My dear hatchet man

Capítulo 4. ¿Este es Alan?

Alan toma mi mano y me guía hacia el bosque. Estuvimos caminando por un buen rato, siguiendo un camino más largo que el que habíamos recorrido en alguna salida anterior. En algún punto el bosque deja de ser tan denso y podemos visualizar el cielo perfectamente. Cuando estábamos dispuestos a subir una pequeña colina, mi cansancio comienza a ser evidente.

-Si quieres puedo cargarte, no me molesta- Alan me mira esperando una respuesta.

-Ya que insistes- levanto los brazos, queriendo hacerlo sonar como una broma, aunque en realidad creí que sería lindo que lo hiciera.

Alan simplemente sonríe, y en un moviendo rápido me levanta al estilo nupcial, tomándome un poco por sorpresa.

-Eres increíblemente linda- dice Alan.

-Gracias...- digo, desviando la mirada, apenada.

Cuando llegamos a la cima de la pequeña colina, ambos nos recostamos en el suelo, en el suave pasto.

El cielo está despejado, lo que hace que las estrellas puedan ser apreciadas a la perfección. Miro a Alan y puedo ver qué tiene una gran sonrisa en su rostro.

-¿Cuál es tu favorita? Quiero dicir, tu constelación favorita- Alan me mira, esperando una respuestas.

Pienso un poco antes de responder. -Bueno, es mi signo zodiacal, nada rebuscado- rio un poco.

-¿En serio? ¿Cuál es?- me mira con interés.

-Piscis. Pienso que la historia es genial y algo curiosa-

-Eso es bastante genial- comienza a mirar el cielo una vez más.

-Como sea, ¿cuál es tu favorita?-

-Orion- Contestó.

-¿La del cazador? Tiene una historia muy linda también-

-Ademas de ser una historia linda, comparto apellido con ella- Dice con tranquilidad, como si no hubiera revelado un dato realmente sorprendente sobre él.

-¿Ese es tu nombre completo?- Pienso un poco. -Tu nombre es muy lindo- Cuando digo eso Alan simplemente sonríe.

Mis ojos se dirigen hacia las estrellas de nuevo. Después de algunos pocos minutos de solo verlas, observo a Alan. Lo analizo un poco y puedo ver una cicatriz en su brazo, ya la había visto antes, pero no sabía si preguntar.

-Alan, ¿con que te lastimaste?- lo observo y al instante me arrepiento por haber preguntado.

-Oh...- Alan pierde su sonrisa y suena desanimado.

-Oh, no... No tienes que hablar de eso si es algo personal, lo siento...- digo, intentado enmendar mi error.

-No te preocupes, simplemente estás preocupada- Él suspira y después de un rato comienza a hablar.

-Bueno para empezar, la mayoría de estás heridas son resientes, por mi culpa... Como intentar alimentar un oso- Expresa con una calma inquietante.

-¿Qué mierda?- hago una expresión de horror.

-Si, si, lo sé. Fue estúpido- se apresura a decir.