Descripción:
Wei WuXian y Lan WangJi son dos jóvenes que se conocieron en la escuela preparatoria y aunque en un principio su relación era mala, con el paso del tiempo y la constante insistencia de Wei Ying, su amistad se fue fortaleciendo, convirti...
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Días después, Mo XuanYu se encontraba en medio de su terapia psicológica, cuando su teléfono celular comenzó a vibrar.
Al percatarse de esto, la chica trató de ignorarlo y continuar con la terapia, sin embargo, luego de varios intentos y de darse cuenta de que el teléfono de su paciente seguía vibrando, Xiao XingChen soltó un suspiro y con una sonrisa amable, sugirió —Quizá sea algo importante, así que si lo deseas, podemos tomar un pequeño receso para que respondas—
XuanYu alterno la mirada entre Wen Ning y el psicólogo, antes de asentir —Mn, de acuerdo— y con esto dicho, la joven tomó su teléfono y respondió enseguida aquella llamada —¿Hola?—
—Buen día, señorita Mo, soy el comandante Song, disculpe que la llame tan insistentemente, pero, debo de informarle algo— dijo Song Lan al otro lado de la línea.
—Dígame, comandante— respondió la chica, comenzando a inquietarse un poco.
—Bueno, lo que sucede es que el juicio de los Mo, se llevará a cabo en un par de días y se ha solicitado su presencia para que venga a declarar, así que lo más probable, es que muy pronto reciba el citatorio para que se presente en la corte—
Al escuchar lo dicho por el comandante, Mo XuanYu comenzó a temblar inconscientemente, lo que menos deseaba la chica, era volver a ver a esa gente.
Al percatarse de esto, rápidamente Wen Ning, se inclinó frente a su amada para que lo mirará y tomó su mano para darle seguridad.
Mo XuanYu por su parte, al ver el semblante preocupado de su esposo, hizo un pequeño puchero, al tiempo que colocaba el altavoz en el teléfono —Comandante, ¿De verdad debo de hacerlo?, ¿No hay otra manera?—
—Señorita, me encantaría decir que su presencia no es necesaria, pero lamentablemente sí lo es y usted debe de presentarse a declarar, ya que de lo contrario y sin las pruebas necesarias, el juez podía fallar a favor de esa gente—
Al escuchar lo dicho por Song Lan, Mo XuanYu volvió a alternar la mirada entre su esposo y Xiao XingChen, quienes le sonrieron, haciéndole saber que no debía tener nada porque temer y que ellos estarían a su lado en todo momento.
—Mn, está bien, lo haré… pero, tengo un petición que hacerle—
—¿Cuál?— cuestionó el comandante, un poco confundido.
La chica, mordió su labio inferior y soltó un gran suspiro, antes de responder —¿Cree que sea posible que yo dé mi testimonio a puerta cerrada y que solo el juez, los abogados y los implicados estemos presentes?, Yo, no quiero que mi familia se entere de, usted ya sabe, lo que pasó en el estacionamiento del hospital ese día—
