Capítulo Dos.

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El interior del auto todavía estaba en silencio. SeokJin apretaba sus labios con vergüenza y a la vez jugaba con los dedos de sus manos entre sí.

Claro que la mirada de ese hombre era muy penetrante y más para un simple chico como lo era él. Pero aún así el hombre moreno carraspeo un poco antes de seguir hablando. Y por otro lado, afuera del lujoso auto en la acera de la calle, Ken esperaba impaciente y algo asustado de lo que podría estar pasando.

Por lo general, los clientes sólo se presentaban y era cuestión de menos de dos minutos para que siguieran con su camino hacia el motel o cualquier otra calle que no fuera esa. Se estaba poniendo ansioso si se lo preguntaban y él contestaba sinceramente. Porque era el primer cliente de SeokJin y si le salía un psicopata entonces se sentiría totalmente culpable de lo qué llegara a pasar.

Pero todo era contrario a lo que Ken pensaba. NamJoon negó lentamente con la cabeza, dejando un poco de lado su enojo al ver las manos temblando de aquel chico inoportuno. Así que decidió ser más amable y tratar de sacarlo con paciencia de su auto.

-Tranquilo- suspiró lentamente y pensó en todos los escenarios posibles del porque ese chico entro sin vergüenza-. Acaso tú...¿estás en peligro?

SeokJin negó lentamente- lo siento, pensé que usted era un cliente más.

-Un cliente mas...- murmuro confundido.

- Si... hoy es mi primera vez trabajando aquí y no cualquier auto s estaciona en esta acera. Mi compañero dijo que los hombres ricos no bajaban el vidrio de su auto por privacidad, usted es uno de esos hombres ¿cierto?

NamJoon lo observó por algunos segundos, pensandon tan rápido como pudo en que se refería ese chico. Lo analizó de arriba hacia abajo viendo su vestimenta, el leve maquillaje en su rostro y sus cabellos largos y ondulados. También esas enormes pestañas de escoba y labios abultados, sus mejillas de bolita y una que otra peca en el puente de esa nariz fina. Ya sabía a lo que se dedicaba.

Y no quería ser cruel pero sintió un asco incomprendible al saber que era un prostituto y más que eso se sintió ofendido de que lo confundiera con esos sucios bastardos que pagan por servicio.

Demonios, NamJoon no era un hombre de esos y sí así fuera estaba seguro de que no recurriría a los barrios más pobres de San Francisco, para meterse con quien sabe quien que se metió con otro quien sabe quien. Era humillante verse en una situación así porqué los hombres ricos, como había dicho ese niño, tenían su propia red de prostitución cómo para recurrir a esos lugares.

Claro que una mala y vieja experiencia llegaron a su mente, y para no pensar más en el tema regreso a la realidad.

Y dejando de lado su mala experienvia y el asco que sintió de tener un prostituto en su auto, salió en él el alma caritativa que cargaba diario. Volvió a observar el bonito rostro contrario y calculó que no debía tener más de veinticinco años, recordó las palabras diciendo que era su primer día y de inmediato pensó que estab en peligro.

Él había visto muchos documentales donde robaban a chicos y los vendían, y por obvias razones (que eran el idioma) entendió que ése chico no era de los Estados Unidos. Bueno, también el rostro que gritaba un "soy de la corea capitalista" y el idioma que hasta ese momento cayó en cuenta cambio de ingles a coreano. Así que encendió el motor del auto y, no sin antes revisar su alrededores, arrancó.

- No te preocupes, yo te ayudaré- siguió el moreno llamando la atención de SeokJin a quien le brillaron los ojos.

-¿De verdad? Mi compañero me ayudó a prepararme para recibirlo bien. Usted sólo tiene que ser amable y paciente, le juro que no se arrepentirá.

Pretty Boy -NamJin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora