WINDY SPRING X

CAPITULO 11

Seokjin no sintió ni un poco de culpa por forzar la cerradura de la puerta trasera de la casa de Taehyung. Por suerte, Young había acordado quedarse en la parte delantera de la casa para vigilar si Tzuyu o Wonho regresaban. Abrió la puerta y entró en la casa grande. Se quedó allí por un momento en la oscuridad, escuchando. Habían llamado a la puerta principal durante casi diez minutos. Nadie respondió. Seokjin estaba bastante seguro de que la casa estaba vacía, pero tenía que estar seguro. Cuando no escuchó nada, continuó por la casa hasta la puerta principal. Seokjin sonrió cuando abrió la puerta y Young saltó. El oficial rodó los ojos y entró en la casa.

—Es bueno que hayamos firmado el permiso para estar aquí —dijo Young mientras cerraba la puerta detrás de él—, o tendría que arrestarnos a ambos por allanamiento de morada.

Seokjin sonrió.

—Vamos. Consigamos lo que vinimos a buscar y salgamos de aquí. —Un pequeño estremecimiento atravesó el cuerpo de Young mientras miraba alrededor del gran salón. —Este lugar me da escalofríos.

Seokjin tuvo que admitir que la evaluación del oficial era correcta. Había una cierta falta de calidez en el lugar. Era casi frío y clínico. Con sus lujosos suelos de madera y muebles de madera pulida, el lugar definitivamente parecía de exposición. La obra de arte sola, tan fea como era, probablemente podría alimentar a una familia de cuatro miembros durante un año. No había calidez, ni libertad de expresión. Aquí no había nada más que silencio y frío y una decidida falta de vida. Simplemente no había alegría. No es de extrañar que su dulce Taehyung se hubiera sentido asfixiado aquí.

—Taehyung dijo que la caja fuerte estaba arriba en el dormitorio de Tzuyu —dijo Seokjin mientras le entregaba un pedazo de papel con la combinación de la caja fuerte que Taehyung les había dado. —Voy a recoger sus fotos, puedes ir obteniendo el contenido de la caja fuerte si quieres.

Young asintió mientras se dirigía a las escaleras. —Sólo date prisa. Realmente preferiría salir de aquí tan rápido como podamos.

Seokjin también. Siguiendo el ejemplo de Young, Seokjin regresó por el pasillo hacia la parte trasera de la casa. Incapaz de olvidar nunca dónde había encontrado a Taehyung la primera vez, Seokjin se dirigió directamente hacia la habitación. Un suspiro de alivio que no sabía había estado conteniendo salió de los labios de Seokjin cuando vio las fotos todavía en el estante. Tzuyu no las había tomado. Reunió todas las fotos y las apiló cuidadosamente sobre la cama. Sería más fácil meterlas todas en una bolsa y simplemente irse, pero Taehyung estaría devastado si les pasara algo. Por la forma en que Taehyung habló de ellas, eran invaluables e irreemplazables. Seokjin se acercó a la cómoda y abrió el cajón superior. Al no encontrar lo que quería, abrió el cajón de abajo y luego el siguiente hasta que encontró un montón de camisetas interiores blancas cuidadosamente dobladas.

Agarrándolas, Seokjin caminó de regreso a la cama. Después de envolver con cuidado cada fotografía en las camisetas de algodón, las colocó todas en una de las fundas de almohada de la cama. Seokjin recogió la bolsa y luego echó un último vistazo alrededor de la habitación. Taehyung no había indicado que hubiese algo más que él quería, pero Seokjin quería estar seguro. No era como si pudiera tomar cualquier cosa que Taehyung pudiera querer específicamente, pero si algo sobresalía, Seokjin quería estar seguro de recogerlo. Simplemente no había mucho allí. Taehyung vivió una dura existencia.

Sin ver nada que sobresaliera, Seokjin regresó por el pasillo hacia el frente de la casa. Se acercó y dejó la funda de la almohada en el suelo cerca de la puerta. Justo cuando comenzó a ponerse derecho, escuchó el inconfundible  sonido al amartillar un arma. Seokjin se congeló.

—El allanamiento de morada es ilegal, Sr. Kim.

La voz era femenina, el tono mortal. También parecía estar bien informada. Seokjin no tenía idea de cómo Tzuyu sabía quién era él, pero no le gustaba el mal presentimiento que esto le dio.