"Perderse" "Vivir" y "Encontrarse"
La desesperación tenía formas concretas de expresarse. La taquicardia que le pulsaba en el pecho y le vibraba entre las costillas y hasta la punta de los dedos. La neblina formandose en el iris, todo el entorno envuelto en penumbra, sin nada en lo que centrarse. Minho no era creyente, nunca lo había sido, el subir a la montaña se le hacía una tradición más que otra cosa, hasta que pasó lo de Félix y fue la primera vez en la que rezó, de corazón y pidió perdón de corazón también. Necesitaba ser perdonado y necesitaba ser ayudado.
Ahora, años después se sentía en la misma encrucijada. Ha huido por idiota, y por su culpa ha terminado herido alguien más, no quiere asumir que Han está herido, fisicamente, porque emocionalmente ya lo sabe. Se tortura con la imagen del chico llorando envuelto en su chaqueta mientras entra corriendo en el refugio y como un autómata pasa habitación por habitación, estancia por estancia buscándole.
No hay rastro de Han por ninguna parte.
Como acto inconsciente rebusca entre las maletas del salón, como si entre medio de los objetos fuera a encontrar un mapa hasta el chico. Una lágrima se le escapa pesada, deja la maleta en el suelo y Dori sale de ella, tranquila y estirándose con estilo, ajena al mar de angustia que posee al humano que la observa.
Se sienta un momento en el sofá y enseguida lo nota: El móvil de Han. Está entre los cojines, apagado y de pronto todas las protestas de anoche tenían sentido. ¿Qué hacía ahora? No podía comunicarse con Han, si estaba bien o le había tenido un problema, era algo no podía saber porque, aunque se le hubiera olvidado, el punto de todo esto era que no querían ser encontrados. Que buena idea ¿Eh? Ahora la realidad ya no es tan mala. Ahora le parecía algo ridículo en comparación. Deja salir una carcajada desesperada mientras añade madera a la chimenea y abanica las ascuas que parecen llevar consumiéndose horas.
Si pudiera elegir, ahora mismo estaría aguantando la vergüenza de ser amenazado por la esposa del hombre que le dobla la edad y que le hizo fotos mientras se lo follaba cuando apenas tenía 17 años. En el peor momento de su vida. Dejaría incluso que su padre se enterara de todo y que el rumor acabará con aquello que más ama: El baile. Ni siquiera estaría preocupado por el desprecio social, el clasismo, la homofobia y la crueldad que sabe caerá sobre él. Si pudiera elegir... Elegiría encontrarle a él por encima de cualquier cosa. Puede enfrentar la realidad una y mil veces mientras Han esté a salvo.
No tiene muy claro lo que hace, pero se mueve, al menos su cuerpo, luego su mente se va tranquilizando y construye ideas, no muy útiles eso, ya es, mejor que simplemente estar en pánicofrd. Trata de imaginar cuales hayan podido ser los pasos de Han, si salió y fue aquí o fue allá, si trató de volver, si está lejos o está cerca...
Termina decidiendo, sale del refugio, esta vez comprobando que la gata queda dentro, que la puerta está cerrada y que él tiene la llave. Busca en la escarcha que cubre la mala hierba empedrada, alguna señal, marca, pisada, o lo que sea, porque está desesperado y hasta una una racha de aire le vale como guía divina. Buscá un sitio más alto del que observar, la ladera unos 60 metros al noreste del refugio. No consigue ver absolutamente nada, así que vuelve al punto de inicio dando un rodeo para no tener que cruzar por el arroyo. Lo cierto es que el destino estaba de su parte, y si algún dios le escuchó para darle algún milagro, era sin duda este.
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Into the Forest (Minsung)
FanfictionUn profesor de baile de un pequeño pueblo lo deja todo y se va a hacer un viaje por las montañas completamente solo. Espera que este viaje le ayude a encontrar el camino que quiere en su vida y quizás dejar de esconderse. ¿Quién le iba a decir que...