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Mi vista paseaba por todo el enorme salón, nada ni nadie llamó mi atención sinceramente, todo era bastante aburrido por así decirlo, aunque me entretenía hablando con mis amigas, si, chicas, tuve que sentarme con ellas ya que no habían muchos asientos libres al haber comenzado el segundo día.
Entre clases tuvimos el almuerzo, yo, a diferencia de la mayoría, siempre llevé mi propio lunch, la comida de aquí no me encanta pero tampoco me desagrada, es comible.
Ahora, la clase que sinceramente más extrañaba, matemática. Llámenme loco, pero la clase en sí es bastante entretenida a diferencia de otras, nuestro profesor es bastante majo y a veces, nos da regalos como Donuts o un caramelo. Lo mejor, a nuestro maestro digamos que le encanta molestar shipeando a los alumnos, chicos o chicas, no importa.
Saludé a mi maestro quien tal parece se había sorprendido al verme devuelta, otra vez, tuve que sentarme en un lugar no tan cómodo, hasta atrás en la fila pegada a la pared. Nos dieron unos ejercicios que, ejem-, eran problemas de texto pero por un "error," estaban en otro idioma, lo bueno es que las clases de lenguaje eran obligatorias para todos los estudiantes, así que algunos hacían grupos con los que llegaron nuevos este año, aunque sin mucha queja entendía lo suficiente para resolverlo.
Estaba tranquilamente haciendo el paquete, hasta que alguien me llamó, por mi nombre.
_Sparta ¿Podrías traducirme esto?
¿Y éste cómo sabe mi nombre? No disimulé mi confusión cuando ese muchacho castaño oscuro de ojos verdes se acercó a mí con el paquete de hojas presilladas en su mano.
_Claro…
Decidí restarle importancia al hecho de que sabía mi nombre, creo que tenemos clase de lengua juntos, tal vez por eso lo sabe, no recuerdo si cruzamos palabras ahí. Leí el texto y le dije más o menos lo que significaba, el me agradeció y volvió a su puesto, me resultó a primera vista atractivo, raro…
Pasó un rato, y volvió a llamar mi atención, está vez con un apodo algo inusual que solo le escuché decir esa vez.
_Profe de inglés, ¿Me ayudas?_mierda, esto que siento no es normal.
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No se cuántos días pasaron, pero fueron muy pocos, digamos que empecé un viernes y ya era martes o miércoles, o no sé. Ese chico, seguía confundiéndome, no podía dejar de verlo o tan siquiera sacarlo de mi cabeza, estoy mal. En clase de lenguaje nos dejaron sacar los celulares para iniciar sesión en Duolingo, él, hizo lo que yo no me había atrevido, me pidió mi número, jamás me avergoncé de pedirle a alguien su contacto, sin embargo, él me hace sentir ansioso, no dejo de pensar en su rostro y cada una de sus palabras se quedan clavadas en mi mente.
