El Compromiso en la Arena

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Kevin

El día de la propuesta finalmente llegó, y mientras el sol se ocultaba en el horizonte, Melissa se vistió con un deslumbrante vestido blanco, resplandeciendo como siempre. Yo opté por un atuendo playero, una camisita con un pantalon casual, para armonizar con la atmósfera de nuestra velada especial.

Ya había coordinado con Hania, la organizadora, todos los detalles para crear el escenario perfecto en la playa. Un camino de pétalos con letras brillantes que formaban la pregunta crucial: "Cásate conmigo". La noche caería mágicamente cuando le revelara mi propuesta, acompañada de juegos pirotécnicos.

Nos dirigimos a la playa, disfrutando de la deliciosa anticipación en el aire. La cena sería sushi, su favorito, y mientras disfrutábamos de nuestra noche, la playa se transformó en el escenario de un compromiso que cambiaría nuestras vidas.

— Estoy tan nervioso, pero emocionado a la vez. Creo que no podría haber elegido un lugar más perfecto para esto — le confesé a Melissa mientras paseábamos hacia la playa.

— Kevin, estoy segura de que será increíble. Estoy ansiosa por descubrir qué sorpresa me tienes preparada — respondió Melissa, con una sonrisa llena de expectativas.

Al llegar al lugar, le vendé los ojos a Melissa y la conduje hacia el sendero de pétalos, donde la sorpresa aguardaba. La tensión crecía mientras ella especulaba sobre lo que estaba por suceder.

— Bien, Melissa, ya puedes abrir los ojos — le dije, con un dejo de emoción en mi voz.

Cuando abrió los ojos, su mirada se iluminó con asombro y alegría al descubrir la propuesta brillando frente a ella. Melissa comenzó a caminar por el camino de pétalos, y cuando llegó a donde yo estaba, me arrodillé con la cajita del anillo en mano.

— Melissa Dayada, ¿te casarías conmigo y harías de mí el hombre más feliz del mundo? — le pregunté, emocionado.

Sus lágrimas de felicidad confirmaron su respuesta positiva, y en ese instante, los fuegos artificiales iluminaron el cielo, sellando nuestro compromiso de una manera espectacular.

Coloqué el anillo en su dedo, nos dimos un beso apasionado y compartimos la cena junto al susurro de las olas. En esa noche mágica, dejamos atrás la playa como comprometidos, llevando con nosotros la promesa de un futuro lleno de amor y complicidad.

Al día siguiente, tomamos nuestro vuelo de regreso a México, conscientes de que esta vez no solo éramos novios que regresaban de Acapulco, sino que ahora también éramos comprometidos, listos para enfrentar juntos los desafíos que la vida tenía reservados para nosotros.

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Kevin me comento que me tenia una sorpresa en la playa opte por tonerme un vestido blanco casual para ir a la playa

Al llegar al lugar, Kevin me vendó los ojos y me condujo hacia el sendero de pétalos, donde la sorpresa aguardaba. La tensión crecía mientras intentaba adivinar qué estaba por suceder.

— Bien, Melissa, ya puedes abrir los ojos — dijo Kevin, con un toque de emoción en su voz.

Cuando abrí los ojos, quedé maravillada al descubrir la propuesta brillando frente a mí. Comencé a caminar por el camino de pétalos, y cuando llegué a donde Kevin estaba arrodillado con la cajita del anillo, no pude contener las lágrimas de felicidad.

— Melissa Dayada, ¿te casarías conmigo y harías de mí el hombre más feliz del mundo? — preguntó Kevin, emocionado.

Mis lágrimas confirmaron mi respuesta positiva, y en ese momento, los fuegos artificiales iluminaron el cielo, creando un escenario digno de un cuento de hadas.

Kevin colocó el anillo en mi dedo, nos dimos un beso lleno de amor y compartimos la cena mientras las olas susurraban a nuestro alrededor. En esa noche mágica, dejamos atrás la playa como comprometidos, llevando con nosotros la promesa de un futuro lleno de amor y complicidad.

Al día siguiente, tomamos nuestro vuelo de regreso a México, conscientes de que esta vez no solo éramos novios que regresaban de Acapulco, sino que ahora también éramos comprometidos, listos para enfrentar juntos los desafíos que la vida tenía reservados para nosotros.

Al día siguiente, tomamos nuestro vuelo de regreso a México, conscientes de que esta vez no solo éramos novios que regresaban de Acapulco, sino que ahora también éramos comprometidos, listos para enfrentar juntos los desafíos que la vida tenía res...

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