Complicidad en Contraste

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Me desperté con el sol filtrándose por la ventana, y al abrir los ojos, noté que no estaba sola en mi propia cama pues alado de mi se encontraba kevin. Miré a mi alrededor, reconociendo mi habitación, pero algo no cuadraba. Al percatarme de que ninguno de los dos llevaba ropa, el recuerdo de la noche anterior regresó con fuerza.

— Oh, vaya... — murmuré para mí misma, sintiendo una mezcla de sorpresa y nerviosismo.

Decidí no despertar a Kevin de inmediato, así que me levanté con cuidado y me dirigí al baño. La ducha ayudó a aclarar mi mente mientras intentaba procesar los eventos de la noche anterior. Al salir, decidí preparar el desayuno antes de despertar a Kevin.

Bajé a la cocina y comencé a preparar hot cakes, recordando cómo nos reímos y bailamos durante la fiesta. Mientras cocinaba, el aroma del desayuno llenaba la casa, y la normalidad del momento contrastaba con la intensidad de la noche anterior.

Cuando Kevin finalmente bajó, la expresión en su rostro sugería que también estaba recordando lo que ocurrió.

— Buenos días — saludé, intentando mantener la calma.

— Buenos días, Mel. Huele delicioso — respondió Kevin, sonriendo.

Desayunamos en silencio, disfrutando de los hot cakes y un licuado. Aunque ninguno de los dos tocó el tema de la noche anterior, la complicidad seguía presente.

— ¿Cómo te sientes hoy? — preguntó Kevin, rompiendo el silencio.

— Bien, ¿y tú? — respondí, tratando de actuar con naturalidad.

— Bastante bien. Anoche fue... interesante.

Ambos sonreímos, reconociendo lo peculiar de la situación. Después del desayuno, nos quedamos un rato en la sala, compartiendo anécdotas y risas. Aunque el tema aún flotaba en el aire, ninguno de los dos parecía dispuesto a abordarlo.

— ¿Qué opinas de repetir algo así? — preguntó Kevin, con una mirada sugerente.

— Tal vez... pero con menos tequila la próxima vez — respondí, riendo.

La mañana transcurrió entre bromas y risas.

...

L

a tarde avanzó entre risas y complicidad mientras Melissa y yo explorábamos el fraccionamiento. La conexión que compartíamos parecía haberse fortalecido, pero el elefante en la habitación seguía presente. Al regresar a su depa, decidio abordar el tema.

— Sobre anoche... — empezo, pero la interrumpi.

— No hace falta hablar de eso si no quieres, Mel. La noche fue especial, pero no quiero presionarte.

Asentio, agradecida por mi comprensión, y optamos por dejar el capítulo sin explorar por el momento. La tarde continuó con risas y complicidad, construyendo una conexión más profunda entre nosotros.

Después de un rato, sugirió:

— ¿Qué te parece si vemos una película?

— ¡Buena idea! — respondí, agradecido por el cambio de tema.

Nos acomodamos en el sofá con mantas y palomitas de maíz, sumergiéndonos en una película cómica que nos hizo olvidar momentáneamente la tensión del día anterior. Sin embargo, a medida que la noche avanzaba, la complicidad entre nosotros volvió a abrir la puerta a la conversación pendiente.

— Kevin, sobre lo de anoche... — comenzó Melissa, mirándome con sinceridad.

— Está bien, Mel. Puedes preguntar lo que quieras — respondí, dispuesto a abordar la conversación.

Melissa expresó sus pensamientos y preocupaciones, y compartimos nuestras percepciones de la situación. La honestidad y la apertura nos permitieron entender mejor nuestras emociones, eliminando cualquier incomodidad restante.

— Al final, fue una noche inesperada pero especial — concluí, sonriendo.

Melissa asintió, y decidimos no dejar que ese episodio definiera nuestra relación. La noche continuó con risas, reflexiones y, eventualmente, despues de un rato me despedi de Melissa y me fui a mi casa. Mientras regresaba a mi depa, reflexioné sobre cómo la vida a veces nos sorprende con giros inesperados, y cómo, en ocasiones, esos giros pueden llevarnos a momentos de conexión genuina.

TU FAN || Kevin Álvarez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora