Mi Lady (Tanjikana)

Capítulo 18: Declaración de guerra

Nueva sorpresa ^^ otro capítulo entre semana siiii, espero les guste ^^

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Solaria

Nos vamos al castillo dónde está a punto de comenzar el funeral de Kie.

—Mi lord está todo listo—dijo el fiel sirviente de Tanjiro.

—Si ya voy—dijo el pelirrojo con un semblante triste.

Mientras va caminando va recordando a Kie.

Nota: para mejor experiencia

Hay tantas cosas que no te di
Tantos besos que me perdí
Que aplace por crecer, por vivir
Hoy, yo te quiero pedir perdón
Por no ser un hijo mejor
Y olvidar que sin ti no soy yo

—Mamá hoy tuve mi primer entrenamiento—dijo un pequeño pelirrojo.

—Serás un gran guerrero—dijo la antigua reina.

La mirada del pelirrojo otra vez se encontraba apagada pero mantenía un semblante serio.

Nunca te alejes de mí
Estoy solo y no sé qué camino elegir
Sigo siendo el niño aquel
Aunque estés lejos de mí
Yo te llevo en mi piel
Yo he salido de ti
Moriré siendo de ti

Tanjiro llega a la sala real dónde Kanao y Nezuko lo estaban esperando.

Ambas asienten y se van a la entrada del castillo .

Nezuko también recuerda a Kie.

—Mira mamá ahora me parezco a ti—dijo la pequeña ojirosa con una corona.

—Sin duda serás una gran princesa—dijo la antigua reina.

Sé que en tu pelo ayer nevó
Que tus canas te las pintó
El reloj, con el tinte de una flor
Ven, que se escurra la soledad
Por tu sonrisa y no volverá
Pues tu piel todavía huele a él

Pero Kanao también la estaba recordando.

—siempre debes guardar todo el aprendizaje y usarlo por el bien del pueblo, esa es la clave para ser una buena reina—dijo la antigua reina

—Entonces me esforzaré en serlo—dijo la ojilila.

Vemos al sumo sacerdote decir las palabras y después de eso llevar el cuerpo de Kie al río.

Nunca te alejes de mí
Estoy solo y no sé qué camino elegir
Sigo siendo el niño aquel
Aunque estés lejos de mí
Yo te llevo en mi piel
Yo he salido de ti
Moriré siendo de ti

El cuerpo ya se encuentra en el bote navegando y en eso le cae la flecha de fuego.

Vemos a los hermanos y a Kanao con muchas lágrimas.

En eso Kanao saca la espada que Kie le dió y la lleva a su pecho.

—Prometo ser una buena reina como usted lo fue—dijo la ojilila sujetando fuerte la espada mientras miraba al suelo derramando lágrimas.

Al día siguiente

Está vez no pudieron tener tiempo de luto porque sabían que el rey Muzan no tardaría en volver a atacar y no esperarían a qué eso pasará, por lo que Tanjiro invoco a una junta de reyes y el sumo sacerdote ofreció la gran sala del templo para que fuera sede de dicha reunión.