Capitulo 8

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Entró al vestidor deshaciéndose de sus zapatos, se quitó la ropa en segundos y se acercó a un gabinete alto para sacar champán en una copa, sintiendo como el primer sorbo le quemaba la garganta. Luego se dispuso a ver las prendas que le habían traído con anterioridad, pues gracias a que las modelos no supieron expresar lo que quería en las fotos para la nueva colección, le tocaba a ella.

—Oh, Dong-eun, ¿Qué te trae por aquí? —la verdad es que su presencia si la había asustado, no se esperaba en absoluto verla salir detrás de una cortina— ¿quieres champán? ¿te gusta?

La única respuesta que recibió fue un asentimiento. Ye-ji dejó su copa en la mesa y se volvió a acercar al gabinete para repetir el mismo proceso de antes. Seguía en ropa interior, pero no le parecía algo relevante.

—Oye, no es que piense cosas —le entregó la copa y la invitó a sentarse— pero ¿tú no sabes nada de Myeong-oh? El bobo no está en ninguna parte y ya me preocupa.

—No he hecho nada si es lo que crees.

—Aah —se tocó el pecho— eso me alivia un poco. Te pregunto de nuevo ¿Por qué viniste?

—Es lindo este lugar —ignoró su pregunta mirando alrededor— tus vibras están por todas partes.

—¿Sí? Gracias, me esmeré para que fuera así.

Dong-eun se rió ligeramente: —No, no te esmeraste para conseguir este lugar.

—Yo me refería a la decoración, pero bueno... ¿tus heridas como se ven ahora? —ladeo la cabeza con interés.

Dong-eun levantó su pantalón y remangó la manga de su abrigo.

¿Tenía en las piernas también?

—¿Aún te fastidian?

—A veces pican, pero las cremas me sirvieron mucho.

—Eso... me alegra.

—Sobre eso, ¿recuerdas la vez que Myeong-oh te llamó en la noche?

—¿Hace años?

—Sí.

—Hmm —miró sus piernas pensativa— no, refréscame la memoria.

—Días después de que me llevaste a tu casa, ellos fueron a la mía. Myeong-oh te llamó para que fueras, pero tú ibas a dormir.

—¡Ah! Hubieras empezado por ahí. Lo recuerdo, vagamente, pero lo recuerdo —bebió de su copa— ¿por?

—Esa noche esperé y esperé que llegaras —comenzó a decir con seriedad— quería que fueras a detenerlos porque ellos siempre te hicieron caso a ti —rió bajo— pero nunca apareciste.

—Es que yo...

—Fue la primera vez que deseé verte con todas mis fuerzas, pero me decepcionaste. Parece que te tomaste muy en serio eso de no estar siempre ahí, pero ¿sabes que es lo bueno? Que aprendí a defenderme sola —se terminó su champán y se puso de pie, acercándose a ella y sacando su teléfono— dame tu número, quizá te necesite en un tiempo.

Ye-ji asintió tomando el teléfono y digitando el número, agendándose como "cariño". Dong-eun se rió al ver el apodo.

—¿Qué pasa? utilizo mucho ese apodo, pero si quieres me pongo "amor mío".

—No has cambiado nada —puso una mano sobre la cabeza de Ye-ji, haciendo que esta la mire embelesada— te llamaré pronto —se apartó y caminó a la salida del vestidor, dejándola por unos segundos en shock.

—¡Llámame siempre que me necesites! ¡ojalá sea mucho!

Finalmente, se recostó en el sofá, soltando un largo suspiro mientras sonreía.

𝗢𝗛 𝗠𝗬 𝗚𝗢𝗗 ||The Glory||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora