⌜Capítulo 13⌟

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•͟➳ Minho



—¿A dónde me llevas? — me preguntó Chan tan pronto cerré comencé a conducir.

En realidad, no soy de las personas que acepta la interrupción de otras cuando me encuentro muy ocupado con una linda chica, pero en esta ocasión, no me he sentido ni un poco molesto con la interrupción del pelirrubio.

—Te llevaré a casa— respondí sin despegar la mirada del frente.

—¿Por qué?

—Hace mucho frío. Deberías estar en casa.

No tengo ni la menor idea de porque me preocupa el hecho de que pueda enfermar a causa de la baja temperatura y lo peor de todo es que solo viste un suéter que no le cubre lo suficiente; el pantalón no es grueso y tiene descubierto por completo su rostro.

—No soy un omega débil, ¿sabes?

—Entonces, ¿en dónde quieres que te deje?

—Aquí mismo me puedo bajar...

—No digas tonterías— le interrumpí.

—Minho...

—¿Tanto deseas escapar de mí?

—Por supuesto que no— respondió con seguridad y me sentí tan satisfecho.

Recuerdo perfectamente al dulce y tierno chico de cabello negro al que ayudé a encontrar el aula 102 hace unos años atrás. No hay duda de que se ha vuelto más atractivo de lo que ya era y es lamentable que no pude recordarlo desde el primer segundo en que lo vi en el antro a causa de que la bebida me había hecho una mala jugada, pero afortunadamente, ahora puedo admíralo con mayor facilidad.

Suelo olvidar a las personas que no generan ningún tipo de impacto en mi vida y he de admitir que fue difícil hacerlo con Chan a causa de que él me envió dibujos durante mucho tiempo hasta que desapareció sin dejar rastro. Y he de admitir que me sorprende demasiado el hecho de que no hayamos reencontrado después de mucho tiempo.

Aparqué el auto frente a una cafetería y me bajé e inesperadamente, caminé hacia la puerta del copiloto y abrí la puerta para Chan. Pareciera que me estoy dejando guiar por mi instinto común en estos momentos y la verdad es que no me desagrada para nada. Nunca le había abierto la puerta a las omegas con las que he salido porque no lo consideraba necesario, pero ahora siento algo diferente a lo que no deseo prestarle atención por mi propio bien. 

Chan se bajó del auto y no pude evitar detener sus pasos.

—¿Sucede algo? — me preguntó tan pronto su brillante y profunda mirada se encontró con la mía.

Sin decir palabra alguna, me quité el abrigo y se lo puse.

—Debes de vestir prendas más calientitas durante estas temperaturas porque de lo contrario, podrías enfermarte.

—Lo tendré en cuenta— dijo sin presentar alguna queja o disgusto ante el inesperado acto que he llevado a cabo.

Señalé la puerta con la mano y Chan no dudó en retomar sus pasos hacia el interior de la cafetería. Y después de pedir nuestra orden, tomamos asiento en una de las mesas que se encuentran más alejadas del ajetreo de los clientes.

—¿No deberías estar trabajando? — me preguntó el pelirrubio tras unos minutos de agradable silencio.

—Sí, debería— respondí —, pero no me apetecía estar encerrado en la oficina.

—Y es por lo que decidiste salir a buscar compañía, ¿no?

Fruncí el ceño y al recordar lo sucedido hace unos momentos atrás, solté una risita.

—Salí en busca de distracción mientras caminaba por el parque, pero esa chica no dudó en acercarse a mí y ya sabes, la carne es débil— dije tras encogerme de hombros.

—¿Cuándo dejarás de ser coqueto con todas las omegas que se encuentran a tu alrededor?

—No lo sé— respondí. —Es parte de mi naturaleza.

—Sí, claro— murmuró antes de darle un sorbo a su bebida e inesperadamente, hizo una mueca de disgusto que me hizo sonreír. —Sabe terrible— se quejó.

Sin dudarlo, tomé el vaso y probé su contenido.

—No sabe tan mal.

Elevé la mirada hasta encontrarme con la de Chan y me quedé inmóvil a causa de que sentí el inmenso deseo de besarlo ahora mismo. Todo él me incita a querer encerarlo en mi habitación, acostarlo en mi cama y hacerlo mío todo el día y toda la noche, sin embargo, tengo muy claro que no debería dejarme guiar por mis instintos primitivos que suelen ser difíciles de ignorar.

𝔹𝕖 𝕄𝕪 𝕃𝕠𝕧𝕖 🦋 𝕞𝕚𝕟𝕔𝕙𝕒𝕟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora