𝐄𝐄𝐀|| El amor de tu vida puede ser más difícil de encontrar de lo que parece. Juan tiene la libertad de decirlo, aunque preferiría guardarse aquello.
Carrera resulta ser un traicionero, y Spreen alguien que solo quiere encontrar a su media naranj...
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-¡¿Qué?!, ¿p-por que no me lo dijeron?- Chilló Ari, preocupada. Para ser alfa, era bastante...tierna.
-No sabíamos si era por que Quackity era híbrido, pero, luego de preguntar a la maestra de Ciencias, supimos.- Suspiró Samantha, mirando a Quackity, esperando que la apoyara.
-Ouh, ¡mi Juanito!- Abrazo a Juan con fuerza, cerrando los ojos. -Te prometo que te apoyaré en todo, ¿si, peque?-
Quackity vio como Rivers miraba a Ari con un tierno brillo en ambos ojitos marrones. Sus mejillas estaban coloradas, y tenía una sonrisa boba, la cual, noto Juan de igual manera.
-Juan, ¿quieres ir a jugar la play?, para que te distraigas un rato- Dijo Quackity, recibiendo una mala mirada de Rivers.
-¿Ah?...Si, vamos- Dijo bostezando, para luego ambos subir a la habitación de Juan y encerrarse para jugar cualquier cosa.
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-No creo que les hagamos un favor realmente, ¿sabes?
-Calla, soy fiel amante del Rivari
-¿Ribary?
-Rivari, pendejo.
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Los días pasaban, y Carrera y Spreen mostraban una relación bastante estable y linda, hasta que se cumplió el mes de pareja.
-¡Agh!, ¡eres un puto idiota, Spreen!- Gritó enojado. -¿Cómo crees que puedes actuar así?, ¡solo es un día como los demás, Ivan!- Gritaba y gritaba, causando un dolor en el pecho del híbrido. Un dolor que lo hacía querer morir.
