TRES

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Si de algo estaba seguro Hyunjin, era de que nunca hay nada fácil. Más tarde que temprano se estaba comiendo sus palabras, pero había querido tranquilizar al chico, no era nada fácil estar fingiendo ser quien no eres, tal vez sería más sencillo si Kai no estuviera acosándolo todo el tiempo.

Esa felicidad fingida acerca de ellos ya estaba tornándose irritante, era más que claro que Kai estaba celoso de alguna manera de su hermano, pero, ¿por qué? Es lo que no llegaba a comprender, después de todo fue él quien le robó la pareja a Jeongin.

Kyungsoo era otro maldito problema, no habían cruzado palabra en realidad, pero Hyunjin era muy consciente de las miradas pesadas por parte del hombre, ¿cuál era su maldito problema?

Kai y Kyungsoo ahora eran pareja, ¿por qué seguían queriendo fastidiar a Jeongin? Ahora comprendía por qué el Pelinegro recurrió a contratar a alguien que se hiciera pasar por su novio, era más como un escudo, y Hyunjin estaba muy comprometido con eso, si era lo que Jeongin necesitaba él estaría ahí para eso. No sabía por qué se sentía de esa manera tan sobre protectora con el chico, pero ahora aquella situación ya se estaba tornando de manera personal.

—Así que cuéntame, Hyunjin, ¿te gusta tu trabajo? —pregunto Kai entregándole una copa de vino, el rubio le sonrió por cortesía, no porque en realidad sintiera agradecimiento por el acoso del hombre.

Era curioso, si la situación fuera distinta, Hyunjin habría ido detrás del chico. Era atractivo, con su cabello negro un poco más largo, sus facciones delineadas, ojos encantadores y un cuerpo firme, pero ahora era más consciente de que era solo una belleza fría.

—Soy editor, no hay mucho que contar, si me disculpas —le entregó de nuevo la copa—. Tengo que buscar a mi chico.

Habían terminado de cenar, y estaban todos compartiendo un momento en el salón, Jeongin había ido a acostar a su sobrina, Tzuyu le había pedido que le leyera un cuento. Disculpándose, se alejó en busca del Pelinegro, lo encontró en el segundo piso, venía saliendo de la habitación de la niña, al verlo, se sobresaltó.

—Lo siento, no quería asustarte.

—No te preocupes —aseguró Jeongin mirando que la pequeña no se hubiera despertado—. Yo tengo la culpa, estoy muy nervioso.

—Ya te dije...

—Lo sé. Lo sé —Interrumpió el Pelinegro—, pero aun así...

Hyunjin suspiró y lo tomó por el rostro colocando ambas manos en sus mejillas y lo obligó a que lo mirara. —Hagamos un trato, ¿te parece?

—¿Un trato? —preguntó confundido.

—Sí, un trato —Jeongin lo miró a través de sus largas pestañas, tenía unos hermosos ojos—. Olvidemos todo esto, me refiero al asunto de que tengo que fingir ser tu pareja... ¿Qué tal si intentamos ser solo amigos?

—¿Amigos? —parpadeó—. Pero...

—Jeongin, seamos amigos, así será más sencillo. Nos relajaremos el uno con el otro, ¿te parece? —El chico pareció estarlo considerando.

—De acuerdo, tal vez funcione.

—Bien —Hyunjin lo liberó y dio un paso atrás—. ¿Qué tal si nos disculpamos con todos y nos retiramos a la habitación? Podemos ver una película, platicaremos y nos conoceremos mejor —Jeongin pareció estarlo pensando, después asintió con la cabeza.

Horas más tarde, Hyunjin apagó la televisión y miró a su lado, Jeongin se había quedado dormido a la mitad de la película. Al principio había estado muy tenso y nervioso, admitía que también él, pero su plan había funcionado, lograron relajarse mutuamente, platicaron principalmente de la película, se rieron y comieron palomitas, a nivel personal, no había conseguido muchos detalles, a excepción de que le gustaba demasiado el chocolate y su color favorito era el verde, pero ya era algo.

Vacaciones a Busan ❁ HyunInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora