Un profesor de baile de un pequeño pueblo lo deja todo y se va a hacer un viaje por las montañas completamente solo. Espera que este viaje le ayude a encontrar el camino que quiere en su vida y quizás dejar de esconderse.
¿Quién le iba a decir que...
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El chico se comió lo restante de la lata en un abrir y cerrar de ojos. Estaba hambriento. El calor del fuego se filtraba lentamente entre sus ropas y con el abrigo que Minho le había dado, prácticamente estaba en el paraíso. Salvando las distancias de que su culo reposaba en un tronco de madera duro, sucio y húmedo. Debería de importarle más de lo que lo hace, pero no, se siente bien, dentro de las circunstancias.
Minho por su parte no estaba muy cómodo. Le había cedido el tronco, su sitio junto a la hoguera, su comida y su abrigo. No es que estuviera pasándolo fatal, su ropa era térmica y ya había comido, pero aún así le carcomía el hecho de que, podría estar bastante mejor.
La situación era cómica en cierta manera. Dos extraños que no querían encontrarse pero que acaban ahí sin saber muy cómo. El soju a Minho le ha hecho efecto, la segunda botella no recuerda cuando la abrió, pero tiene valentía suficiente para hablarle al extraño.
- Hannie...-Inicia pero se calla enseguida cuando recibe la mirada del chico.
- ¿Eres un asesino?- Pregunta este serio.
Minho quiere reirse, sería un buen momento para ello, pero de repente siente la necesidad de jugar.
- Si... Lo soy- Pone la cara de poker que mejor sabe hacer.
- Eso explica tu brindis... -Añade
Claro, había escuchado su extraño y solitario brindis y ha imaginado por el solo la historia. Cuanto menos es interesante.
- ¿Y tu eres un fugitivo de la ley?-Arremete Minho.
- Umm - Se lleva las manos al mentón haciendo como que piensa- Si soy un fugitivo, pero no de la ley...
- Decepcionante -Minho hace un ademán.
- ¡Ni siquiera sabes quién me persigue!- Se queja haciendo un puchero que ha Minho le parece... bonito.
- ¿Quién te persigue entonces?-Han de repente presiona los labios fuerte, dando a entender que no va a hablar- Pues eso decepcionante.
El silencio se hace un poco denso, Minho se levanta a avivar el fuego y evitar que se consuma demasiado rápido, contento de mover su cuerpo un poco entumecido. Cuando vuelve a su sitio se encuentra al chico bebiendo de su botella de soju.
- ¿Qué crees que haces?
Hannie ni le mira mientras sigue empinando la bebida.
- ¡Eh!-Le llama mientras le quita la botella-¿Qué haces?
- Bebo-Hace una mueca molesto- Preferiría agua pero no me has dado.
- ¡No me has pedido agua!
- ¿Me das agua?
- ¡No!-Responde en automático mientras se sienta de nuevo en su sitio.
El chico se sienta a su lado, justo a su lado, con los hombros rozando y extiende la mano hasta el cuello de la botella donde la mano de Minho la sostiene. Los dedos se tocan, suaves se deslizan encima unos de otros y Minho siente su cabeza tambalearse, lo que es absurdo porque está sentado. El brazo extendido de Hannie le cruza por el pecho y como consecuencia les queda la cara cerca.
