Shin Soukoku Zone

Cliché

Akutagawa Ryunosuke estaba enamorado. La noticia del siglo, claro que nadie tenía la más mínima idea de que el afortunado era el popular y risueño Nakajima Atsushi.

Everyone wants him
That was my crime
The wrong place at the right time
And I break down, then he's pullin' me in
In a world of boys, he's a gentleman

Atsushi era un caballero, uno muy gentil e inteligente, un chico que haría suspirar a cualquiera que se cruzará frente a él. Ryunosuke odiaba mucho los clichés, Gin le hacía mirar aquellas series para adolescentes con una trama muy predecible, si le preguntaban a Akutagawa, enamorarse del chico más popular del colegio era su karma por no compartir aquella cadena de WhatsApp que Dazai le había compartido hace unos meses, aunque en su defensa solo tenía 5 contactos y la cadena le pedía que la pasará a 10 personas, este era su karma por no tener más amigos.

- Akutagawaaaaa - una irritante voz lo sacó de sus pensamientos - ¿Cómo se encuentra mi amigo pelinegro con vestimenta de vagabundo hoy?

- En primera, no somos amigos Dazai, en segunda, estaría mucho mejor contigo a 100 metros de distancia - Akutagawa le lanzó la mirada más hostil que pudo.

- Eres super cruel, ojalá te caiga un borrego en la cabeza -

- Ojalá te internen de una vez -

Akutagawa ignoró los parloteos incesantes del otro chico y dirigió su mirada a algo mucho más interesante, o más bien alguien.

No muy lejos del pelinegro un chico de cabellos albinos hablaba animadamente con una chica.

- ¡Lucy! ¿escuchaste que abrieron una heladería por aquí? hay que ir algún día, adoro mucho los helados -

Y oh Dios, el chico brillaba.

- Akutagawa-kun se te cae la baba - un pelinaranja se asomó detrás del castaño.

- Ya se lo he dicho Chuuya, pero ya sabes cómo son los adolescentes - habló Dazai.

- Por favor Dazai, no hables como si tuvieras 10 años más que yo - dijo Ryu con exasperación.

- Deberías hablarle, al niño ese - menciono Chuuya.

- No creo que sepa que existo -

- Ryunosuke, eso es lo más cliché que he escuchado en mi vida -

Ryunosuke Akutagawa no sé consideraba un chico con suerte, pero al parecer cupido estaba de su lado hoy.

- ¿Akutagawa verdad? - un precioso chico albino se encontraba de pie frente a él, mirandole con aquellos hermosos ojos, y Ryunosuke realmente sintió ver las estrellas a través de estos.

- Sí, soy yo -

Akutagawa sentía más vergüenza que cuando tuvo que vestirse de princesa para el cumpleaños de su hermana.

- Encontré está libreta en el salón de clases, ví tu nombre en ella y pensé que la estarías buscando - aquella frase fue acompañada de una sonrisa cargada de dulzura y sinceridad.

- ¿Podemos casarnos? -

- ¿Disculpa? -

- Mierda -

Ryunosuke no lo pensó mucho, simplemente tomó la libreta, dió media vuelta y salió corriendo.

- ¡Oye espera, a qué te refieres con casarnos! -

- ¡No te conozco, adiós! -

Brillante Ryu, brillante.

Al día siguiente Akutagawa no se sentía con la dignidad suficiente para poner un pie dentro del salón de clases, pero su asistencia perfecta le impedía faltar, total, ya había perdido toda su dignidad frente a Nakajima el día anterior.

- Taylor Swift sálvame de esto -

Una vez dentro de su salón Ryunosuke hizo lo que cualquier persona en su posición haría, hacerce al tonto y fingir que la mirada de Atsushi no estaba clavada en él desde que entró

¿Fácil, verdad?

Se la pasó así todo el día, parecía estar funcionando.

Al sonar la campana que indicaba el recreo todos salieron corriendo en dirección a la cafetería, Akutagawa decidió quedarse en el aula como siempre lo hacía, en paz y tranquilidad.

- ¿Tú realmente te quieres casar conmigo? -

Taylor Swift es tu momento, sálvame.

- ¿Qué lindo está el clima, no crees? -

- Pienso que eres lindo -

Taylor no me refería a esto pero te juro que no me estoy quejando.

- Nakajima ¿estás bien? - Ryunosuke le miró con preocupación.

- No me hagas repetirlo, esto está siendo realmente vergonzoso -

- Perdona, suelto estupideces cuando estoy nervioso -

- Sí, ya me di cuenta -

Ambos soltaron una carcajada que ayudó a que aquella aula se sintiera cálida y familiar.