Capítulo 4.

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—Oh, vamos, Kookie. —El compañero de asiento de Jungkook seguía moviendolo de un lado a otro de forma persistente. —El equipo está incompleto y tú eres muy bueno jugando, si no encontramos otro goleador ahora nos van a descalificar de la competencia.

Jungkook dió una exaltación. —¡BIEN, LO HARÉ, AHORA DEJA DE SACUDIRME! —El rubio se levantó de golpe de su asiento, mientras su amigo daba saltos a su lado.

Ambos caminaron hacia la cancha de la escuela, había otro equipo ahí, pero Jungkook no le dió mucha importancia a quien sería su rival, solo le importaba una cosa; ganar.

El partido comenzó rápidamente, el equipo contrario estaban ganando 2-1, lo cual comenzaba a desesperar a Jungkook. El rubio corría a toda velocidad con el balón, después de un pase casi perfecto que le hizo uno de sus compañeros, Jungkook se encontraba justo frente al arquero, sin pensarlo mucho dió una fuerte patada, enviando el balón directo al arco y así marcando el empate del juego.

Los gritos y la euforia se hicieron presentes, solo faltaban pocos minutos para que el partido se terminará.

—Solo uno más. —Susurró Jungkook, volviendo a tomar posesión del balón.

El rubio iba dispuesto a anotar su tercer gol, se posicionó y sin más dió una fuerte patada al balón, pero un pequeño resbalón hizo que la trayectoria del balón cambiará y terminará aterrizando en el rostro de uno de los jugadores del equipo contrario. 

Un chico pelinegro cayó sentado en el suelo mientras su nariz goteaba sangre por el reciente balonazo recibido. Jungkook corrió nervioso hacia aquel chico al que acaba de golpear con el balón, se arrodilló frente a él, sus ojos conectaron con los color miel del pelinegro. —Lo siento mucho... —Fueron las primeras palabras que salieron de la boca de Jungkook, mientras miraba cada parte del rostro del pelinegro. —Dios, se ve muy mal tu nariz, te llevaré a la enfermería.

Jungkook ayudo a levantar al pelinegro, le aviso a sus amigos que no podría continuar en el juego porque acompañaría al chico a la enfermería.

Ambos fueron en sumo silencio, ocasionalmente Jungkook se quedaba mirando el rostro de aquel pelinegro, le parecía sumamente lindo.

Al llegar a la enfermería se llevaron la gran sorpresa de que la enfermera no estaba ahí. —Sientate en esa camilla, yo buscaré algunas cosas para curar tu nariz. —Avisó Jungkook, el pelinegro se sentó en la camilla esperando paciente a qué Jungkook viniera con las cosas para curarlo.

Casi de inmediato Jungkook regreso con algunas gasas y alcohol, se sentó frente al pelinegro y comenzó a curar su nariz en silencio, mientras el pelinegro lo miraba fijamente.

Jungkook sabía curar heridas, pues siempre se lastimaba jugando fútbol.

El rubio sonrió satisfecho al ver que la nariz del contrario había dejado de sangrar y la pequeña herida que tenía estaba cubierta con una bandita de Hello Kitty. —Espero que no odies Hello Kitty, pero la enfermera no tenía curitas y yo te puse una mía.

Una pequeña risa se escuchó en aquella habitación, Jungkook pudo sentir como su corazón se aceleró de repente al escuchar la ronca voz del pelinegro. —¿Te gusta Hello Kitty? —Cuestionó el pelinegro.

Jungkook hizo un puchero. —¿Tienes algo contra Hello Kitty? Yo soy su fan número uno.

Una hermosa sonrisa apareció en el rostro del pelinegro. —No tengo nada contra Hello Kitty, tranquilo tigre. —Bromeó.

Jungkook rio y ambos se miraron fijamente mientras sonreían.

Jungkook jamás había visto una sonrisa tan hermosa como esa.

—¿Eres de primer año? —Cuestionó el pelinegro.

—No, aunque no lo parezca, soy de segundo.

El pelinegro asintió lentamente. —¿Cómo te llamas? —Inquirió mientras sonreía con encanto.

—¿Acaso me estás coqueteando? —Jungkook bromeó.

El pelinegro río y Jungkook maldijo internamente, esa hermosa risa. —Solo quiero saber el nombre de quién casi daña mi hermoso rostro.

Esta vez quien rio fue Jungkook. —Que egocéntrico. —El rubio relamió sus labios. —Me llamo Jeon Jungkook, mucho gusto. —Jungkook extendió su mano hacia el contrario.

—Soy Kim Taehyung, mucho gusto, Jungkook. —El pelinegro estrecho la mano de Jungkook mientras le sonreía.

Ambos permanecieron perdidos en los ojos del otro mientras seguían estrechando la mano del otro.

Ambos supieron que en ese instante cupido había lanzado una flecha en su dirección.

Lo que no esperaron es que la herida causada por dicha flecha con el pasar de los años comenzaría a sangrar.

—Tengo un viaje de negocios, así que no me llames, yo lo haré cuando pueda, ¿Lo entiendes?

Taehyung se vestía mientras Jungkook estaba sentado en la cama cubierto por las sábanas, pequeños sollozos salían de sus labios mientras abrazaba fuertemente sus piernas.

El pelinegro frunció el ceño, se acercó al rubio y lo agarró fuertemente del cabello. —¿Que si me entiendes?

—Si, lo entiendo. —Susurró Jungkook en un hilo de voz.

Taehyung lo soltó y salió de la habitación.

Él rubio oyó la puerta de la casa ser cerrada con fuerza, y se permitió llorar libremente en las sucias sábanas.

Se sentía agotado y perdido.

Se sentía atrapado con la bestia.

PAINFUL LOVE || TAEKOOK. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora