Capítulo 06

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Lo días que siguieron establecieron una rutina para Jimin. Se levantaba y desayunaba con la familia de Jungkook. Luego acompañaban a jihyuk a la parada del autobús escolar, después paseaban a Bamdi e iban en motocicleta hasta la casa club/gimnasio, en donde Jungkook se la mantenía ocupado la mayor parte del día y donde Jimin entrenaba junto a Seokju, quién resultó ser un entrenador bastante decente.

Los miembros del club no intentaron ocultar su resentimiento al principio, pero Jimin se sorprendió al ver que gradualmente se comenzaron a comportar más cálidos con él de una manera muy sensata. Incluso Goliat pareció superar el hecho de que Jimin le había arrancado un trozo de carne. Probablemente había ayudado el hecho de que Jungkook le consiguió una cita, y considerando los sonidos que hacían en la habitación de al lado, la chica en cuestión adoraba las cicatrices de batalla.

Jimin no se sorprendió del todo cuando se dio cuenta de que Jungkook era el jefe por aquí, ya que siempre había tenido un talento innato para rodearse de otras personas. Pero, ¿un club de motociclistas? A los que Jimin asociaba con jerarquías y ancianos de barbas largas quienes se mantenían a cargo. ¿Aquí? Las cosas no eran tan así. Por otra parte, no era un club muy grande, con solo cinco miembros parchados y un prospecto.

Por lo que había descifrado por sí mismo, los cinco chicos, incluido Jungkook, habían comprado este gimnasio hacia algunos años y lo habían convertido en un segundo hogar. Complementaban sus ingresos a través de peleas ilegales, para que todos pudieran vivir una vida cómoda, aunque un poco ruidosa. Goliat usualmente representaba al club en el ring, y la próxima pelea no sería diferente, pero las apuestas estaban en que Jimin perdería, o más bien su oponente —Quién quiera que fuera esta vez— ganaría. Aparentemente, después del arrebato salvaje de Jimin, nadie quería pelear con él por ahora.

Jimin practicaba de todos modos. En esos momentos estaba en el ring con Goliat, Seokju los observaba y daba consejos. Jimin no diría que encontraba las peleas "relajantes", ya que siempre alimentaban más bien una oleada de adrenalina, pero era satisfactorio ser bueno en algo, saber que no había arruinado su vida por completo.

Jungkook pasaba mucho tiempo en la oficina abierta al lado del ring. El gimnasio no era muy popular y parecía más bien un club privado para los fisicoculturistas locales. La mayoría de mujeres o los fanáticos de la salud modernos, no se sentirían demasiado cómodos en medio de los pasillos oscuros y sofocados. Pero eso le sentaba bastante bien a Jimin. Después de su rutina diaria de pesas, él y Goliat practicaban sus tácticas para las próximas peleas, e incluso Babyface, que aún no aceptaba a Jimin, se detenía a mirar.Cuando Jungkook salía de la oficina con una cerveza en una mano y un cigarrillo en la otra, era cuando las apuestas iban en aumento. Al menos para Jimin. Habían pasado unos días y Jimin todavía deseaba desesperadamente impresionar a su crush de la escuela secundaria. A veces no estaba seguro de si Jungkook realmente pensaba poco de él o simplemente le excitaba hablar sucio, por eso Jimin trabajaba aún más duro para demostrarle su valía.

Goliat esquivó otro de los golpes de Jimin y resistió una patada en el tobillo, que se suponía lo haría tropezar. Era mejor de lo que Jimin había creído inicialmente, tenía una gran concentración y era un experto en sacar el máximo provecho de su cuerpo. Pero el tamaño de Goliat, si bien le proporciona ciertas ventajas, también podría ser un inconveniente en una pelea con alguien tan ágil como Jimin. Las patadas eran más rápidas cuando tenías las extremidades más cortas, y esta vez, Goliat cayó al suelo. Jimin se movió tan rápido como pudo, su visión se volvió roja cuando sintió los ojos de Jungkook ardiendo a través de su piel. Goliat se dio un golpe en la mandíbula y Jimin se subió rápidamente encima de él, manteniéndolo en un agarre fuerte y casi imposible de romper.

Babyface se olvidó de sí mismo y, por primera vez, Jimin lo escuchó animándolo. Seokju gritó un consejo y algunas voces femeninas se unieron también. Goliat le dio un codazo en el estómago a Jimin, pero éste también se las arregló para dar un puñetazo de vuelta. Cuerpo contra cuerpo, se empujaron el uno al otro. Jimin no puedo evitar el olor del sudor de Goliat picándole la nariz. Era masculino, ligeramente amargo, mucho menos apetitoso que el de Jungkook.

Love & Fists [Kookmin] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora