03 de febrero de 1950
En la cuidad de Venecia en una mansión con detalles rústicos, en donde desde a lo lejos se escuchaban voces discutiendo entre sí, cualquier persona que pasará delante de la casa se imaginaria la peor discusión, eso era una realidad para aquellos individuos era estar viviendo el mismo infierno, al menos para una persona sí.
LISA
-¿Por qué decides con quien quiero pasar el resto de mi vida, padre? -un pulsante dolor inundaba mi cabeza, me estaba cansando de discutir.
-Hija, necesito que nuestra reputación este en lo máximo del país, además aquel joven de nombre Jackson, quien es el heredero de la empresa más exitosa de Estados Unidos.
-¿No puedes comprender que el amor que siento por Jennie todavía sigue? -al decir estas palabras, mi padre se acerco a mi con una expresión neutral.
-¿Todavía sigues sintiendo algo, por aquella chica dócil y desdichada? -sentí como la ira crecía en mi interior al escuchar como se refería a Jen.
-¡No voy a permitir que te expreses de ella, de esa manera tan despiadada! -sentí un ardor en mi mejilla al terminar la oración.
Mis ojos se llamaron de lágrimas al apreciar el dolor que se ejercía en mi mejilla, me había levantado la mano y por una vez en la vida recibí una bofetada.
Era la primera vez que le había levantado la voz a mi padre, en todos estos años jamás paso, esta vez era una excepción.
-No me vuelvas a levantar la voz -baje la mirada al piso y deje cesar mi dolor.
-Se que no debí de levantarte la voz padre, pero no vas a impedir que siga amando a Jen.
Me arme de valentía y lo mire sin alguna expresión, cuando en mi interior me estaba doliendo saber que mi padre no le daba importancia a mi felicidad.
-Entiende Lisa, no puedes estar con aquella chica, no quisiera que fuera un futuro para ti, además, no quiero que mi hija sea homosexual -solté una risa sin gracia, es claro que no cambiaría de opinión.
-¿Por qué no quieres que sea Jennie, la compañera de vida que necesito?
-Porque no esta en el mismo nivel de economía hija.
-¿Solo por las clases sociales o por ser mujer? -pregunte incrédula sin entender la importancia por querer aumentar nuestra reputación.
-¡No puedes estar con ella y es mi última palabra!
No me permití escuchar más el desprecio que le tenia a Jennie, asi que sin dirigirle la mirada a mi padre me retire de la sala, dispuesto a ir a mi habitación y encerrarme hasta que sea otro día.
-¡Lisa!, ¿A dónde crees que vas? -escuché su voz en lejanía, sin embargo, no detuve mi andar.
-¡A mi habitación padre! -conteste al momento de subir las escaleras, después de eso ya no escuche la voz de mi padre.
Antes de poder entrar a la habitación una mano tomo la mía, impidiendo que pasara, sabia de quien pertenecía y agradecí que en este momento estuviera aquí.
-Nana Elena, eres tú -me deleite al ver una de sus cálidas sonrisas
-Si cielo, soy yo -me dedique a observarla, mis ganas de romper en llanto me estaban consumiendo.
-Nana, mi padre, yo... -no termine la oración cuando me envolvió en sus brazos y dejo un casto beso en mi cabellera.
-¡Shhh! no es necesario que respondas cielo, tranquila.
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𝙻𝚞𝚗𝚊 𝚕𝚕𝚎𝚗𝚊
Teen FictionJennie, una chica pelinegra de ojos azules de recursos medios, se ve impuesta a un amor, ante la persona que estuvo desde su adolescencia, un amor que crecerá apesar de estar separadas, si, aquel amor que buscaba en Lisa. Debido a el negocio de su p...