24. Buenas noticias al menos

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KYRIA:

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KYRIA:

— Quién se quiera ir, tiene las puertas abiertas —

— ¿En serio está diciéndonos esto? — me susurró Luis con algo de nerviosismo.

— Supongo que ya se habrán enterado que algunos quieren renunciar — le respondí con fingida tranquilidad — Lo que menos queremos es que nos vean frágiles —

— Quien no quiera correr para Nissan... lárguese — intervino de nuevo Michael de la manera más tranquila, aún sigo sin creer cómo puede mostrarse tan neutral diciendo esto, literalmente nos está diciendo "Chau" — Ahora continúen con su entrenamiento — se giró bajó del escenario para luego salir por la puerta principal, los murmullos se comenzaron a hacer presentes en toda la sala hasta que volvimos a centrarnos en las tareas de hoy.

— ¿Está mandando una indirecta o algo así? — preguntó Dominic tratando de procesar lo que acababa de pasar.

— Yo que sé, no tengo mente de empresario — le respondió Mateo restándole bastante importancia.

— Bien, toca sufrir de nuevo — me troné el cuello y nos adentramos en el gimnasio del edificio.

...

— ¡Una más! — jalé la cuerda de la máquina hacia atrás con toda la fuerza de mi brazo y mantuve la presión por dos segundos, me ardía la piel y el sudor en mi rostro me hacía sentir horrible, solté el gancho y la cuerda se enredó en su sitio, expulsé aire exhausta y me apoyé en la pared con dolor.

El sonido de una pesa cayendo al suelo me hizo girar la cabeza con pesadez, Luis estaba jadeando exageradamente apoyad en otra de las paredes del gimnasio. Su pecho subía y bajaba y las gotas de sudor se deslizaban por su rostro.

Yo quisiera ser esa gota...

Agarró su botella de agua y la destapó de manera rápida, le dio un trago largo y la manzana de Adán se movió tentadoramente, cerró los ojos y alzó la cabeza en una expresión de complacer a su garganta.

— ¿Admirando la vista? — la voz de Mateo me hizo desviar avergonzada la mirada.

— No sé de qué hablas — 

Oh, miren qué interesante está el piso hoy...

— No te hagas, recoge la baba que se te cae mejor — en un gesto gracioso empujó a un lado mi cabeza y se sentó a mi lado cruzando las piernas.

— Recoge la que a ti se te cae por Tatyana — le tiré la toalla que tenía en mi cuello y se comenzó a reír con fuerza llamando la atención de todos — Parece que te ríes con un megáfono instalado — 

— ¿De qué se ríen tanto? — la cabeza de Dominic se asomó con una sonrisa satisfactoria, no tenía ni una sola gota de sudor en la frente y no daba señales de cansancio — ¿Y tú qué? ¿No haces ejercicio? —

Inquebrantable (en proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora