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Habíamos perdido el partido, igual era el primer partido así que no perdía la fe. Todavía falta mucho y habían jugado muy bien.

A Paulo no lo habían puesto como titular y me dio lástima, ayer habíamos hablado y el estaba muy emocionado por jugar en el mundial.

El ánimo de los argentinos era pésimo, lo supe mientras bajaba por las gradas para ir a los camerinos, donde me encontraría con Paulo y la mayoría de hinchas de notaban molestos y frustrados.

Baje a la zona donde estarían los jugadores y venía chateando con Paulo porque no entendía donde me decía que estaba y veía a todos menos a él, hasta que choque con alguien que quede hasta mareada

Cuando me recompuse y mire bien a la persona que estaba al frente era el tarado de Enzo.

– Tenias que ser tu tarado – dije frotándome la cabeza.

– Y que culpa tengo yo que tú no te fijes por donde caminas princesa – lo mire feo y en ese momento se acercó alguien

– chocaron re fuerte, ¿estas bien? – dios era Leandro Paredes, el hombre más lindo que he visto, mi amor platónico.

He estado babeando por el desde que lo vi en la copa America, pero el tiene esposa y hijos y yo ahí no me meto.

Quise responder pero las palabras no me salían de la boca. Enzo se fijó en la situación y habló

– Si ta todo bien Lea, no te preocupes – dijo y me agarró del brazo para sacarme de esa situación.

Ay no, me quería morir de vergüenza, más encima era Enzo el que me salvó de la incómoda situación

– Cuidado que se te cae la baba – Rodé los ojos, irritada por su comentario, pero decidí no entrar en su juego.

Seguíamos caminando al sitio de los camarines supongo, estaba muy perdida.

– ¿Te gustó Paredes, eh? – preguntó con una ceja levantada, como si hubiera descubierto un gran secreto.

– ¿Qué? No, para nada. ¿Por qué preguntas eso? – respondí, tratando de ocultar mi sorpresa y ruborizándome levemente.

Nos quedamos en silencio por que ya estábamos llegando a los camarines donde estaba Paulo apoyado en la pared.

Enzo se acercó para susurrarme en el odio, me dieron ganas de golpearlo, hizo que mis pelos se pusieron de punta.

– Tranquila, tu secreto está a salvo conmigo – bromeó Enzo antes de alejarse con una risa burlona.

Que odioso, vi como entro en los camarines y me acerqué para abrazar a Paulo con fuerza, trate de transmitirle mi apoyo

– Estoy re bajoneado – dijo murándome a los ojos con pena

– tranqui aún quedan muchos partidos y en cualquiera de esos podes ser titular – no sabía si le estaba subiendo el ánimo pero sus ojos se iluminaron y supe que tuve algún efecto en el.

– Me cambio y salimos por ahí – me beso y me despedí de él para esperarlo fuera de los camarines.

Estaba viendo las redes sociales que no tardaron en mencionar la derrota y también habían por ahí algunas noticias que especulan que estoy en una relación con Paulo. No le di importancia, ya con tantos años en el medio aprendí a no hacer caso a los comentarios de la farándula, tal vez era por eso que mi imagen se mantenía tan limpia.

– Hola lar – dijo una voz al lado mío.

Era Lisandro. Mi historia con Lisandro era corta, nos conocimos en la copa America y de ahí que habíamos tenido solo relaciones, pero nunca llegue a tener una relación seria con el por el tema nuestras agendas, igual le tenía un montón de cariño.

Tarado - Enzo FernandezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora