Parqueó el auto con dureza haciendo las llantas rechinar, se bajó dando un fuerte portazo y casi tumba las puertas para llegar donde Sa-ra. Anteriormente, Sa-ra la había llamado por teléfono, diciéndole que necesitaba ayuda y escuchándose realmente mal. Ye-ji se preocupó demasiado por su actitud y su tono de voz tan tembloroso, que no lo pensó y se levantó como rayo de la cama, vistiéndose únicamente con una bata porque dormía desnuda.
—¡¿Qué pasó?! —entró corriendo y viendo a Sa-ra tirada en el suelo— ¿Qué tienes?
Como era costumbre, Sa-ra tenía la cara demacrada, pero esa madrugada a la 1:00 se veía peor que nunca.
—No te demoraste —Sa-ra se tardó en poder sentarse aún en el suelo, se dio vuelta y gateó hasta Ye-ji— necesito tu ayuda, por favor.
Ye-ji la miró expectante, esperando ansiosa que le dijera que necesitaba para ver como podía solucionarlo.
—¿Todavía no tienes mi droga, Ye-ji?
—¡Ay! ¿para eso me llamaste?, me voy a dormir.
Estaba por retroceder, pero no pudo porque Sa-ra tomó sus piernas.
—¡Por favor, Ye-ji! ¡la necesito, me estoy volviendo loca! —el agarre se intensificó, Sa-ra le estaba enterrando las uñas.
—Todavía no las tiene el...
—¡Las necesito pronto! ¡voy a morir si sigo así!
Y es que eso no dependía de Ye-ji, ella simplemente había puesto a un ser insignificante a hacer el trabajo sucio.
—Dámelas mañana, te lo ruego.
—Sa-ra, yo...
—¿Qué quieres que haga? ¡haré lo que sea, por favor!
—Pero es que...
—Te lo suplico.
Sin previo aviso, Sa-ra jaló el cordón de su bata y tiró de las mangas para que la prenda cayera al suelo. Ye-ji se removió en su lugar, pero Sa-ra estaba tan cegada por su deseo de drogarse que ni una cachetada la hacía caer en cuenta.
—Esto va en contra de las normas de Dios —intentó apartarle las manos de las piernas, pues ya estaba comenzando a sangrar por los cortes hechos con las uñas de Sa-ra.
—A la mierda. Necesito mi droga —la empujó al sofá y le sostuvo las muñecas con firmeza— sé que también deseas esto.
La besó sin más, Ye-ji estaba tan sorprendida que incluso tardó en reaccionar. Los labios de Sa-ra devoraron los suyos por completo, las lenguas jugueteaban con una mezcla de habilidad y torpeza, y los dientes se chocaban de vez en cuando por la brusquedad.
Los labios de Sa-ra bajaron a su cuello, lamiéndolo y mordiendo con rudeza, dejándola llena de marcas rojas exageradamente visibles al ojo humano.
Sa-ra le soltó las muñecas y mientras le seguía volviendo mierda el cuello se desvistió. Llevó una mano al pecho de Ye-ji, lo pellizcó, estiró y apretó haciéndola gemir, mientras ella se tocaba a sí misma.
Las lamidas y mordiscos bajaron, ahora Sa-ra le estaba succionando el otro pecho, trazando círculos en el pezón con ayuda de su lengua, mirándola fijamente a los ojos y hacia expresiones tan placenteras que Ye-ji no podía apartar la vista de ella.
Sa-ra le lamió todo el abdomen y bajó a su intimidad, abriéndole las piernas de par a par y hundiendo su cabeza entre estás.
Sa-ra se corrió en sus dedos, los sacó y al ver que estaban llenos de sus fluidos, los metió abruptamente en la intimidad de Ye-ji haciéndola gritar de placer.
Lo que hacía Sa-ra, usar los dedos y la lengua, le iba a explotar la cabeza.
Tenía el rostro tan hundido entre sus piernas que le provocaba tomarle una foto, la lengua de Sa-ra entraba y salía de ella como si fuera una experta, y ni hablar de sus dedos, estaban tan llenos de la mezcla de fluidos que se deslizaban con audacia por su interior.
—Me darás mi droga mañana ¿verdad? —la miró, todavía haciendo su trabajo.
—Yo... —formular palabras no era lo suyo en el momento. Sa-ra mordisqueo suavemente su clítoris— ¡ah~! ¡lo haré, lo haré!
—Buena chica~.
Volvió a mordisquear su clítoris, moviendo más rápido sus dedos y arañando su muslo con la mano libre, haciéndola llegar al orgasmo en tan solo segundos.
Sa-ra sacó los dedos de su interior y se sentó en el suelo, limpiando estos en su pecho desnudo. Ye-ji respiraba con frenesí, el pecho le subía y le bajaba, los pezones seguían erectos y parte del pelo se le había pegado en el cuerpo, y ni siquiera se molestaba en cerrar las piernas.
—Deberías verte desde aquí, no dejas de chorrear.
Sasy.
Cariño, han dejando tus cosas en el Jardín del Edén de la iglesia.
Ve cuando quieras.
Muchas gracias, amor.
Lo disfrutaré.
Te amo.
Sa-ra yacía acostada en el suelo, con la aguja ya dentro de su brazo y parte del polvo regado en la pequeña mesita. No dejaba de mirar el techo y todo el lugar, imaginando cómo una manzana caía del árbol y seguido una serpiente representada como Myeong-oh le hablaba.
Recordó a Ye-ji y su noche agitada, al igual que a Myeong-oh y la vez que tuvo que chuparselo a cambio de droga. Arrastrándose hacia la tarima como había hecho con esos dos por su necesidad.
Metió la mano en sus bragas y dejó que sus dedos se hundieran en su interior, recordando como se sentía tener los dedos dentro de otra persona, de Ye-ji.
Disfrutaba de forma impresionante lo que estaba sintiendo, pero el flash de los celulares la distrajo del placer. Giró su cabeza y vio como toda esa gente de la iglesia le tomaba fotos sin parar, sintiéndose confundida y mareada regresó la vista al frente.
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𝗢𝗛 𝗠𝗬 𝗚𝗢𝗗 ||The Glory||
FanficMoon Dong-eun soñaba con ser arquitecta pero tuvo que abandonar la escuela secundaria, víctima de una terrible violencia escolar, y planea vengarse tanto de los perpetradores como de los que presenciaron los hechos sin intervenir. Como lo es el caso...