DOCE

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Y al fin estaban comenzando el año, y con ello llegaba el final de los diez días del contrato de acompañante.

Jeongin frunció los labios, ya no quería pensar en eso, Hyunjin había dejado de ser solo un contrato hacía días. No habían hablado de los planes a futuro, pero supuso que lo harían durante su regreso a Corea. Ambos habían evitado el tema, pero tarde o temprano tendrían que poner las cartas sobre la mesa.

Miró la habitación, revisando que no estuviera olvidando nada, sus padres se quedarían un par de días más, su hermana y su familia regresaban el día siguiente, pero él no podía aplazarlo más, podría ser día primero, pero mañana él tenía que presentarse para iniciar un nuevo trabajo. Además, los diez días de Hyunjin habían terminado y no sabía si tenía otros compromisos, solo de imaginarlo con otros hombres se le revolvían las entrañas...

¿Qué pasaría ahora? Si había un futuro para ellos, Jeongin se negaba a compartirlo, no podría hacerlo. ¿Podría exigirle que dejara su trabajo? Bueno, no era como si fuera el único trabajo que tenía. Si en realidad era publicista como afirmaba podría dedicarse solo a eso. Jeongin era muy celoso y se negaba a compartirlo.

Miró el reloj, no faltaba mucho para que tuvieran que salir rumbo al aeropuerto, Hyunjin había acompañado a Taehyung a entregar el equipo de deporte de alquiler. Esperaba que no se tardaran, deseaba comprar un latte de camino. Si en algo eran especiales ahí en Busan era en las bebidas calientes.

Llevó su maleta hacia un lado de la puerta y comenzó a revisar en su bolsa de viaje que llevara toda la documentación. Sonrió al ver el sobre con los diez mil dólares que había pagado a Hyunjin, él no le había dicho absolutamente nada, pero Jeongin los había encontrado el día anterior que estaba buscando efectivo para pagar la pizza que Jisoo había pedido para comer. Lo tomó como una buena señal. Hyunjin le había regresado el dinero.

«Tenemos probabilidades de iniciar algo», pensó vagamente, eso lo animaba a tocar el tema en cuanto estuvieran a bordo del avión, antes de aterrizar en Corea tenían que dejar todo claro.

Dejando el sobre, sacó su móvil y lo encendió, quería asegurarse que tuviera batería, al llegar a Corea tendría que pedir un taxi para ir a casa o llamaría a Minho para que pasara a recogerlo... bueno, eso dependiendo de cómo se desarrollaran las cosas con Hyunjin.

Inmediatamente las alertas de correos, mensajes y llamadas perdidas comenzaron a saturar la pantalla de su móvil, suspiró, comenzó a eliminar todo lo que por encima no se veía importante. Felicitaciones de navidad de compañeros, promociones de compras. Todas las llamadas y mensajes de Kyungsoo los eliminó sin mirarlos dos veces. Había un mensaje de voz de un número que no conocía. Iba a borrarlo, pero podría ser algún nuevo cliente.

"Hola, ¿Yang Jeongin? De verdad me disculpo, soy el acompañante masculino que contrataste; esto no me había sucedido jamás, soy un profesional en esto, te lo aseguro, pero uno no puede proveer que las cosas sucedan. Tuve un accidente en la autopista y no pude llegar a la hora del vuelo programado, no tenía tu número a la mano hasta que no revisé tu solicitud. Lo siento de verdad. Puedo tomar otro vuelo si lo deseas, solo regrésame la llamada por si todavía quieres el servicio, estoy dispuesto a hacerte un descuento extra por el inconveniente."

El mensaje había terminado y Jeongin seguía aferrando su móvil contra el oído. Estaba inmóvil. Sorprendido. No tenía palabras. Aturdido, volvió a escuchar el mensaje...

¿Su novio contratado no había llegado? Entonces, ¿quién era Hyunjin? ¿Por qué lo había engañado?

—Todo listo, bebé. Es hora de irnos —Hyunjin entró en la habitación bastante alegre, pero al ver la cara de Yang se preocupó—. ¿Qué ocurre? Estas pálido —se aproximó a él, pero Jeongin se levantó y se alejó—. ¿Innie?

Vacaciones a Busan ❁ HyunInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora