07. Sentimientos Encontrados, parte 2

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nota: es el capítulo más largo hasta la fecha, 8000+ palabras, lean con calmita.

🤖🗡

Un par de semanas pasaron donde la pequeña Kasumi se sentía en el séptimo cielo al poder ayudar a Kokichi, planeando juntos sus rutinas de entrenamiento, madrugando para arreglar los puntos débiles del chico y finalmente peleando como ella había querido. Sin embargo, le seguía incomodando aquella sensación que se le instalaba en el cuerpo las veces que Momo se les unía al entrenamiento. Por andar en misiones, ni Todou ni Kamo se encontraban por el instituto mucho rato, por lo que Mai y Momo se la pasaban ayudando también entrenando a Kokichi, cosa que le dejaba un mal sabor de boca a la peliazul. Se sentía horrible porque Momo era cercana a ella y estaba tratando de apoyar a Kokichi, debería sentirse feliz de que estuviera ayudando al pelinegro y que este cada día se estaba haciendo más fuerte y ágil, pero era todo lo contrario, sentía un nudo en la garganta constantemente junto a una opresión en el pecho, casi como si le faltara el aire poco a poco, solo no quería que la rubia estuviera allí.

Y ahí estaban, sentadas en las gradas solo ellas dos descansando, observando cómo el pelinegro combatía con la chica Zen'in, esquivando golpes hábilmente y dándole pelea a la peliverde quien se notaba que se estaba divirtiendo porque finalmente el chico le estuviera siguiendo el ritmo.

A ambas las rodeaba un silencio incómodo, silencio que no extrañó a la rubia después de lo que ocurrió cuando Kokichi se le lanzó peleando, desde esa vez sabía que Miwa había marcado una distancia con ella evitándola en los pasillos, en los entrenamientos cruzaban solo las palabras necesarias y en general le esquivaba la mirada. Eso a Momo le dolía por más que fingiera indiferencia ante el asunto, después de todo, ella quería mucho a la peliazul, pero sabía que debían seguir con el plan de ser los cupidos de sus amigos, y si fingir que le interesaba el alto les daba como resultado final la felicidad de Miwa, entonces daría todo por el plan.

Solo esperaba no ganarse un golpe de Kasumi en el proceso.

— Es asombroso, ¿no crees? — preguntó Momo de repente. Miwa se sobresaltó al escuchar que la rubia rompió el silencio en el que estaban sumidas, mas no le dirigió la mirada concentrándose únicamente en la figura del chico.

— ¿El qué?

— Pues Muta, obviamente — Miwa no pudo evitar fruncir el ceño — Aprende muy rápido, es fascinante.

— Muta siempre ha sido extremadamente inteligente, no es algo nuevo — la peliazul quiso morderse la lengua al darse cuenta que ese comentario salió más pasivo-agresivo de lo que quería. Momo levantó una ceja ante aquello.

— ¿Ah, si? Pues nunca lo había notado hasta ahora que me junto más con él — la rubia se levantó estirando sus brazos, calentando de nuevo lista para hacerle relevo pronto a Mai — Parece ser que es una cajita de sorpresas, no puedo esperar a ver qué más descubro de él — y dejando a Miwa con una mueca en el rostro y un sabor agridulce, se alejó de ella caminando hasta quedar al lado de Mai, quien la esperaba sentada en la grama después de terminar de combatir con el pelinegro, quien caminaba hacia las gradas para tomar hidratarse un poco.

— ¿Quieres llevar el plan al siguiente nivel? — preguntó la peliverde mientras se levantaba, observando lo consternada que se miraba Miwa. Momo soltó un suspiro largo y pesado.

— Creo que si, ya estoy harta de que me mire como si me quisiera golpear a cada rato — Mai soltó una risa y se cruzó de brazos.

— Es hora de aprovechar esos celos al máximo entonces.

Del otro lado del patio, observando disimuladamente a Miwa, estaba Muta tomando agua. Mentiría si el dijera que no la había notado extraña, tal vez un poco más hostil, a veces lanzando miradas que no podía descifrar. Él prefirió no presionarla, la última vez ella le había dicho que solo estaba pasando por situaciones, y él entendía si ella no le quería contar lo que le ocurría por los momentos pero su preocupación aumentaba con el pasar de los días. Sentía que Miwa estaba perdiendo su brillo habitual, él no sabía cómo ayudarla y eso lo frustraba.

Dream || MechamiwaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora