Esa forma no era precisamente como Jeongin había planeado pasar la noche de año nuevo. Levantó la vista para ver a Hyunjin dejar el monitor para bebés sobre la mesita, junto a la bandeja con chocolate caliente y panecillos.
Había sido un día muy difícil y tenso. Ni siquiera sabía de dónde había sacado la fuerza para mirar a sus padres a los ojos. Le dolió ver la tristeza en sus rostros y se sorprendió al saber que Kyungsoo y Kai se habían marchado. Fue un alivio.
Esa mañana había hecho planes para adelantar su vuelo, aun sabiendo que los vuelos en año nuevo eran prácticamente imposibles, prefería recibir el año en el aeropuerto que estar bajo el mismo techo que ellos.
Aún no procesaba todo lo que había pasado, cada que recordaba a Kyungsoo encima de él, Jeongin entraba en pánico. Durante su relación jamás lo había forzado a nada, ni siquiera a que comiera brócoli. Él odiaba el brócoli, y Kyungsoo siempre había sido muy comprensivo con todo, rara vez discutían, jamás le había gritado, cuando tenían algún desacuerdo, Kyungsoo optaba por encerrarse a trabajar que discutir. Y ahora había intentado violarlo.
Analizando mejor sus sentimientos, llegó a la conclusión que no lo odiaba, sentía lastima por él. Pero nada justificaba el horrible momento que le hizo vivir.
—Tzuyu sigue roncando como un tronco, faltan cinco minutos para que comiencen los fuegos artificiales y espero de verdad que no despierte —Informó el pelirrubio entregándole una taza de chocolate. Jeongin sonrió agradecido.
—Jisoo dice que ni un tractor podría despertarla. ¿Por qué crees que Taehyung estuvo jugando con ella en el trineo? Fue un plan bien organizado, querían agotar a la pobre.
Hyunjin rio sentándose a su lado en el columpio acolchado del porche trasero. Como había dicho, fue un día difícil. Lleno de tensiones, pero había insistido en que nadie cancelara sus planes para ese día.
Sus padres habían ido a una reunión con amigos, y había convencido a su hermana y a su cuñado para que salieran a divertirse, él no tenía ganas de salir, así que se ofreció a cuidar a Tzuyu. A Hyunjin también le había dicho que si deseaba celebrar año nuevo podía ir sin preocuparse por él. El rubio simplemente había rodado los ojos y lo había besado. Por esa razón ahí estaban. Recibirían el año nuevo acurrucados bajo una manta, tomando chocolate caliente y pastelillos de chocolate y nuez.
Durante largos segundos se sumergieron en un cómodo silencio. De las cabañas de alrededor les llegaba el sonido de música. Todo mundo estaba de fiesta.
—Gracias —susurró, su tono fue tan bajo que no creyó que Hyunjin lo escuchara.
—¿Por qué me das las gracias? —Yang no lo miró, tenía la vista enfocada en las pequeñas luces navideñas de las otras casas.
—Por esto, por estar aquí. Sé que por días no hemos hablado sobre el acuerdo y...
—Jeongin...
—Déjame terminar —lo miró fijamente—. Hicimos un acuerdo, pero lo cierto es que me olvidé de eso en los últimos días —dijo sinceramente—. No sé qué habría hecho yo sin ti.
Hyunjin lo rodeó por los hombros con un brazo y lo besó en la sien. —Yo me siento igual —Jeongin se recargó en su hombro.
—Mañana todo termina. No sé qué pasara después, pero ahora mismo no quiero pensar en eso —Jeongin sintió a Hyunjin tensarse a su lado. No quería mirarlo, no quería que le dijera que el día de mañana sería el adiós. El contrato terminaría y volverían a Corea para cada uno tomar su camino.
—Innie...
—No digas nada —se pegó más hacia su cuerpo—. Ahora no digas nada, por favor. No quiero romper esta burbuja —Hwang tomó su mentón con los dedos y lo obligó a mirarlo.
—Todo estará bien, bebé —aseguró besando su nariz—. Te prometo que estaremos bien.
Jeongin sonrío, quería tener fe. Su proximidad lo tranquilizó, aunque estaba a punto echarse a llorar, tenía los sentimientos a flor de piel.
—Confío en ti —Justo en ese momento las campanas comenzaron a sonar y los fuegos artificiales de colores estallaron en el cielo—. Feliz año nuevo —susurró besando a Hyunjin en los labios.
—Feliz año, bebé —El castaño alargó la mano, inconsciente de cuán profundamente íntimo era el momento, de pronto se encontró en sus brazos. Hyunjin le murmuró palabras tranquilizadoras, pero estas no eran tan reconfortantes como sus brazos. Jeongin sintió que el corazón de Hyunjin latía contra su mejilla, notó el calor de su cuerpo a través de las capas de ropa, y no tuvo la fuerza de voluntad para rechazar aquel consuelo—. Ojalá lo hubiera matado —murmuró rozándole la mano. Jeongin se estremeció.
En ocasiones también pensaba que tal vez se sentiría mejor si hubiera denunciado a Kyungsoo, pero le gustara o no era el esposo de su hermano, su familia ya estaba demasiado destrozada por ahora, y él no quería enfrentarse a las autoridades para narrar lo sucedido, ya estaba cansado de humillaciones.
Levantó la cabeza y lo miró a los ojos. —Ayúdame a olvidar que alguna vez sucedió.
—Dime lo que deseas —Hyunjin pidió.
Jeongin irguió la barbilla en una invitación inconfundible. Entonces Hwang Hyunjin lo besó, y el beso produjo exactamente el efecto que él quería.
Kyungsoo desapareció en el calor generado por el encuentro de sus labios. El contacto se prolongó cada vez más, privándolo de respiración y voluntad, y dando paso al deseo. La boca de Hyunjin en la de él era como un bálsamo curativo que relegaba el recuerdo de la agresión de Kyungsoo a los más lejanos confines de su memoria. No deseaba recordar, deseaba sentir. Quería que Hyunjin borrara lo que casi había sucedido la noche anterior. Deseaba...
—Quiero que me hagas el amor —Jeongin susurró.
El rubio gruñó contra sus labios y profirió sombríos e incoherentes juramentos de pasión que a él le parecieron salvajes y excitantes. Cuando su lengua rozó sus labios, Jeongin se abrió a él, paladeando su sabor y su fragancia. Se arqueó contra él, entrelazándole los brazos alrededor del cuello para atraerlo más cerca. Un gruñido sordo se deslizó entre los labios de Hyunjin, y de pronto el pelinegro interrumpió el beso.
—¿Estás seguro, Jeongin?
Jeongin amó la preocupación en la voz de Hwang. «Sí le importo». Eso más que nada le daba esperanzas de que sí podrían tener algún futuro juntos.
—Más que nunca —aseguró—. Te deseo —Esa fue toda la confirmación que Hyunjin necesitaba.
Con un último beso, lo instó a levantarse, tomaron el monitor por si Tzuyu despertaba, y se retiraron a la habitación abrazados.
Jeongin sonrío, no podía pensar una mejor manera de recibir el año nuevo que en los brazos del hombre del cual estaba enamorado.
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Vacaciones a Busan ❁ HyunIn
Fiksi PenggemarLos padres de Jeongin no permitieron que esta vez que se escapara de las vacaciones navideñas, por lo que tendría que ver a su ex novio y a su hermano. Eso lo dejó con una última opción. "Encontrar con urgencia un novio para no presentarse solo". ¿...