EPILOGO

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Un año después...

Jeongin se sentía relajado y somnoliento, era cierto lo que decían los slogans publicitarios; el sol, el mar, la arena, eran el paraíso de las vacaciones.

«El mar relaja, energiza y oxigena», había dicho su madre cuando les informó el destino elegido para esas vacaciones. Miró a su pareja recostado en la tumbona de alado. Ese día era noche buena, pero no se habían resistido en ir a la playa a relajarse un poquito.

—No puedo creer que hayas convencido a mi madre para que escogiera este lugar.

Hyunjin no apartó la mirada del libro que estaba leyendo, sus ojos estaban ocultos bajo las gafas de sol, pero la comisura de su boca lo delataba.

—Solo tenían que abordar la situación desde el punto de vista correcto —Sonrió—. ¿Qué mujer se resiste a un spa, con un tratamiento especializado con algas y sales relajantes?

—Buen punto —Jeongin rio, ni siquiera él podría haberse resistido a eso.

Regresó la mirada al mar tropical. Eso era el paraíso, nada que ver con toda esa nieve del año pasado, aunque no le molestaría regresar a Busan alguna vez, siempre le mantendría cariño a ese lugar. Ahí había encontrado al hombre de su vida, bueno, en realidad lo había encontrado en el aeropuerto, pero el caso era que en las montañas nevadas era donde habían podido conectar.

Hacía casi un año que estaban juntos, había sido un buen año. Como todo, siempre había cosas buenas y cosas malas, diez días de conexión no hacían toda una vida entera, la magia navideña había hecho su parte al unirlos, pero el resto dependía de ellos y estaban trabajando en ello. Se esforzaban y estaban comprometidos en esa relación.

Siempre convivir de lleno con otra persona es difícil. Donde a él le gustaba el rojo, a Hyunjin le gustaba el negro. Jeongin podría comerse una hamburguesa cada noche, pero Hyunjin lo hacía correr cada mañana. Jeongin prefería los perros, pero a Hyunjin no le gustaban los animales. Pero habían llegado a un pacto.

A solo tres semanas de salir juntos, tuvieron su primera discusión de pareja. Ahora podía decir que fue algo sin importancia, pero en ese tiempo Jeongin había pensado que todo había terminado. Hyunjin se había molestado porque le había prestado algo de dinero a Kai para el alquiler de un nuevo departamento en lo que solucionaba lo de su divorcio con Kyungsoo y la repartición de los bienes. Hyunjin enfureció y se había marchado molesto de la casa esa mañana, comprendía su rabia, pero le gustara o no Kai era su hermano...

Esa noche, Jeongin se había ido a dormir y se había quedado dormido llorando, se sorprendió al despertar justo cuando el rubio se estaba desnudando para ir a la cama. No estaban viviendo juntos aún, pero dormían juntos cada noche, ya fuera en la casa de Hwang o en la suya.

"Siempre volveré a tu lado, Jeongin. Por muy molesto que me encuentre, siempre podrás esperar a que regrese. Siempre regresaré".

Así que ambos estaban a bordo a largo plazo. Trabajarían en su relación pasara lo que pasara, tratarían de solucionar cualquier obstáculo, hasta estaban dispuestos a ir a terapia si era necesario, eso le daba cierta tranquilidad al pelinegro, y aun que Hyunjin le había propuesto matrimonio hacía un mes, Jeongin pensaba que era solo un mero papeleo, no lo necesitaba, lo que tenían era más valioso que eso.

Jeongin levantó la cabeza, justo cuando vio pasar a Kai del brazo de un hombre, negó con la cabeza, no tenía solución. Hyunjin no estaba muy feliz de que estuviera ahí, pero no pudieron pedirles a sus padres que no lo invitaran. Simplemente le habían advertido que se mantuviera apartado de ellos.

Regresando a su posición de nuevo se dispuso a disfrutar del sol, esperaba que cuando volviera a Corea no pareciera un pescado frito por tanto bronceado.

—¿Cómo fue que preferiste congelar tu trasero en las montañas que esto? —El rubio le había contado lo que había sucedió con su compañero de trabajo y de las vacaciones forzadas que lo obligaron a tomar el año pasado.

—Fue fácil —Jeongin abrió los ojos cuando sintió a Hyunjin besar sus labios—. Tenía que escoger entre la playa y ayudar a un apuesto chico con los ojos más hermosos que había visto.

—Viste la oportunidad de ser el príncipe que rescata a la princesa al final de la película —Hyunjin hizo una mueca agria.

—No tengo nada en contra de las princesas de los cuentos, pero me gustan más los penes que los pechos, así que digamos que es un guerrero rescatando a un apuesto príncipe —ambos rieron—. Pero la idea en general es esa. Yo al final me quedaba con el príncipe.

—Que príncipe más afortunado.

—Muy afortunado, sin duda —Agregó el rubio con ironía, besándolo más profundamente.

Las oportunidades de que ellos llegaran a encontrarse alguna vez fueron de una en un millón. ¿Magia navideña? ¿Destino? No sabría explicarlo. Cada que pensaba en ello seguía sin encontrarle una explicación lógica, pero lo cierto era que a pesar de que contratar a un acompañante masculino fue la idea más estúpida que había hecho en su vida, no se arrepentía. Había encontrado al hombre perfecto para él.

Hyunjin no había sido el acompañante masculino que había contratado, pero sería su acompañante por el resto de su vida.

FIN.

Vacaciones a Busan ❁ HyunInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora