Dream || Mechamiwa

09. Dulce Navidad

nota: casi 9000 palabras, lean con calmita.

🤖🗡️

❝Simplemente me dejaré llevar por esta corriente que me arrastra

Cederé a estos sentimientos, dejaré de lados mis preocupaciones

Esta es mi honesta confesión, desde lo más profundo de mi ser

¿De qué más hay que dudar ahora?❞

— EXO, Let Me In.

El amor adolescente era algo hermoso, algo genuino e inocente y más aún si se trataba del primer flechazo, al mismo tiempo era algo exasperante desde la vista de un simple espectador, y más si hablamos de cómo pasaba el tiempo rápido indicando casi el fin de un año. El calendario marcaba al fin veintidós de diciembre, dándole así la bienvenida oficial al frío invierno y estando tan cerca de la víspera de navidad que solo le ocasionaba nervios a la pequeña Kasumi Miwa.

Habían sido comunicados que las academias hermanas organizarían una pequeña fiesta por nochebuena, indicando que los chicos de Kioto viajarían a Tokio por la festividad. En otra oportunidad Miwa hubiese estado brincando en un pie al poder ver a la persona que admiraba, y aunque estaba feliz de poder volver a presenciar al hechicero más poderoso de todos, el origen de su emoción era claramente otra.

Desde que había fracasado en confesarse a Kokichi, había tomado la decisión de fingir que no le gustaba y reprimir lo que sentía. Pero como él había aceptado sus disculpas y finalmente se *tuteaban, su relación se sentía ligeramente distinta. Ella sentía que cada día tenían más confianza entre ellos, jugándose bromas de vez en cuando, hablando hasta tarde en las noches por teléfono aunque estuvieran a solo pasos de distancia, a veces escapándose en las madrugadas hasta el jardín de la escuela para ver el cielo estrellado y compartir ciertas inseguridades que se guardaban y no les permitían dormir, aconsejándose y mejorando de poco la comunicación que a veces les fallaba.

En esas noches estrelladas cuando la temperatura empezaba a bajar de a poco, Kokichi siempre le prestaba uno que otro sweater para evitar que se resfriara, y el bromeaba con que ella ya se estaba quedando con casi todos los sweaters que tenía. En esas noches estrelladas, cuando ella lo consolaba ante tantos pequeños pensamientos intrusivos que se le pasaban por la mente, allí observando su perfil y su semblante tan tranquilo, se daba cuenta que mientras más reprimía sus sentimientos, más se enamoraba de el chico.

Él era tan amable, tan gracioso, tan confiable, la hacía sentir que era casi perfecto.

No, al contrario, ella sabía que Kokichi era imperfecto y eso era lo que más le gustaba, era un chico imperfectamente perfecto que cada día calaba más y más en ella.

Cuando se habían enterado acerca de la fiesta de nochebuena, ella era una de las más felices. Él solo pensar que estarían todos reunidos comiendo un delicioso pastel de crema y fresas, a la par que los acompañaba la música de fondo, dónde quizás pudieran tratar más con los chicos del otro plantel con calma, y que al final de la noche, ella le pudiera dar un regalo de navidad al chico de sus sueños, solo la hacía brincar de la emoción, era el escenario perfecto que tanto había soñado. Aunque para cuando se había girado hacia el chico, pudo notar su expresión de incomodidad, esa misma expresión ansiosa que le había dado cuando habían decidido ir al parque la primera vez, la misma expresión que se le instalaba en el rostro cuando le contaba sus temores en las noches que se desahogaban, haciendo que ella lo tomara de la mano y lo arrastrara hasta otro salón, dónde ambos pudieran hablar en privado.