Avance: Chelsea Vs Olimpo

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NOTA: Debido a lo mucho que me esta gustando este especial de Chelsea y lo extensa de esta historia (hasta el momento van 12 mil palabras), estimo terminarla para el 25 de dic.

Y el especial de Navidad saldra poco despues.

Asi que he decidido brindarles un pequeño adelanto de lo que se viene en este especial de Chelsea que cada veas que lo escribo me esta gustando cada vez mas.

Espero que lo disfruten y les resulte interesante.

Chelsea VS Olimpo: 25 de diciembre.

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Habian pasado 10 minutos desde que Iris habia regresado al Olimpo y entro a la sala central donde se encontraban aun Zeus, Hera, Demeter, Atenea, Afrodita, Heros, Artemisa, Apolo, Hermes, Hefesto, Hebe, Alsepio y Dioniso

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Habian pasado 10 minutos desde que Iris habia regresado al Olimpo y entro a la sala central donde se encontraban aun Zeus, Hera, Demeter, Atenea, Afrodita, Heros, Artemisa, Apolo, Hermes, Hefesto, Hebe, Alsepio y Dioniso. Ya no se respiraba el mismo aire tranquilo que el del principio, mas bien, era pura tension, todos los Dioses estaban callados y con la cabeza baja, ninguno tenia el valor de siquiera interrumpir el silencio cargado de ira de Zeus y Hera.

-Informe.-ordeno Zeus sin despegar sus codos de la mesa y sus ojos molestos.

-Si, ehmm...le brinde toda la informacion de la Reina Nerissa...-entonces Iris recibio una bofetada tan fuerte que le partio el labio y sono con un fuerte eco en el salon. Todos los Dioses quedaron con los ojos perplejos en la pobre Iris y el miedo se apodero de ellos al ver la reaccion de Zeus.

-Ella no es una Reina, no te atrevas a volver a expresarte con ese respeto de la asesina de mi hermano.-dijo Zeus con una frialdad tan grande que hasta a Hera que estaba por replicar molesta por haber golpeado a Iris se quedo callada.

Iris trato de limpiar la sangre de su labio con su mano temblorosa y le respondio con ojos llenos de lagrimas:

-Si, mi Rey. Le ruego una disculpa.

Zeus observo a todos y cada uno de los Dioses, todos estaban nervioso y no querian elevar la mirada, Zeus se mantenia firme viendolos a todos y regreso a su trono.

-Informe.-volvio a repetir Zeus pero ya con un tono un poco mas fuerte y elevado.

-Si...deje a Ares y a Hercules en el escondite de aquella asesina...les dije todo lo necesario y parece que ambos podran con ella.

-Bien...no importa que tan fuerte sea esa niña sirena, no podra contra dos de los Dioses mas poderosos de la mitologia...-y Zeus sonrio satisfecho a lo que los otros Dioses tambien trataron de sonreir.

Entonces una esfera de luz roja se ve a lo lejos que ascendia por sobre las nubes terrestres.

-Ah, al fin llega.-dijo Afrodita tratando de sonar mas optimista, aunque era evidente sus nervios, Zeus solo solto una sonrisa.

-Ya era hora.-respondio el.

La esfera roja brillante no desaseleraba, la sonrisa de Zeus se borro al intante pues dicha esfera se dirigia a toda velocidad al Palacio del Olimpo como un metiorito en llamas.

Aquel destello atravezo sin piedad el domo capital del Palacio del Olimpo sin ningun tipo de piedad o respeto reduciendo el techo a escombros ante la mirada atonita de los Olimpicos. En su camino al suelo, el destello tomo la forma de una hermosa chica pelirroja de piel clara aperlada cuya edad debe de rondar entre los 13 años cuyos pies sin zapatos impactaron contra el suelo en el centro de la gran mesa de los Olimpicos tan fuerte que destrozo el suelo de marmol blanco agrietandolo como cristal y dichas grietas se extendieron llegando hasta pasar las sillas de los Dioses.

Todos los Dioses se quedaron con la boca abierta ante tal falta de respeto y temblando por el enorme descaro de aquella persona al entrar a una habitacion con 13 Dioses a su redonda.

Atenea que se estaba cubriendo el rostro con sus antebrazos por el impacto observo aquella hermosa niña desnuda con un largo cabello rojo y en lugar de respuestas a su mente llegaron mas interrogantes:

"Imposible...para llegar hasta el Olimpo ella tiene que ser una Olimpica, ¿como es posible que este entre nosotros? Ella nisiquiera es una Diosa, solo es una Sirena."

Cuando la chica pelirroja se pone de pie se puede observar que en su mano izquierda tenia algo redondo y grande, algo que...

-No puede ser...hermano-dijo Hebe tan petrificada que apenas era audible.

La pobre Hebe solo tapo su boca y sus ojos vieron con mas claridad el terror absoluto

-Esta...es una atrocidad.-dijo Dioniso tragando saliva y los dedos de su mano derecha empezaron a temblar nerviosos.

Se dibuja una ligera sonrisa en el rostro de Demeter y ella piensa con un toco casi de burla:

"Entonces no lo logro."

Afrodita veai claramente lo que nunca creyo ver y cuando lo vio a los ojos grito aterrada a tal nivel que sus ojos se marcaron en la cara y estos derramaron lagrimas. 

-Desgraciada.-dijo Eros lleno de rabia sin poder creer lo que veia.

-¡Ares!-grito Hera, la Reina de los Dioses, madre de Ares quien era su hijo favorito.

Con forme Nerissa caminaba con gran tranquilidad hacia Zeus que seguia sentado en su trono con una mirada llena de ira tranquila, la Reina Hera empezo a retroceder tanto que tiro su trono de espaldas y lloro moviendose asustada. Por suerte llegaron Artemisa y Hefesto para intentar retenerla pues ahora ella se dejo caer de rodillas ante todo el llanto y dolor que sentia.

Finalmente llego a estar frente a Zeus. 

-Me parece que esto es tuyo.

Esas fueron sus primeras palabras y Nerissa puso en la mesa frente a Zeus y ante los aun aterrados Hefesto, Artemisa y Hera lo que habia traido consigo: la cabeza decapitada de Ares.

-Maldita...-Zeus rechina los dientes muy molesto-...¡Jamas voy a perdonarte esto!

-¿Te parece que necesito tu perdon?-le respondio Nerissa.

La rabia de Zeus se sentia en el aire, por su lado, la Reina Nerissa estaba muy tranquila y con una sonrisa relajada.

-¿Como hozas faltarme el respeto de esta manera tan enferma?

-No tengo motivos para tenerte respeto. Mucho menos si envias a los imbeciles de tus hijos a hacer el trabajo sucio ¿O no tienes el valor de hacerlo por ti mismo?-le dijo Nerissa y recargo ambas manos en la mesa frente a Zeus estando solo a 50 centimetros de el con una confianza que lo molesto mas.

Crónica de Ruby Gillman y Chelsea Van Der ZeeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora