SEIS

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A la mañana siguiente, el tobillo del pelinegro amaneció mucho mejor. Hyunjin en lo personal se sentía mejor de lo que se había sentido en meses.

No habían hablado de lo que había pasado la noche anterior, cada que se interponía entre ellos el incómodo silencio que daba pie a que aclararan en qué punto se encontraban en ese momento, Jeongin se sonrojaba, cambiaba de tema y evitaba mirarlo. Hyunjin decidió dejarlo pasar, prefería que las cosas surgieran de forma natural, lo espontáneo era mejor.

Tomó el silencio de Jeongin como una aceptación a que las cosas entre ellos podrían cambiar a lo que tenían en el acuerdo inicial, al menos eso pensaba, ya que por ningún motivo rechazaba sus besos, o sus caricias, o algún comentario halagador.

Desayunaron con la familia y como Jeongin no podía esquiar con él, decidió que podían por lo menos ir a cenar a la ciudad. Taehyung le había hablado de un buen restaurante donde la comida japonesa era deliciosa, y por eso ahí estaban. Estaba resultando ser una agradable velada.

—¿De verdad eres publicista o es un papel que has ensayado muy bien?

Hyunjin miró a Jeongin precavidamente, en verdad no quería tener esa conversación.

—Lo soy. De verdad —El pelinegro hizo una mueca.

—¿Entonces porque te dedicas a lo que te dedicas?

—¿En serio quieres tener esta conversación? —Jeongin dejó su copa de vino y tomó su mano a través de la mesa.

—No te molestes, es solo que quiero conocerte mejor. Tengo que admitir que no encajas en el perfil que me había hecho de ti.

Hyunjin suspiró, por más que deseaba contarle la verdad, todavía no podía hacerlo, no contaba con la suficiente confianza de que Jeongin no lo echaría de la cabaña en cuanto supiera la verdad.

—Soy jefe del departamento de edición desde hace varios años, me gusta mi trabajo, ser acompañante masculino es como un....

—¿Pasatiempo? —Preguntó, el rubio asintió—. Es raro, ¿no te parece? Si no tienes problemas económicos, ¿por qué lo haces?

—De verdad no quiero hablar de eso.

—¡Vamos! Somos amigos, ¿no? Quiero saber.

Hyunjin enarco una ceja. Amigos era lo último que él quería ser. Pero por ahora, ¿cómo podría responder a eso? ¿Por qué un acompañante masculino hacía lo que hacía? Claro que por lo económico sería la primera razón, pero dado que no era su caso, ¿qué podría decirle?

—Me gusta ayudar a las personas —Fue lo primero que se le ocurrió—. Creo que los que solicitan este servicio es porque están....

—¿Desesperados?

—¿Siempre interrumpes cuando la gente habla? —El pelinegro sonrió tiernamente liberando su mano, no le gustó que lo hiciera, le encantaba su contacto.

—Lo siento, es un mal hábito. Entonces, ¿qué ibas a decir?

—"Desesperados" no es la palabra que usaría, yo lo veo más como que necesitan ayuda, todos en algún momento de la vida hacemos locuras y estamos desesperados por algo, necesitamos que nos echen una mano, y si ellos quieren tener una cita contratada para sentirse mejor, ¿por qué juzgarlos? —Se encogió de hombros.

Era lo mejor que se le ocurría decir, además fue lo que lo impulsó a ayudar a Jeongin. Ver la esperanza en su mirada y la confianza de que él podría ayudarlo a pasar por eso fue lo que lo hizo guardar el secreto y seguir su plan.

Vacaciones a Busan ❁ HyunInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora