"Tu fan" es un cautivador fanfic que narra el reencuentro de dos jóvenes de 23 y 24 años después de seis largos años sin verse. Kevin y Melissa, dos personas con personalidades opuestas, se cruzan nuevamente gracias a sus mascotas, una forma que los...
El bullicio de la música resonaba en el salón de eventos, donde luces parpadeantes y risas llenaban el aire. Estába en la noche de nuestra fiesta de graduación, rodeada de compañeros de clase, amigos y familiares, todos listos para celebrar el éxito alcanzado. Mi vestido resplandecía con destellos de elegancia, pero mi espíritu estaba más inclinado hacia la diversión desenfrenada que hacia la solemnidad. Kevin, a mi lado con un esmoquin impecable, me sonrió y dijo.
"Estás radiante. ¿Lista para la mejor fiesta de graduación de todas?"
Riéndome, contagiada por la atmósfera festiva, respondí: "¡Claro que sí! Después de tantos meses de arduo trabajo, esta noche es para celebrar y dejar que el desmadre nos lleve."
La pista de baile estaba llena de movimientos animados y risas. Nos unimos al bullicio, dando rienda suelta a la alegría del momento. Entre risas y brindis, me encontré rodeada de amigos que compartían historias y anécdotas. "Recuerdan cuando quemamos aquella receta en el primer semestre," bromeó uno de mis compañeros, provocando carcajadas colectivas.
La barra de bebidas era un punto de reunión constante, y decidí probar el cóctel especial de la noche. "¡Salud por el éxito y por el desmadre que está por venir!" brindé, levantando mi copa. Los brindis resonaron en el salón, marcando el inicio de una noche llena de memorias compartidas.
La música cambió a ritmos más animados, y la pista de baile se convirtió en un escenario de movimientos más atrevidos. Kevin y yo nos sumergimos en la diversión, dejándonos llevar por la energía contagiosa. "¡Nunca pensé que vería a mi chica bailar así!" exclamó Kevin, asombrado y encantado.
Riéndome mientras movía los pies con destreza, respondí: "Esta noche es única, y quiero recordarla como la mejor fiesta de graduación de todas. ¡Vamos por más!"
La diversión alcanzó su punto álgido cuando alguien propuso un juego de "Verdad o Reto". El entusiasmo se apoderó del grupo, y la verdad salió a la luz en medio de risas cómplices y confesiones animadas. Con mi espíritu intrépido, acepté un reto que me llevó a la pista de baile para un baile improvisado.
La noche avanzaba, y la atmósfera se cargaba de momentos hilarantes y desenfrenados. El fotomatón se convirtió en el escenario de poses extravagantes y muecas cómicas. Con una peluca colorida y gafas de sol, me uní a la locura colectiva.
La risa resonaba por todo el lugar cuando se anunció la hora de los discursos. Los profesores y compañeros compartieron palabras emotivas, recordando los desafíos superados y las amistades forjadas en la escuela de gastronomía. Sostenía mi copa con gratitud, mirando a todos aquellos que habían sido parte de mi viaje.
La música volvió con fuerza, y la fiesta alcanzó su punto culminante. Kevin y yo, entre risas y abrazos, nos encontramos bajo un cielo de globos que caían en cascada. "¡A nuestro próximo capítulo!" brindó Kevin, sellando la noche con un beso lleno de promesas y alegría compartida.
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