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ENZO.

La voz de Valentina resonaba por el teléfono, estaba claramente alterada. Desde que nos comprometimos hace un año no hemos nada más que discutir, pero ambos éramos demasiados cobardes para terminar la relación.

Y la razón por la que estaba tan molesta era porque no la había invitado a Qatar, pero obvio que no la iba a invitar si íbamos a pasar discutiendo y quería estar totalmente concentrado estos días.

– tengo que cortar valentina, chao – no deje que siguiera hablando, más rato teníamos una cena con el equipo y no quería ir de mal humor.

Salí del baño para encontrarme a Julián acostado en su cama viendo el celular

– ¿Todo bien? – pregunto dejando el celular de un lado y yo hice una mueca

– valentina, otra vez – dije suspirando

Julián levantó la mirada, comprendiendo la frustración en mi rostro.

-¿Siguen las discusiones?-preguntó con un tono comprensivo.

Asentí mientras me sentaba en el borde de mi cama.

-Está enojada porque no la invité a Qatar, pero igual, no creo que fuera una buena idea traerla aquí- confesé, sintiendo el peso de la tensión en mis hombros.

Julián suspiró, como si entendiera la complejidad de la situación.

– Bueno cambiando de tema, Paulo no deja de hablar de que Pablo va a traer a su hija – dijo Julián cambiando de tema, lo que agradecí internamente.

– ¿La moledito esa? – pregunté, aún que en realidad sabía quién era Lara.

Paulo había estado hablando las últimas semanas de ella y ya era demasiado agotador. Un día me metí a su perfil para ver bien quien era y entendí la obsesión de Paulo, estaba re buena, pero tenía una cara de ser alta princesita.

– Paulo se muere – dijo Julián riendo y y yo reí junto con el.

Me acosté en la cama mirando al techo y mi mente nuevamente se fue al tema de Valentina, estaba seguro que apenas llegando de Qatar tenía que terminar con ella, las cosas ya estaban agotadoras y no quiero que nos termináramos odiando.

Ni me di cuenta que me había quedado dormido cuando el sonido de la ducha sonó por toda la habitación en silencio. Me senté bien en la cama y prendí la televisión esperando que Julián salga del baño.

De repente apareció un comercial en la televisión de Christian Dior en el cual la protagonista del comercial era Lara, promocionando un perfume.

De seguro la piba era muy famosa, igual era muy linda así que eso debió ser una buena ventaja para ella. El sonido de la puerta del baño me saco de los pensamientos sobre Lara.

Le sonreí a Julián y entré al baño para darme una ducha antes de la cena. Al salir de la ducha, Julián ya estaba listo para la cena. Me vestí rápidamente y decidí dejar atrás, al menos temporalmente, las preocupaciones con Valentina. Quería disfrutar de la cena con el equipo sin llevar el peso de las discusiones a cada lado.

El ambiente en el comedor del hotel era agradable, todos estábamos sentados en una gran mesa y habían muchas conversaciones.

Me encontraba conversando  con Julián, Lautaro, Otamendi y Pablo sobre el primer partido, yo estaba que me moría de nervios pero traté de disimularlo. De repente vi como los ojos de Pablo se iluminaron al ver entrar por la puerta a Lara con Pablo.

Era hermosa la piba pensé, la obsesión de Paulo tenía justificación. Vi como se sentaban en la mesa y hablaba con todos los presentes, de seguro tenía mucha personalidad porque todos estaban mirándola fijamente y ella nunca se vio intimidada.

En el transcurso de la cena sentí la mirada de Lara sobre mi, pero no quise mirar hacia ella, había algo que me lo impedía, me sentía re tímido.

La vi despedirse y caminar al elevador, quería seguirla y conocerla, pero no pude hasta juntar valentía y despedirme de los chicos para ir hacia ella.

Cuando llegue al ascensor las puertas estaban cerrándose por lo que volví a apretar el botón. Se movió dejándome un lado y entre tratando de hacerme el canchero

– ¿Eres la hija de Pablo? - pregunté haciendo como si no supiera quién es ella

Asintió con una sonrisa educada. – Si, soy Lara. ¿Y tu eres? –

– Soy Enzo, Enzo Fernandez. Juego en el medio campo – me pregunté que había sido eso le respondí re gil

Llegamos hacia el lobby y salí rápidamente del ascensor susurrando un chau.

Cuando llegue a la habitación entre frustrado, me quise hacer el canchero y me salió como el orto, aún que ella tampoco pareció muy interesada en entablar una conversación.

Más tarde revise su perfil y se me escapó un like a la historia que había subido, iba a intentar de llamar su atención.

Tarado - Enzo FernandezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora