01. El Castigo

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— ¿Qué se te pasó por la cabeza? — gritó Utahime en una mezcla de furia y decepción hacia el pelinegro quien se encontraba de pie frente a ella, con la mirada en el suelo apretando los labios y los puños.  Kokichi Muta sabía que se merecía eso, su maestra reprimiéndolo y sus amigos mirándolo con furia. El lo sabía, era un traidor de primera ¿Qué esperaba? ¿Qué sus amigos y maestra comprendieran todo lo que había pasado por diecisiete años y sus motivos para filtrar la información? El sabía que aunque no fue su intención todos sufrieron las consecuencias del intercambio con los chicos de Tokio, aunque había hecho un trato para que no tocaran a los de Kyoto, no los pudo proteger.

— ¿Tienes idea de cuánto peligro corrieron todos? ¡No solo nosotros, tantas personas que pudieron morir por tu irresponsabilidad! — los ojos de Utahime se cristalizaban a medida que seguía gritando, ella estuvo negada a pensar que alguno de sus estudiantes pudiera estar involucrado con Geto, o mas bien Kenjaku, pero cuando por descarte descubrieron quien había sido, se cuestionó realmente su vocación como maestra. Utahime pensó que había hecho algo mal al no poder proteger a uno de sus estudiantes.

— ¡Fuiste un egoísta, traidor de mierda! — explotó Mai acercándose, su rostro rojo por la rabia. Mai empuñó su arma apuntando la cabeza del pelinegro, Kokichi empezó a hiperventilarse, el miedo de que todos lo odiaran y lo repelieran por ser un monstruo se estaba haciendo realidad, sin embargo, esta vez no era por su físico que lo consideraban alguien horrible, sino por sus acciones y eso lo consideraba peor — ¡Al menos di algo para que no te mate ahora mismo! ¿Alguna vez fuiste honesto con nosotros? — Mai apretó los dientes, Utahime apartó la mirada, en otra ocasión la hubiese reprendido pero esta no sería la oportunidad.

— Todos los momentos que vivimos juntos fueron honestos — Kokichi murmuró sin levantar la mirada, sus puños tornándose blancos y temblando — Intenté protegerlos de los acontecimientos, admito toda la responsabilidad. Pero si debo confesar algo, es que no me arrepiento de tener este cuerpo nuevo...

— ¿Qué estás diciendo? — preguntó Mai sorprendida e indignada, Kokichi levantó la mirada entrando en un estado de nerviosismo.

— ¿Tienen idea de lo que es pasar diecisiete años de tu vida recluido? ¿Postrado en una bañera sin poder siquiera salir a ver la luz del día? ¿Sufriendo y alejado de todos? — Kokichi comenzó a hiperventilar desesperado a medida que hablaba — ¡Hubiese dado lo que fuera por cambiar mi vida completa, solo quería ser normal! ¿Es acaso eso algo malo? — el pelinegro empezó a levantar la voz, su mirada recorriendo a todos los presentes en la sala. Todou y Noritoshi lo miraban con brazos cruzados, Momo se veía enojada mas se mantenía mirando a la ventana pensativa, Utahime parecía al borde del llanto.

— ¡Lo único que no hubiese cambiado de esta vida de mierda es el hecho de haberlos conocido! Se que lo que hice fue horrible y pudo tener graves consecuencias, soy un maldito traidor y merezco ser castigado, y si desean odiarme adelante, pero jamás entenderán como me sentía — la voz de Kokichi empezaba a sonar temblorosa — Ojalá hubiese muerto allí para evitar todo esto... — Mai miró por encima del hombro del pelinegro y bajó el arma lentamente, todos los presentes también dirigieron su mirada a la puerta del aula al por fin notar la presencia de alguien. 

Kokichi se quedó callado y se giró lentamente, encontrándose los ojos azules cristalinos de Miwa, demostrando que está al borde del llanto. Su corazón empezó a acelerarse de la ansiedad, sabía que tarde o temprano la vería, no sabía desde hace cuánto tiempo estaba allí, que tanto sabía, que tanto le habían contado o que tanto había escuchado ¿Ella lo consideraba también un monstruo? 

— Miwa, de verdad lo siento, yo... Te juro que nunca quise hacerles daño, solo quería vivir tranquilo, y estar con ustedes. Mi intención jamás fue lastimarlos, hubiese dado mi vida por ustedes, yo... ¡Lo juro! — el pelinegro se precipitó a hablar moviendo sus manos desesperado, intentando justificarse con la peliazul. Los demás lo observaban con un poco de pena — Miwa, lo siento, por favor. Créem- Miwa sin decir una sola palabra comenzó a llorar y a correr hacia el pelinegro, abrazándolo mientras sollozaba. Todos quedaron sorprendidos, Kokichi quedó estático, en estado de shock.

Es la primera vez que recibe y siente un abrazo.

— ¡Gracias a Dios que estás a salvo! — solloza, Miwa lo aprieta mucho más fuerte, sin poder creerse que "Mechamaru" esté allí con ellos — No debiste ponerte en peligro de esa manera... — Miwa lo mira directamente. El corazón de Kokichi se encoge ante la inocencia de la chica, al mismo tiempo se emociona. Es la primera vez que la logra ver en persona y no a través de una pantalla. Su cabello, sus ojos, sus mejillas, el tono de su voz... Todo en vivo y directo es un regalo divino para él.

— ¿No estás enojada? — pregunta temeroso separándola un poco, tocándola con delicadeza como si de una muñeca de porcelana se tratara. Todos en la sala esperan pacientes por la respuesta de Miwa, saben que la chica y el son mas unidos, añadiendo que la peliazul suele ser un poco más ingenua ¿Realmente entendía la gravedad del asunto?

— Debo admitir que cuando Utahime-sensei nos contó lo que estaba ocurriendo estuve en negación un tiempo sin querer creerlo — empezó hablando entre sollozos observandolo, sus lagrimas recorriendo sus mejillas velozmente — Pero te conozco, sé que tuviste tus motivos...

— Miwa, soy un monstruo... — los labios de Kokichi empezaron a temblar, ella era tan pura, era imposible que lo estuviera comprendiendo. Miwa frunció el ceño.

— Un verdadero monstruo no hubiese escapado y revelado el plan que tenía preparado Kenjaku, un verdadero monstruo hubiera sido indiferente y hubiese dejado que todos murieran en Shibuya — Miwa empezó a alzar un poco la voz — ¡Un verdadero monstruo no hubiese tratado de proteger a sus amigos! ¿De verdad sigues creyendo que eres un monstruo?

— Fui egoísta — Miwa ladeo la cabeza aun llorando.

— Todos hemos sido egoístas en un punto de nuestra vida, lo importante es que estás aquí... — Miwa empezó a sonreír poco a poco — ¡Al fin estás aquí con nosotros! — solloza volviendo a abrazarlo. 

Kokichi poco a poco le corresponde el abrazo nervioso, sintiendo el calor de la pequeña y el sutil olor de su perfume, brindándole paz. Utahime también suelta las lágrimas que tenía retenidas desde que empezó la reunión y decide unirse al abrazo, susurrando al pelinegro que los peces gordos deberán evaluar su castigo, Kokichi asiente levemente aceptando su destino. Los demás intercambian miradas, y es Noritoshi quien da el primer paso hacia adelante, poniéndole la mano en el hombro al pelinegro.

— Me alegro que no te pasara nada... — Nori le da una pequeña sonrisa que demostraba que se encontraba aliviado. Todou se acerca y le revuelve el cabello con una sonrisa, Momo corre hacia Kokichi y lo abraza, inevitablemente también dejando que sus ojos se llenen de lágrimas aunque ella no deja que corran. Mai al final suspira y se acerca, observando más calmada la situación.

Kokichi no resiste más y empieza a llorar con Miwa en sus brazos, al parecer realmente no era tan malo como creía si personas tan puras lo podían perdonar y amar. 

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¡Hola! Muchas gracias a todas las personas que me apoyaron en TikTok para traer este fanfic a la vida. Inicialmente pensaba hacer un pequeño webtoon mientras aprendo a dibujar, pero en vista de la receptividad que tuvo mi comentario random me emocioné y no me resistí.

Es primera vez que publico una historia aquí, aunque siempre he escrito borradores de fanfics que nunca han visto la luz, pero me agrada que el primero que publico sea con Kokichi y Miwa💖

Una vez más, muchas gracias y gracias por leer. Aún no sé cuántos capítulos tendrá, quizás sea corto, y prometo que ya los siguientes episodios serán más bonitos y llenos de amor💕

¡Nos estamos leyendo!

Dream || MechamiwaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora