similar a una herida abierta, que sangraba constantemente y aun...