smile | seongjoong

♡ | １１

     Habían pasado un par de semanas. Bastante había pasado.

     Seonghwa finalmente había vuelto a ver a sus amigos. Fue definitivamente un día que no se le iba a olvidar jamás. Todos se veían tan comprensivos con su situación, parecía como si nunca se hubiese alejado. Se actualizaron bastante de lo que se habían perdido. Seonghwa, además de hablar un poco más de lo que pasó con Daehyun, les habló mucho de Hongjoong. Fue muy feliz ese día.

     No mucho después de ese momento, Hongjoong conoció a los amigos de Seonghwa, y viceversa. Seonghwa incluso se juntaba en algunos recesos con Hongjoong y sus amigos, aunque no tantos.

     En un momento, Seonghwa comenzó a hablar más con la compañera que le ofreció cambiar de puesto cuando recién había terminado con Daehyun. Se hicieron bastante amigos durante esas semanas, y Seonghwa comenzó a estar más con ella en los recesos. Aunque no era por no querer estar con Hongjoong. Sólo se sentía algo raro si se juntaba mucho con él, porque no quería alejarlo de sus amigos. Aún así, seguían viéndose con las tutorías y con juntas que organizaban para horarios fuera de clase.

     Ese día era una de esas juntas. Era un sábado, luego de almuerzo. Primero decidieron ir al parque un rato.

     Al inicio caminaban por ahí, hablando de varias cosas. El ambiente era tranquilo, el día estaba lindo, todo parecía ir en su favor.
     Luego de un rato se sentaron en una banca y continuaron la conversación. En un momento, salió el tema de las tutorías.

     —Oye, pero, tengo entendido que ya te está yendo mucho mejor en inglés, ¿no? —dijo Hongjoong con una sonrisa juguetona.

     —Sí, sí... Pero es por las tutorías...

     —No lo sé, he notado que ya se te hacen fáciles varias cosas...

     —Algunas, pero no todas. Sigo necesitando esas tutorías —dijo con una pequeña sonrisa.

     —Ok, ok, está bien.

     —Ya te cansaste de mí, ok, ya entiendo —dijo siguiendo el juego.

     —Estaba bromeando, no te preocupes.

     —Más te vale.

     Se miraron sonriendo por unos segundos antes de continuar con otros temas. Así como ese momento, todo el resto de su conversación y su día fue muy entretenido.

     Luego del parque fueron al centro comercial, donde había un cine en el que verían una película que les llamó la atención.

     Ya en el lugar, rápidamente se dieron cuenta de que no era nada como la esperaban, y se aburrieron rápidamente de la trama. Por eso, comenzaron a hablarse de repente lo más despacio posible, aprovechando que no había tanta gente a su alrededor. Aún así escucharon dos veces a alguien cerca haciendo un sonido para mantener silencio, y en ambas ocasiones a ambos les costó aguantar la risa. A pesar de lo aburrida que encontraron la película, lograron entretenerse bastante entre los dos.

     Al salir del cine comenzaron a pasear por el centro comercial. Primero fueron a un lugar de comida rápida, para luego seguir caminando por ahí, viendo las tiendas que les gustaban o que tenían algo que a alguno le llamaba la atención.

     No se habían comprado nada de ninguna tienda aún, hasta que en un momento pasaron al lado de una máquina de peluches, en la que Seonghwa vio uno que le dio la necesidad de tenerlo cueste lo que cueste.

     Le pidió a Hongjoong que se quedara con él, esperando a que Seonghwa pudiese conseguir ese peluche. El menor lo miraba sonriendo mientras se gastaba todo su dinero, intento tras intento, sin conseguir nada pero estando cada vez más cerca de lograrlo. Eso hasta que a Seonghwa le quedaba el dinero justo para el pasaje de autobús. En ese momento, miró con ojos de perro mojado a Hongjoong. Este lo miró por unos segundos, manteniendo la sonrisa y usando todas sus fuerzas para no aumentarla demasiado.

     —Bien, intentaré —dijo luego, recibiendo un energético “Gracias” de parte de Seonghwa.

     Hongjoong comenzó a intentar, entonces. Al igual que Seonghwa, le estaba costando, aunque cada vez lograba mover el peluche un poco más, y cada vez se veía más posible de agarrar bien. Aunque en un momento Hongjoong se dio cuenta de que estaba a punto de quedarse sólo con las monedas para su pasaje. Tenía sólo una oportunidad sin contar ese dinero.

     Oportunidad que perdió.

     Sin embargo, había visto a Seonghwa tan emocionado con la idea de tener ese peluche, que decidió arriesgarse y usar las últimas monedas que le quedaban.
     Nunca estaba de más caminar un poco.

     Usó entonces una moneda. No funcionó. La segunda tampoco, y luego ya sólo le quedaba una.

     Se fijó lo mejor que pudo en todos los lados de la caja de plástico, y cuando estaba listo, presionó el botón.
     Los dos miraban la máquina como si de algo vital se tratara, esperando que el peluche no se cayera en un mal momento.
     Al principio pareció como si eso hubiese pasado. El peluche cayó antes de que la garra se abriera, pero cayó justo en el borde del lugar por donde caían los peluches, y logró pasar.

     Inmediatamente Hongjoong sintió el fuerte abrazo que le dio Seonghwa. Probablemente esa era la primera vez que lo veía así de emocionado. El mayor le agradecía una y otra vez durante ese abrazo, hasta que poco después se soltó para tomar el peluche. Hongjoong no podía dejar de sonreír viéndolo así de feliz. Además de eso, se sentía bien el haberlo podido conseguir para él.

     Después de eso siguieron caminando por el centro comercial, aunque nada más les llamó la atención. Cuando ya se estaba haciendo tarde, salieron del lugar y se dirigieron a un paradero.

     —La pasé muy bien hoy, hay que repetirlo como sea —dijo Seonghwa con una gran sonrisa.

     —Tú dime y yo voy, ya sabes.

     La sonrisa del mayor aumentó.

     —Muchas gracias por el peluche, también. Lo llamaré Joong en tu honor.

     Con eso se le hizo inevitable a Hongjoong soltar una pequeña risa, enternecido. A ese punto sus mejillas ya comenzaban a fatigarse un poco.

     —Oh, el bus que viene es el que me sirve —dijo Seonghwa poco después—. ¿No usas ese?

     Hongjoong lo vio, y aún cuando en su situación no usaría ningún autobús, el que venía realmente no le habría servido para ir a su casa.

     —No, uso otro.

     —¿No te importa quedarte solo?

     —No, ve tranquilo. Puedo esperar un poco más.

     —De acuerdo. Me avisas cuando llegues a tu casa, ¿sí?

     —Claro. Igual tú.

     —Sip.

     En ese momento el autobús ya había llegado. Ambos se despidieron rápidamente antes de que Seonghwa subiera.

     Luego de haber visto ese bus irse, Hongjoong comenzó a caminar. Le tomaría bastante tiempo y energía, pero al menos había hecho feliz a Seonghwa.

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