Capítulo 6

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Rainer

—Secuestro. Rainer, a eso le llamamos secuestro. —Levi agita las manos con exasperación. Aún no puede creer que haya decidido traer al pequeño hombrecillo a casa.

No lo estoy robando, solo lo traje para mantenerlo a salvo mientras buscamos a su familia, es la mejor acción que he hecho en años. Deberían incluso agradecerme.

—Qué sigue, ¿Drogas? — Suspiro. — Robaste un niño de cinco años.

—No lo robé. — Lo interrumpo parando su paranoia. — Y ya di parte a las autoridades.

—No por eso te exonerarán de los cargos. — Toma asiento, sus manos aprietan su coronilla.

—El niño está feliz. — me hago a un lado mostrandole como llora viendo el gigantesco televisor con 3D que compré hace un par de semanas.

—Ni siquiera sabes como se llama. — Se queja.

Anda muy de quejarse.

—¡Niño! — Lo llamo. — ¿Cuál es tu nombre?

Él se quita las gafas.

—Kylliam. — Abro los ojos.

Kylliam.

Trago saliva.

Es solo una casualidad.

—Kylliam, L-lo, lo ves. — ¿Desde cuando me tenso al hablar?

—Esto es un error. — Se tira sobre el sofá indicando que ya se ha dado por vencido. — Buscaré en Internet si hay anuncios de niños extraviados.

Lo dejo hacer lo que tenga que hacer y voy con el niño quien parece verse acoplado muy bien.
La parte razonable me dice que busque a sus padres, mientras que la otra me hace volar la imaginación a escenarios en donde él y yo somos uno. Debí haber ingerido alguna droga, pues estos pensamientos son muy delulu.

—¿Puedes decirme el nombre de tu padre? — Suspiro. — Necesitamos localizarlos para que puedas volver a casa.— termino la oración de mala forma.

—Ramiro Greene...

En mi vida he escuchado hablar de él.

Deben ser personas de bajos recursos, de no ser así yo recordaría si nombre.

Desde la distancia le indico a Levi que busque al sujeto, pues por más que me quiera quedar con el niño, él tiene su familia y yo no soy parte de ella.

—Las galletas de Gloria son las mejores. — Chilla tras haber terminado con una.

Él sabe de buen gusto. Las galletas de Gloria, definitivamente son las mejores.

—¿No recuerdas en donde vives? — Niega y mastica una de las esquinas de la galleta en forma de bastón.

—Mamá no me deja salir de casa, tiene miedo del exterior. —Sus pequeños dedos rodean otra de las galletas que le dejó Gloria. A ese paso me quedaré sin ellas.

—¿Tu madre se llama...? — mi burbuja se truena pues el ascensor se abre y Ruel aparece.

Lo siguiente me deja anonadado.

—¡Tío, Ruel! — El pequeño se levanta del sofá y corre a rodear a mi hermano.

¿Tío?

¿Ambos se conocen?

Mi hermano no sabe en donde meterse, está muy nervioso, pues aunque quiera evitarlo, sus manos tiemblan mientras carga a Kylliam.

—¡Quiero ir al desfile de mamá!

sin restricciones (#2 bilogia Greenwood) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora