Going high

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- Tu

- Yo

- Dori-Señaló al animal.

- Miau- Maulló Han.

Minho rompió con una risa sonora que no sabía que estaba escondida en su garganta. El gato ronroneaba dentro del abrigo haciendo suspiros entre medias, y ese, era el único sonido además de la respiración levemente agitada de Han.  

- Eres idiota-Puntualizó

- Puedo mejorar el maullido-Sonríe grande.

Minho le sonríe de vuelta sin proponérselo.

- Eres idiota-Repite, se siente en un bucle del que no sabe salir.

- Si sigues repintiendomelo vas a hacerle daño a mi ego.

- Es que... Eres idiota-Dice de nuevo, en shock.

- Te he oído... la primera vez...

Minho se siente tan extraño que su mente no puede gestionarlo. Han ha vuelto "a rescatarte" y lo cierto es que si puede, que eso, le haya hecho demasiado feliz. Nadie quiere sentirse débil, ser dependiente, una carga, alguien que necesite ayuda... Pero allí estaba siendo comido por la soledad hasta que ha llegado él.

- Eres idiota...-Repite de nuevo.

- Esta bien, creo que necesitas un reseteo-Sentencia Han por primera vez perdiendo la paciencia.


Minho frunce el entrecejo, no pilla el chiste, pero la cara molesta del contrario le hace demasiada gracia, hasta que las manos le sostienen la cara por los cachetes y le mantiene ahí mientras se inclina y le besa. Los labios le rozan contra los suyos sutil, suave y efímero. Pestañea sin moverse, si saber que hacer. Han lo aprovecha y mientras le mira a los ojos, comprobando que el contrario está vivo, le vuelve a besar. Esta vez presiona un poco más haciendo que el toque se sienta de verdad, piel contra piel. Al separarse el ambiente ha cambiado. La intimidad está suspendida entre ambos, con la luz escasa revelando los rasgos e iluminándoles los ojos, al mirarse puede que el mundo no exista fuera de la tienda verde individual. Ahora de dos. Y un gato.

Han se inclina manteniendo el contacto de la mirada, se pasa la lengua por los labios lento y deja la boca levemente abierta, haciendo un piquito que es una petición muda y Minho solo le mira, quizás más perdido que antes, la atención solo en el movimiento de sus labios. Luego le alcanza y le presiona un poco, Minho solo reacciona para cerrar los ojos y dejar que Han le invada, el labio inferior es más gordito y le encaja perfecto entre los suyos. Ahora está más húmedo y resbalan entre ellos. Le presiona, choca contra él, le abre la boca y deja que la humedad se extienda por cada parte. Las ganas despiertan de repente desde el estómago y quiere morderle, llegar a todas las esquinas de sus labios y luego notar su lengua. Minho se siente mareado y trata, sin mucho éxito, de dominar el movimiento. Simplemente se rinde sonriéndole un segundo contra la piel y dejándose besar de nuevo. A los brazos les nace la necesidad de rodear al contrario principalmente para sostenerse, se siente un poco borracho de emoción y también porque la distancia se le hace relativa, le necesita CERCA. Todo se tuerce cuando un lastimero maullido resuena entre los brazos que alcanzaban la espalda de Han.

Into the Forest (Minsung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora